Gabriela Palatchi (exPronovias) amplía negocio y pasa de la cocina a construir hoteles

Todo empezó como en un cuento: Gabriela Palatchi se había formado en los mejores centros del mundo para heredar Pronovias, el negocio de la familia, y dirigirlo junto a sus hermanos. Pero en su cabeza pesaba la idea de seguir sus sueños, y eso era empezar de cero su propio proyecto. Llegó el amor y con él la valentía de romper con todo, largarse a vivir a Estambul, de donde es su marido, Ediz Elhadef, y crear lo que al principio fue una empresa de comida a domicilio.

Poco a poco, con un trabajo intenso detrás, Palatchi ha logrado su propio imperio y su catering se ha convertido en el must en cualquier evento en Madrid. Ella no ha querido regodearse en su éxito y ha vuelto a dar una voltereta, pirueta que parece acertada a la vista de los resultados. A Gab Foods, su empresa de comida y catering, se suma Gab Studio, el proyecto para crear hoteles (y otros grandes proyectos) desde cero.

Ya tiene tres en su porfolio, todos en Turquía y todos un auténtico sueño. No son sólo hoteles, son proyectos al completo, desde restaurantes, espacios efímeros y proyección de marcas. “En Gab Studio proveemos soluciones creativas comprensivas con un acercamiento de 360 grados, integrado con una dirección de marca. Especializados en el concepto creativo, desarrollo de marca, ejecución de diseño, nuestro equipo transforma ideas en experiencias distintivas que resuenan profundamente y dejan un impacto de larga duración, todo conducidos por una mirada estrategica y precisión creativa".

Equipo femenino

Para todo ello, Palatchi se ha rodeado de un equipo formado todo por mujeres en el que destaca Irem Guven, como Project Manager; Paula Trocaola, como codirectora creativa; y la arquitecta Milagros Grosso como diseñadora. Lo que esperan poder hacer y ya han hecho con tres proyectos es guiar al cliente desde el inicio, desde la creación del concepto hasta su ejecución.

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Para todo ello, Gab Studio cuenta con equipos creativos de arquitectos, diseñadores de interiores, paisajismo, decoración y mobiliario, estilo, fotografía y dirección de arte. Se trata de ofrecer un proyecto completo como el que han desarrollado en los anteriormente citados. Uno de ellos es un hotel en el punto turístico Ahama, en Gocec, Turquía.

Tradiciones judías y catalanas

En este emplazamiento crearon un diseño inspirado en el estilo japonés y enraizado en la naturaleza donde la luz es el centro. Lo llaman la tierra de la luz y la conexión entre la arquitectura y la naturaleza ha sido la inspiración de Gab Studio, siempre siguiendo la filosofía de Palatchi, que se nutre de las tradiciones judías y catalanas de su familia, además de las artesanías locales, la simplicidad y lo auténtico.

En el mismo lugar han desarrollado el club de playa llamado Aurora, que plantea el amanecer como temática principal, con materiales naturales como la madera y los cristales.

En Estambul está su tercer proyecto terminado, el café Mezkla, que crearon desde cero. Cuando les ofrecieron este proyecto, les dieron un espacio vacío en el barrio de Etiler. Desde Gab Studio cuentan que se inspiraron en la arquitectria de Luis Barragán, basada en colores neutros, formas geométricas y materiales naturales para darle al espacio una personalidad que perdure en el tiempo.

Chef, libros y familia

Quienes conocen a Gabriela Palatchi hablan de una trabajadora infatigable con miles de proyectos y sueños en la cabeza. Después de crear Gab Foods, su empresa de catering, escribió un libro de recteas, titulado ‘Casa’, en el que desgranaba sus sueños. Ella misma lo escribió en el prólogo de su libro, trabajo alabado por los especialistas en el que Palatchi ofrece recetas, trucos y claves de su éxito como chef.

Sí, al final, eso que nunca pensó acabó convirtiéndose en realidad, un sueño con el que casi no se atrevía ni a soñar y que es ahora su modo de vida. Y todo porque, ay, se cruzó el amor en su camino: “De niña, nunca pensé que sería chef. Mi destino parecía diseñado, modelado y cortado: trabajaría en la moda, en el negocio familiar en España”.

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“Todo cambió cuando conocí al amor de mi vida, mi marido, Ediz”, cuenta la empresaria. “Lo dejé todo y le seguí a su ciudad, Estambul, Turquía. Me mudé sin un plan más que seguir mi corazón. Curiosamente, este movimiento fue también el retorno a mis propias raíces: mi abuelo paterno nació en Estambul. Me enamoré rápidamente de la ciudad. Amo a la gente, mi familia y la comida".