Confusión con la venta de la casa de Cristina Macaya en Mallorca

"Casa rural en venta en Establiments". Precio, 24 millones de euros. El anuncio de Idealista con el que había salido presuntamente a la venta Es Canyar, la gran mansión de Cristina Macaya en Mallorca, hacía gala de un eufemismo. En realidad, esa 'casa rural' es una mansión señorial de estilo toscano del siglo XIV, ubicada en un extenso terreno de aproximadamente 320.000 metros cuadrados con orientación sur. "La casa ha sido cuidadosamente renovada prestando gran atención al detalle, conservando su estilo original y enriquecida con materiales de alta calidad".

La propiedad se ha convertido en la nueva joya del mercado inmobiliario balear porque, a pesar de su elevado precio, que la convierte en uno de los inmuebles más caros de la zona, no hay muchas posesiones con estas características. La prensa local había revelado que el nombre de la famosa inquilina que ocupó este palacete hasta su fallecimiento, hace ahora un año, era Cristina Macaya. Pero parece que podría haber habido una confusión. Fuentes de la familia a las que ha tenido acceso a Vanitatis explican que la casa de Macaya "no se vende". "Nos han llamado distintas inmobiliarias pero la casa no se vende", puntualizan. "La casa que describe el anuncio no es de ella, no tiene ni cancha de tenis, ni jacuzzi, ni la envergadura o la descripción que se incluye en el artículo".

"El edificio principal cuenta con un impresionante vestíbulo de entrada, el dormitorio principal con vestidor privado y un lujoso baño en suite, además de jacuzzi, y otros cuatro dormitorios, cada uno con su propio baño en suite. El espacioso salón destaca con una chimenea, mesa de billar y acceso a una encantadora terraza. Una sala de televisión, también con chimenea, ofrece un ambiente acogedor para las tardes de relax. La cocina abierta, adyacente al comedor, está equipada con las instalaciones más modernas y ofrece acceso directo a una terraza cubierta. Un comedor, una oficina y un aseo para invitados completan las instalaciones", reza el anuncio que una inmobiliaria local especializada en este tipo de inmuebles ha colgado en el conocido portal sobre la mansión que ha provocado la confusión con Es Canyar.

Así, la casa permanecerá en la familia de momento. Es Canyar ha sido testigo a lo largo de los años de las más exclusivas reuniones sociales. Macaya fue, hasta que la enfermedad se lo impidió, una de las grandes anfitrionas de Mallorca. Por su casa pasaban todos los personajes internacionales que desfilaban por la isla. Desde los príncipes de Mónaco o los príncipes de Kent a los Clinton y los Obama al completo, Felipe González, Cristina Onassis o los Cisneros, por nombrar a los más antiguos.

A lo largo de los años en que Macaya vivió allí, la propiedad fue ampliada de forma espectacular con patios y jardines y con una explanada cubierta de cristal, que mandó construir para la boda de su hija mayor con un financiero libanés, una fiesta para mil personas que hizo historia en la isla. Cuentan que en lo alto de la colina que rodea la parte trasera de la mansión, Macaya construyó una casa para que sus amigos artistas e intelectuales encontraran su inspiración entre la quietud del paisaje y el olor de la flor de azahar.

Cristina Macaya era la mujer que recibía como nadie, acogía en su 'posesió' también a la gente que había dejado de tener poder y que se convertía en invisible para el mundo económico y social: “A mí me da igual. Si es mi amigo, va a ser siempre bien recibido”, explicaba a Vanitatis en crónicas a lo largo de estos años. Y lo mismo hacía con las mujeres divorciadas a las que su exmaridos potentes habían dejado por la joven de turno. La prensa la recordará siempre con cariño porque cuando había un acontecimiento en Es Canyar que hacía acampar a los periodistas a las puertas de su propiedad, siempre ponía a su disposición agua, refrescos y bocadillos. Una de las características de Cristina López Mancisidor, que ese era su apellido de soltera, era el trato impecable con periodistas y fotógrafos.

"El área exterior está impecablemente mantenida, con un jardín, una terraza cubierta y una piscina con cocina de verano. Un apartamento de invitados separado, que pertenece al edificio principal y tiene 100 m², incluye un dormitorio, un baño y una sala de estar. La propiedad también incluye dos edificaciones anexas. La primera, de 180 m², está equipada con tres dormitorios, dos baños, un gimnasio y una terraza. El segundo edificio anexo, de 150 m², ofrece dos dormitorios, un baño, una sala de estar con cocina abierta y una amplia zona de terraza con su propia piscina y garaje", prosigue el anuncio de la casa rural en venta, al que acompañan muchas fotos del impresionante interior. Además hay "una casa adicional para el personal, con un dormitorio, baño, sala de estar y cocina", lo que permite alojar a los empleados o puede usarse como una unidad de vivienda separada.

Por si fuera poco, cuenta "con un estanque con casa de té, una pista de tenis, calefacción por suelo radiante, sistema de alarma, dos amplios garajes y un pozo". Una oportunidad "única" de adquirir "un pedazo de historia, enriquecido con el lujo y la comodidad modernos, en uno de los lugares más deseados de Mallorca". Eso, claro está, si tienen a disposición 24 millones de euros.