Ana Obregón se refugia en Mallorca con su nieta Anita tras pasar el Covid-19

Después de pasar un contagio de Covid-19, Ana Obregón ha comenzado sus vacaciones de verano en Mallorca, junto a su nieta Anita. El destino elegido no es otro que El Manantial, la finca familiar en la Costa de los Pinos que su padre, Antonio García, construyó hace más de cinco décadas. Esta casa, que ha sido testigo de innumerables momentos significativos en la vida de la actriz, vuelve a ser su refugio ideal para desconectar y disfrutar de la compañía de su pequeña.

Obregón no tardó en compartir con sus seguidores la emoción de estar de nuevo en este lugar tan especial. “Por fin vacaciones. Camino del aeropuerto después de que Anita y yo superáramos un COVID. Por eso mi ausencia en redes”, explicó en Instagram, acompañando sus palabras con imágenes que reflejan la felicidad de ambas.

Durante la cuarentena, las dos han encontrado maneras de pasar el tiempo juntas. En una de las publicaciones más entrañables, la actriz mostró un vídeo en el que la pequeña, que acaba de cumplir su primer año, se convierte en su maquilladora improvisada, dibujando rayas de colores en su cara. “Me he dejado maquillar por la mejor maquilladora del mundo”, ha comentado Ana riendo ante la travesura de su nieta.

Una vez recuperadas, se pusieron marcha a Mallorca luciendo conjuntos a juego para subir al avión. Ambas vistieron vestidos de falda vaporosa en tonos azul cielo con cuadros vichy blancos y completaron el look con zapatos planos blancos estilo manoletinas, muy parecidas a las de Dorothy en 'El mago de Oz'. Para rematar, tanto Ana como Anita llevaban lazos a juego, uno en la melena rubia de la actriz y otro en la parte superior del vestido de la pequeña.

El vínculo de Ana con Mallorca es profundo y emocional. Este rincón del Mediterráneo ha sido testigo de algunos de los momentos más felices de su vida, desde las primeras palabras de su hijo hasta el proceso de escritura y finalización del libro 'El chico de las musarañas'. Un texto que Aless comenzó en el hospital y que la actriz concluyó en este mismo refugio tras su fallecimiento. Todos los beneficios obtenidos con la venta del libro han sido donados a la Fundación Aless Lequio, un proyecto que Ana promueve con gran dedicación.

El recuerdo de su hijo está siempre presente y Ana lo llevó consigo a este verano. "A vivir el verano por segunda vez en mi vida de la mano de mi angelito. La primera vez fue con Aless, el amor de mi vida”, escribió la intérprete, demostrando una vez más el amor eterno que siente. Ya instaladas en su destino, Ana compartió un mensaje deseando “buenas noches al cielo y a la tierra”, mientras contemplaba la luna reflejada en el mar desde la terraza de su casa.

Este verano en Mallorca es particularmente significativo para Ana, quien el año pasado acortó su estancia en la isla debido a un acuerdo familiar. Este año, sin embargo, parece decidida a disfrutar al máximo de cada momento en este lugar lleno de recuerdos y paz, ahora acompañada por Anita, quien se ha convertido en el centro de su vida.