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El destino final de la herencia de los marqueses de Urquijo
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El destino final de la herencia de los marqueses de Urquijo

Juan Urquijo de la Sierra, hijo pequeño de los marqueses y dueño del chalé de Somosaguas en el que sucedió el terrible asesinato en 1980, falleció hace un año dejándoles la casa a sus hijos

Foto: Juan Urquijo y su hermana Myriam, en el juicio por el asesinato de sus padres. (EFE)
Juan Urquijo y su hermana Myriam, en el juicio por el asesinato de sus padres. (EFE)

Aprieta el calor en Somosaguas. Es una mañana de verano como otra cualquiera en esta zona residencial de Madrid a la que se accede tras superar unas puertas enrejadas. Entre casas de líneas modernas y mansiones ambiciosas permanece el chalé de ladrillo con amplio jardín que perteneció a los marqueses de Urquijo y que se hizo famoso tras su asesinato en 1980. Apenas ha cambiado exteriormente, pero aquello es hoy historia pasada. El cubo de la basura en la puerta, el césped bien cortado, el porche de verano dispuesto, hay huellas de vida en esta mansión célebre que heredó el hijo varón de los marqueses, Juan Urquijo de la Sierra.

Estos días en la casa pasan por momentos difíciles. Juan Urquijo falleció hace justo un año cuando apenas tenía 63 años y dejando tres hijos y una exmujer con la que mantenía excelente relación, una familia triste que poco a poco va recomponiendo su vida. Desde que murieron sus padres y ya convertido en el VI marqués, Juan siempre quiso huir del ruido mediático y nunca terminó de perdonar el daño que le hicieron las especulaciones de la época. Apenas hay imágenes públicas suyas de sus últimos tiempos. Ejecutivo de éxito, vivió a caballo entre Madrid y Panamá durante buena parte de su carrera. La última vez que protagonizó las noticias del cuore fue cuando Vanitatis hizo pública su crisis matrimonial con Rocío Caruncho, en el año 2017.

placeholder Myriam de la Sierra, en una imagen de archivo. (EFE)
Myriam de la Sierra, en una imagen de archivo. (EFE)

La de Juan y Rocío fue una boda mediática. Se casaron en octubre del año 2000 en la iglesia de los Jerónimos de Madrid, en una ceremonia muy emotiva en la que Myriam de la Sierra, hermana de Juan, tomó el papel de madrina. Después de la misa, los novios convidaron a los suyos en la finca de Las Jarillas, comprada en 1901 por el segundo marqués de Urquijo. Tuvieron tres hijos y aunque se separaron, mantenían una muy buena relación.

El destino quiso que los últimos meses de la vida del marqués de Urquijo transcurrieran precisamente en el chalé de Somosaguas que se hizo famoso tras el asesinato de sus padres. El hijo menor de los marqueses fue quien se quedó con la casa tras el reparto de la herencia. Contaba Myriam de la Sierra en su libro '¿Por qué me pasó a mí?' que desde la tragedia de sus padres ella no volvió nunca más a subir al piso de arriba, donde tuvo lugar el asesinato, y de ahí que en el reparto fuera Juan quien se quedase con esa casa: “Ahora cuando está en Madrid, Juan vive en el chalé de mis padres. Yo, sin embargo, no he podido volver a subir esas escaleras. En cuanto lo intento, nada más poner el pie en el primer peldaño, el olor a sangre vuelve a apoderarse de mí. Siempre me voy de esa casa sin pasar de la planta de abajo”.

Cuando murieron los marqueses, los dos hermanos se convirtieron en los dueños de las propiedades de sus padres: la casa de Somosaguas, la de Sotogrande y la de Banyeres, en Tarragona. Primero quisieron venderlas, pero luego determinaron que Juan se quedaría con el chalé de Madrid y Myriam con el resto. A Juan le fue bien económicamente tras la tragedia, pero Myriam vivió algún fracaso empresarial.

placeholder Rafi Escobedo, en prisión. (EFE)
Rafi Escobedo, en prisión. (EFE)

El chalé de Somosaguas, con unos 1.000 metros cuadrados construidos sobre una parcela de cerca de 4.400 m², se puso a nombre de la sociedad Bimagen S.A., una de las empresas de Juan Urquijo en la que él figuraba como administrador único y Rocío Caruncho como socia. Urquijo trató de venderlo en varias ocasiones aunque en la fecha de su muerte aún no lo había conseguido. Una inmobiliaria de lujo se ocupó durante un tiempo de la venta, pero terminó renunciando porque la casa estaba 'demasiado' marcada. El marqués también intentó rentabilizarla alquilándola para rodajes, pero finalmente siguió usándola como residencia familiar.

Hoy, las cosas no han cambiado y los hijos y la exmujer del último marqués de Urquijo siguen residiendo en el chalé familiar. No hay planes de venderlo ni de alquilarlo. A finales de 2022, Rocío Caruncho tomó las riendas como administradora única de Bimagen SA y Compañía General de Animación, dos empresas que antes gestionaba Urquijo y están dedicadas al alquiler de bienes inmuebles. Los hijos han iniciado ya los trámites para solicitar la sucesión del título de marqués de Urquijo.

Historia trágica de España

El suceso de los marqueses de Urquijo, acribillados en su exclusivo chalé de Somosaguas la madrugada del 1 de agosto de 1980, se convirtió en parte de la historia trágica de España. Las imágenes de sus cadáveres ilustraron las páginas de los periódicos durante años y el misterio que rodeó aquel acontecimiento aún perdura cuatro décadas después. Sus hijos, Myriam de la Sierra y Juan Urquijo, quedaron marcados para siempre y se convirtieron en personajes por sí mismos, una faceta que Myriam asimiló mucho mejor que su hermano menor. De hecho, Juan Urquijo, que heredó el título de su padre, vivía de forma prácticamente anónima hasta que su fallecimiento a los 63 años volvió a recuperar su figura el año pasado.

La justicia resolvió años después que el autor material de los hechos había sido Rafael Escobedo, que cometió el crimen “solo o en compañía de otros”. Rafi era el exyerno de los aristócratas fallecidos y el móvil fue, presuntamente, la venganza. Escobedo culpaba a sus suegros de su fracaso matrimonial, concluyó el juez. Sin embargo, en la historia que rodea el crimen de los marqueses de Urquijo hay tantas lagunas como fallos hubo en el procedimiento que se llevó a cabo para esclarecer lo ocurrido.

Aprieta el calor en Somosaguas. Es una mañana de verano como otra cualquiera en esta zona residencial de Madrid a la que se accede tras superar unas puertas enrejadas. Entre casas de líneas modernas y mansiones ambiciosas permanece el chalé de ladrillo con amplio jardín que perteneció a los marqueses de Urquijo y que se hizo famoso tras su asesinato en 1980. Apenas ha cambiado exteriormente, pero aquello es hoy historia pasada. El cubo de la basura en la puerta, el césped bien cortado, el porche de verano dispuesto, hay huellas de vida en esta mansión célebre que heredó el hijo varón de los marqueses, Juan Urquijo de la Sierra.

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