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Tita Cervera sí acudió al cumpleaños de Sacha
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Tita Cervera sí acudió al cumpleaños de Sacha

 Hasta el último momento no se sabía con certeza si la baronesa cumpliría con la palabra dada al hijo querido y asistiría como estrella invitada al

Foto: Tita Cervera sí acudió al cumpleaños de Sacha
Tita Cervera sí acudió al cumpleaños de Sacha

 Hasta el último momento no se sabía con certeza si la baronesa cumpliría con la palabra dada al hijo querido y asistiría como estrella invitada al cumpleaños de su nieto. Las alteraciones en las relaciones materno-filiales cambian con tanta rapidez que donde los protagonistas dicen negro una mañana, a la tarde es blanco y por la noche de nuevo cambia de color. La semana pasada Cervera respondía a la periodista Aurora Algar que para ese día tenía un compromiso ineludible. Por lo tanto, se entendía que pasaba totalmente de la fiesta infantil.

Los B&B (Blanca y Borja), por su parte, contaban que sí, que la abuela estaría junto a Sacha. De esa manera subía el caché de la exclusiva por el interés mediático. Daba igual, como así fue, que la baronesa no compartiera mesa con los consuegros, que se hablara lo mínimo con la nuera y que a los tíos maternos del bebé los ignorara como si tuvieran el don de la invisibilidad. Carmen se levantaba de la mesa para posar ante el fotógrafo de ¡Hola! en plan abuela feliz y ahí terminaba la historia. Seguramente tiene sus razones para actuar así. Lo raro es que la familia política lo acepte.

A todo esto, hubo también filtraciones interesadas de los vetos a Chelo García Cortés y a Leo Solanes impuestos por Tita para acudir al cumpleaños. “O ellas o yo”, dicen que dijo, aunque me cuesta creerlo porque con no hablarlas como hace con los Cuesta se hubiera resuelto el problema.

Para los que no estaban al tanto de las evoluciones afectivas de nuestros protagonistas, la organización de la fiesta infantil fue impecable, aunque un tanto excesiva teniendo en cuenta que el bebé cumplía un año. Imaginen lo que será la celebración de su mayoría de edad. Seguro que los padres le organizan un vuelo espacial. Los cerca de ochenta invitados, incluidos los menores de edad, se distribuyeron en uno de los salones del Hotel Arts, decorado para la ocasión con globos verdes, azules y con la imagen de Winnie The Pooh, además de un gran cartel de “Felicidades Sacha”.

En otro lugar de la sala, una mesa repleta de bolsas y paquetes de tiendas de lujo más dos coches -un todoterreno y un deportivo- adecuados al tamaño del niño. Por cierto, el homenajeado apareció más tarde porque estaba durmiendo. Los papás habían reservado una habitación en plan nursery para que los más pequeños pudieran echar la siesta. Sacha estaba en otra suite y apareció vestido con una camisa a cuadros, un pantalón vaquero y deportivas. Un estilismo que no gusta demasiado a la abuela Tita que prefiere que los “bebés vayan vestidos de bebés”. Borja eligió el negro. Pantalones y camisa de ese color animada con flores. Blanca, con medias opacas negras, botines y un minivestido multicolor demasiado fresco.

La nuera Thyssen aún se recupera de su pericarditis. Borja comentó a algunos de los invitados que no se podía poner el aire acondicionado para no perjudicar la salud de su mujer. Para esta ocasión especial, la baronesa repitió un conjunto que utiliza mucho de traje pantalón y camisa blanca.

Nada más llegar los adultos se entonaban con una copa de champán rose y a continuación pasaban al salón donde se había dispuesto un espectacular buffet a base de mariscos, ostras, pescados al horno, en salsa, pudding, ensaladas, sushi, sashimi, carne asada, risotto, pasta, fiambre, jamón, empanadillas y rollitos orientales, pollo, cordero… y postres multivariados, además de una tarta rectangular con una vela.

Dos animadores disfrazados del oso Winnie y de Mickey acercaron a Sacha su tarta de cumpleaños. Las mesas estaban decoradas con manteles rojos y unos centros imitando regalos envueltos en pétalos de flores en rosa, fucsia y verde. Casualidad o elección para no tener que cruzar la mirada con nadie que no quisiera, Tita se sentó mirando al mar, rodeada de sus fieles, Antonio Salcedo, Manolo Segura y Javier Báñez, del que se dijo era su novio. Carmen siempre lo negó. Las mellicitas y tías de Sacha , Sabina y Carmen, no estuvieron, o al menos la mayoría de los invitados no se percataron de su presencia.

 Hasta el último momento no se sabía con certeza si la baronesa cumpliría con la palabra dada al hijo querido y asistiría como estrella invitada al cumpleaños de su nieto. Las alteraciones en las relaciones materno-filiales cambian con tanta rapidez que donde los protagonistas dicen negro una mañana, a la tarde es blanco y por la noche de nuevo cambia de color. La semana pasada Cervera respondía a la periodista Aurora Algar que para ese día tenía un compromiso ineludible. Por lo tanto, se entendía que pasaba totalmente de la fiesta infantil.