El duro golpe de Carolina Marín en los Juegos Olímpicos de París: su imagen más desoladora
Para la deportista, París era su segunda oportunidad para alcanzar su sueño, tras no poder participar en los Juegos Olímpicos de Tokio por una lesión de rodilla
La imagen más desoladora de los Juegos Olímpicos hoy es la de Carolina Marín. La deportista se enfrentaba esta mañana a la semifinal de bádminton ante la china He Bing Jiao, competición que ha tenido que abandonar tras una lesión en la rodilla, justo al final del partido en el que la española sacaba ventaja a su contrincante.
Las lágrimas inundaban el rostro de la deportista que ha estado a punto de alcanzar el cielo con las manos, un sueño que lleva años persiguiendo y que ya se vio truncado en los pasados Juegos Olímpicos en Tokio en 2020. Para Marín, esta era su segunda oportunidad, debido a que hace cuatro años no pudo competir en su categoría por una lesión grave también en la rodilla, la segunda en ese momento.
Cuando estaba a punto de cumplir su sueño en Japón, la española se rompió el ligamento cruzado y los meniscos de su rodilla izquierda durante uno de sus entrenamientos para enfrentarse a dicha competición. Este incidente truncó todas sus esperanzas; aun así, la deportista de élite no perdió la fe y continuó preparándose para los Juegos Olímpicos de París. Su lucha y su esfuerzo estuvieron acompañados de grandes dolores durante casi un año; su equipo médico tocó “muchas teclas” para averiguar exactamente qué le ocurría y cómo podían sanarlo. En este proceso, tuvo mucho peso su psicóloga, María Martínez, que estuvo trabajando con ella en tres puntos clave: el desarrollo de la paciencia, el control de la frustración y el autoconocimiento del cuerpo.
Gracias a todo ese esfuerzo, el dolor acabó desapareciendo, y Marín pudo seguir labrando su camino hacia su próximo objetivo: París. Un trabajo arduo en el que vivió pequeños avisos de que la rodilla podía flaquear en cualquier momento, algo que la deportista decidió ignorar, obstinada por conseguir ese sueño que se le había visto arrebatado y en el que tanto había trabajado.
Tristemente, estos juegos nos vuelven a dejar una importante lección: no todo es esfuerzo, también es suerte. En varias ocasiones, Marín llegó a decir: “París es un sueño que en Tokio me arrebataron”. Su confianza y tesón han sido grandes protagonistas en estos juegos cargados de historias personales que, algunas, alimentan el corazón y otras nos llenan de tristeza.
La imagen más desoladora de los Juegos Olímpicos hoy es la de Carolina Marín. La deportista se enfrentaba esta mañana a la semifinal de bádminton ante la china He Bing Jiao, competición que ha tenido que abandonar tras una lesión en la rodilla, justo al final del partido en el que la española sacaba ventaja a su contrincante.
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