Tú a Punta Cana y yo a España: las tres razones por las que Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger no pasarán juntos el verano

Miranda Rijnsburger ya ha aterrizado en España, tal y como confirman fuentes de toda solvencia a Vanitatis, para reunirse con sus hijos en la casa que posee la familia en la localidad malagueña de Ojén, a escasos kilómetros de Marbella. Cuatro de los cinco vástagos que Miranda tuvo con Julio Iglesias también disfrutan ya de las innumerables bondades de la finca Cuatro Lunas, un paraíso repleto de vegetación, animales y piscinas infinitas, tal y como publicó este medio hace unos días. Ahora llega la ex modelo para pasar el verano junto a sus retoños.

El que no se ha desplazado a España —y, al menos de momento, no tiene intención de hacerlo en todo el verano— es Julio Iglesias, tal y como confirman las mismas fuentes a esta revista. No es la primera vez que pasa, porque el cantante ha decidido llevar una vida mucho más sedentaria en los últimos años, sobre todo a raíz de la pandemia mundial del covid, enfermedad que le llegó a obsesionar. El patriarca del clan Iglesias pasa parte del año en Miami, donde viven Miranda y sus cinco hijos, y después se desplaza varios meses a Punta Cana, donde posee una gran mansión que le encanta.

Personas que lo han tratado en los últimos días nos confirman que su estado de salud es óptimo, nada que ver con aquellos rumores que hablaban de un Julio con nula capacidad de movimiento. “De cabeza está perfecto, sigue demostrando una gran inteligencia en cada conversación —nos cuentan—. Físicamente tiene el problema de la espalda, una lesión que reduce un poco su movilidad y le provoca cierta lentitud al andar, pero nada que ver con lo que se llegó a decir. Se vale por sí mismo, aunque se desplaza lentamente y se cansa si está mucho de pie. También hay que tener en cuenta que Julio tiene ya 80 años”.

Hay tres razones por las que el donjuán español por excelencia no acompañará a su familia en España estos días. Dos de ellas conocidas, y que veníamos apuntando en estos párrafos: sus problemas de espalda y la disminución progresiva de su agenda pública y viajera desde la pandemia. Sin embargo, el motivo más importante de esta ausencia es de carácter profesional. Julio se instaló hace unas semanas en Punta Cana y, desde entonces, no ha parado de trabajar en la serie que se está haciendo sobre su vida, un proyecto que firmó con el gigante universal Netflix y que le tiene muy ilusionado.

“Está encantado. Él está narrando su propia historia y los guionistas después lo convierten en acción y diálogos. De momento, está muy sorprendido por la calidad de lo que se le ha mostrado”, nos comentan quienes han hablado con él del tema hace escasos días. “Eso sí, está impaciente porque empiece el casting, que aún no ha arrancado. Tiene muchas ganas de saber qué actor le interpretará”, añaden las mismas fuentes.

Punta Cana o el descanso del guerrero

En 1997, mientras esperaban a su primer hijo, Julio Iglesias y Miranda decidieron establecer su hogar en República Dominicana. Julio se enamoró de Punta Cana, a la que había sido introducido por su amigo Óscar de la Renta. Para crear su casa soñada, contó con alrededor de 100 artesanos españoles, dominicanos y balineses, quienes trabajaron durante cuatro años.

El resultado fue una residencia compuesta por varios bungalós alrededor de una piscina serpenteante y un mar de coralina, incluyendo una casita de dos plantas traída de Bali para los dormitorios y la zona de juegos infantiles. La propiedad, prácticamente invisible desde tierra y mar, incluye un estudio de grabación donde Julio trabaja en sus discos.

Cuatro Lunas, la espectacular casa de Ojén

Mientras Julio trabaja en Punta Cana, sus hijos descansan ya en la casa de Ojén. Allí están ya las gemelas Victoria y Cristina y sus hermanos Miguel y Rodrigo junto a sus parejas. Se espera que pronto llegue también el quinto de los hermanos, Guillermo. En el año 2000, Julio Iglesias compró la finca Cuatro Lunas en Málaga. Esta propiedad de 450 hectáreas, a menos de diez kilómetros de Marbella, está rodeada por árboles centenarios, jardines, palmeras y dos huertos. La finca cuenta con una casa principal que incluye siete habitaciones, ocho baños, una sala de grabación, una sala de juegos y una bodega. Además, dispone de una suite, dos grandes terrazas con vistas al mar, una piscina y un helipuerto, junto con otras edificaciones para recibir a invitados.

Julio Iglesias y Miranda celebraron su boda en esta finca el 24 de agosto de 2010, con una ceremonia religiosa en la parroquia de la Virgen del Carmen de Marbella, acompañados por sus cinco hijos. La finca sufrió un incendio el 30 de agosto de 2012 que devastó más de 8.000 hectáreas en Málaga, afectando a municipios como Coín, Mijas, Marbella, Alhaurín el Grande, Ojén y Monda. Aunque la casa se salvó gracias al césped, que actuó como cortafuegos, muchos de los árboles de la finca quedaron calcinados.

Una vida de película (y serie)

Julio Iglesias comenzó su trayectoria profesional en el fútbol, en las categorías inferiores del Real Madrid, pero un giro inesperado lo llevó a abandonar su carrera como futbolista de élite tras un accidente. Sin embargo, años más tarde, se convirtió en una de las leyendas de la música contemporánea. Comenzó a despuntar en los años 70 como artista internacional, pero fue en los años 80 cuando alcanzó la cima, rompiendo récords y conquistando audiencias universales. Sus logros incluyen premios Guinness por ventas y varios Grammy.

Su estilo único lo ha convertido en una leyenda viva que ha cautivado a millones de seguidores en todo el mundo y ha compartido escenario con grandes artistas como Frank Sinatra, Sting, Dolly Parton, Plácido Domingo, Charles Aznavour, Johnny Hallyday y muchos más.