El incierto futuro de Marcela Topor, mujer de Puigdemont: su programa de TV, en el aire

Desde que su marido se fue a vivir a Waterloo, en otoño de 2017, Marcela Topor ha ido y venido decenas de veces para estar con él. Carles Puigdemont, el hombre de la semana, puesto que parece tener la llave de Gobierno si los socialistas quieren volver a la presidencia, abandonó el país y dejó atrás a su familia. Quiso evitar ser juzgado y entrar en prisión, y esa situación puede ser ahora moneda de cambio para apoyar a Pedro Sánchez.

En aquellos convulsos años políticos, en los que los independentistas dominaban las calles y el relato político, las dos hijas iban al instituto, donde recibieron el apoyo de maestros y compañeros. Ahora, a sus 14 y 16 años, su vida es muy diferente. Ya adolescentes, se han acostumbrado a la ausencia del padre y viajan hasta Waterloo con su madre para ver al político expatriado y hacerle compañía. Siempre y cuando tengan días libres, algo que sucede poco.

Antes de la marcha del expresidente de la Generalitat, la familia Puigdemont vivía en una gran casa en la zona del golf, al norte de Girona, ciudad de la que él había sido alcalde. La casa, unifamiliar, salió al mercado meses antes de que se produjera la declaración unilateral de independencia, la misma que llevó a Puigdemont a enfrentarse con la Justicia. Parecía que sabían que el futuro se les iba a girar en contra. Con todo, no lograron venderla porque el precio estaba por encima de la media y finalmente se quedaron con la vivienda.

Varias mudanzas

Al poco tiempo, Puigdemont se fue a Bélgica y Marcela, su mujer, se mudó durante un tiempo a un piso que tienen en propiedad en el centro de Girona. En la actualidad, ha vuelto a la casa del golf, donde tiene más privacidad, ya que allí está más tranquila y sus hijas tienen más aire, fuera de foco.

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En esta vida tranquila, Topor viaja a Barcelona casi cada semana, porque sigue dirigiendo y presentando un programa de televisión en la Red de Televisiones Locales (La Xarxa), un programa polémico porque vive de la subvenciones que le entrega la Diputación de Barcelona. Esta institución estaba en manos de Junts per Catalunya, el partido de su marido, cuando se firmó el contrato por el que Topor percibe 6.000 euros al mes, según información publicada por El Confidencial.

Sueldo en peligro

Un sueldo que vio peligrar en las últimas elecciones municipales, porque Junts no quería apoyar al PSC, ganador, para que accediera a la presidencia de la Diputación. Finalmente, a principios de julio, socialistas y exconvergentes llegaron a un acuerdo y la mujer de Puigdemont no sabe si su programa va a seguir. Desde Vanitatis hemos preguntado a fuentes de la Diputación y nadie sabe decir si el programa de Topor tiene futuro o no. Sabemos, eso sí, que 'The Weekly Mag', que es como se llama el espacio, emitió su último capítulo de la temporada el 30 de junio pasado. Como siempre, julio y agosto eran meses de vacaciones, meses que durante un tiempo Topor seguía cobrando. Aunque desde que el PSC accedió a la entidad, decidieron retirarle el sueldo estival.

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Desde hace años, el programa se emite en inglés, y Topor, actriz de vocación y periodista de profesión, entrevista a personalidades conocidas de Cataluña para darles voz en diferentes aspectos de sus profesiones. Las críticas a los emolumentos de la ex primera dama catalana surgieron porque, además de ser muy altos, no se corresponden, según las voces más en contra, a su audiencia, que no llega a las 15.000 personas.

Las hijas, protegidas

Ella, sin embargo, ha seguido con su trabajo como si nada. Con algunos cambios, eso sí: antes lo rodaba cada martes en un local multidisciplinar en el Eixample de la capital catalana, pero desde hace un tiempo decidió escoger un lugar más discreto -y más barato- para no tener que estar en el foco mediático. Porque la obsesión de Topor, pese ser muy activa en Twitter, es pasar desapercibida en su vida privada, sobre todo por sus hijas, dos jóvenes que durante la infancia salieron mucho en los medios, aunque ahora se dedican a estudiar y a centrarse en su futuro profesional.