El papel de un empresario asturiano en el increíble rescate del náufrago australiano

En una de esas historias de supervivencia extrema que nos recuerdan a episodios como el reciente milagro de los cuatro niños colombianos que resistieron 40 días perdidos en la selva, un náufrago australiano era rescatado con vida después de estar más de tres meses a la deriva en el mar. El australiano Timothy Lyndsay Shaddock y su perra Bella pudieron llegar por fin a las costas mexicanas después de ser rescatados por una embarcación atunera en el océano Pacífico, a 1.900 km de tierra.

"Pensé que no iba a lograr sobrevivir, de modo que muchas gracias", dijo el aventurero, de 54 años, a la prensa después de bajar de la embarcación María Delia, perteneciente a la empresa mexicana de atún Tuny, propiedad del empresario astur-mexicano Antonio Suárez, que orgulloso del papel que su barco jugó en esta proeza del destino, aseguraba en el diario asturiano 'La Nueva España' que el náufrago "cayó en buenas manos".

Tim y Bella, que se encontraban en un catamarán averiado tras haber zarpado desde La Paz (Baja California) en un viaje pensado para llegar a la Polinesia Francesa antes de quedar a la deriva, lograron sobrevivir aliméntándose a base de pescado crudo y agua de lluvia. Desde el mexicano puerto de Manzanillo, Shaddok enfatizó que la travesía "fue difícil" con "una salud terrible". También admitió que pensó que moriría por la posible llegada de un huracán.

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"Me gusta estar en el mar, pero cuando las cosas se ponen difíciles tienes que sobrevivir y cuando finalmente te rescatan, sientes que quieres seguir viviendo, por eso estoy tan agradecido", añadió el australiano, que tiene claro que volverá pronto a salir al mar, pese a esta traumática experiencia.

"El barco más pequeño y viejo de nuestra empresa, y será el último viaje que habrá hecho, porque ya está vendido. Se ha despedido de una gran manera, salvando vidas humanas", ha asegurado el empresario español a través de un comunicado de prensa. "Es posible que sea el último viaje de este barco y se despedirá gratamente de nuestra empresa".

Antonio Suárez, que lleva desde los años 60 trabajando en el sector de la pesca en México, se congratulaba por el final feliz de esta historia de película. "Primero está la embajada de Australia, primero está la autoridad, pero no tiene problemas porque está sano, lo vi sin ningún problema físico. Sobre todo, está muy agradecido con México, por todas las atenciones que ha recibido", añadía después del rescate de Shaddock.

Suárez, que describió al náufrago australiano como "una persona decente y buena", ha recibido a lo largo de su carrera múltiples distinciones, entre ellas la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil o la Encomienda de Número de la Orden de Isabel la Católica, ambas otorgadas por el Gobierno de España.

También ha sido merecedor del título de Empresario Ejemplar por el pueblo de Colima en México y se le ha hecho entrega de la Medalla de Asturias por parte del Gobierno del Principado.

Aunque la historia de Tim y su mascota es ciertamente asombrosa, aún está lejos de la que vivió Salvador Alvarenga, el pescador salvadoreño que en 2012 pasó 438 días perdido en el mar, sobreviviendo a base de capturar peces, pájaros y tortugas marinas hasta que logró llegar a las islas Marshall, donde fue rescatado.