Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana siguen casados: el documento que demuestra que ella no tiene prisa
Nueve años después de su boda, el matrimonio se separaba, pero no es hasta el 26 de febrero de 2018 cuando presentan la demanda de divorcio. Oficialmente siguen casados
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Aunque parezca extraño y rocambolesco, Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana siguen oficialmente casados. No hay divorcio, a pesar de los requerimientos por parte del marido para que el tema se zanje definitivamente. Lo único que sí se resolvió en este contencioso matrimonial fue estipular la custodia compartida de los hijos comunes.
A estas alturas del proceso, los dos tienen ya nuevas vidas afectivas. Arantxa con su pareja, con la que viajó a España hace unos meses. Casualidades de la vida, coincidieron con Santacana y los hijos comunes en el aeropuerto en junio. El empresario y su actual novia tuvieron un bebé este verano.
Con sus vidas resueltas, es difícil entender la situación matrimonial de ambos. Y más aún cuando Arantxa Sánchez Vicario pactó con la Fiscalía para evitar prisión, echando la culpa al marido de todos sus problemas con Hacienda. Como nos explican expertos en este tipo de separaciones, "lo sensato es que se dé por finalizada judicialmente y no se pongan trabas".
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Hay doy versiones para este retraso. Una, que es el propio Santacana el que impide la solución; y otra, que es la propia Arantxa Sánchez Vicario quien no presenta determinadas informaciones, como se puede analizar por los documentosa los que ha tenido acceso Vanitatis.
En el primer caso, nos explican que no sería entendible que el empresario pusiera trabas a una historia que, no solo le cuesta mucho dinero, sino que imposibilita su nuevo matrimonio.
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La razón más importante de este retraso tiene que ver con la solicitud, en octubre del 2024, por parte del despacho de abogados que representa al todavía marido de una moción a la que no responde Sanchez Vicario. Se trata de informar al juzgado del patrimonio económico que ella tiene, ya que Santacana lo presentó hace tiempo.
Así nos lo explican: "Para que haya una vista y cerrar el divorcio hace falta hacer una aportación de lo que son tus ingresos y tus bienes. Es lo mismo que se hace en España. Se pide la declaración del IRPF, la de tus ingresos. Y aquí en Miami se ha pedido esa declaración financiera actualizada. Lo que sucede es que Arantxa tiene en Barcelona el recurso de casación. Llegó a un acuerdo con la Fiscalía y con el banco de Luxemburgo para ir pagando cantidades X. Si aporta en un juzgado de Miami informacion donde se ve que tiene más patrimonio, puede ser que el banco de Luxemburgo pida un incremento o se eleve la pensión de los hijos. En Estados Unidos los gastos se hace en función de los ingresos, con una proporcionalidad. Si afloran más ingresos, estos dos asuntos podrían cambiar".
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La respuesta que dio la tenista en tres ocasiones es que necesitaba más tiempo. Como figura en un documento con fecha 31 de enero del 2024, esa información tendría que haberse proporcionado al juzgado antes del 1 de marzo del mismo año. Sí se presentó su respuesta, pero estaba incompleta, como figura en el escrito. La respuesta del equipo legal de Sánchez Vicario fue la siguiente: "La esposa necesita tiempo adicional” y termina con una nueva petición con fecha del 14 de octubre del 2024.
Pidió tres prorrogas que ya se han agotado, como figura en el punto 4 de dicho documento. El juez comunicó que ya se había acabado el tiempo y que ya no había más retrasos.
Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana se casaron en el castillo de Perelada el 12 de septiembre de 2008. Nueve años después, el matrimonio se separaba, pero no es hasta el 26 de febrero de 2018 cuando presentan oficialmente la demanda de divorcio. No fue de mutuo acuerdo y, a partir de ahí, ambos recorren su propia travesía del desierto en este contencioso civil que sigue sin resolverse. Oficialmente, su estado civil es el de casados.
Aunque parezca extraño y rocambolesco, Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana siguen oficialmente casados. No hay divorcio, a pesar de los requerimientos por parte del marido para que el tema se zanje definitivamente. Lo único que sí se resolvió en este contencioso matrimonial fue estipular la custodia compartida de los hijos comunes.