La madre de Luis Rubiales recibe el alta tras sufrir una crisis y ser ingresada en un hospital

En la tarde de ayer, Ángeles Béjar, la madre del aún presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, tuvo que ser trasladada al servicio de urgencias del hospital Santa Ana de Motril tras dos días y medio de huelga de hambre.

La madre de Luis Rubiales, de 74 años y con una enfermedad crónica de riñón, sufrió una crisis de salud derivada del encierro y la huelga de hambre que mantenía desde el lunes, por lo que el médico que velaba por ella en la parroquia de la Divina Pastora de Motril, donde se había atrincherado, recomendó su traslado inmediato a un centro sanitario.

Según ha publicado EFE, Béjar presentaba una “importante hinchazón en las piernas, pudiéndose haber ocasionado por la acumulación de líquidos, vómitos, mareos y angustia, así como un fuerte malestar físico”. Además, presentaba evidentes signos de estrés emocional.

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El párroco de la iglesia, de nombre Antonio, confirmaba su traslado a la prensa que esperaba a las puertas de la Divina Pastora de Motril una nueva comparecencia de la madre de Luis Rubiales minutos después de las 18.00 del miércoles, y afirmaba que ella “no va a volver al templo”.

El día antes, el martes 29, en su improvisada rueda de prensa, Ángeles Béjar explicaba que su hijo le había pedido que cediera en su empeño, pero que ella se mantenía firme en su decisión: “Me ha pedido que lo deje, pero yo seguiré aquí mientras el cuerpo aguante”, declaraba. Aproximadamente 24 horas después de estas declaraciones, su cuerpo le daba la señal de alerta que sus familiares temían, y ella accedía a ser trasladada al hospital.

Pasadas las 23:30 horas del miércoles, Ángeles Bejar abandonaba, acompañada de su hijo, el servicio de urgencias del hospital Santa Ana de Motril, tras haber respondido favorablemente al tratamiento médico durante las horas transcurridas desde su ingreso hospitalario y la consiguiente mejora en su cuadro clínico. Por el momento se desconoce si la madre de Luis Rubiales seguirá adelante con la huelga de hambre con la que pedía que Jenni Hermoso admita que el beso no consentido que le propinó su hijo tras la victoria en el Mundial femenino de fútbol “fue una anécdota”.

Sí parece claro, según las palabras del párroco, que no volverá a su encierro en la parroquia de la Divina Pastora, en la que, según ella misma declaró, había “dormido en una silla”. Poco antes de su traslado a urgencias se sabía que una persona de su entorno le había facilitado un colchón para que no tuviera que seguir haciéndolo.