En España todavía se teme a los Franco
En junio Francis Franco Martínez-Bordiú protagonizó un incidente en la Estación de Delicias de Zaragoza, al intentar alcanzar el AVE, que estaba a punto de ponerse
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En junio Francis Franco Martínez-Bordiú protagonizó un incidente en la Estación de Delicias de Zaragoza, al intentar alcanzar el AVE, que estaba a punto de ponerse en marcha con destino a Madrid . El nieto mayor de Franco, que se acercaba al tren instantes antes de que éste partiera, intentó saltarse el control de seguridad para poder llegar a tiempo al vagón. En el trayecto a contrarreloj, increpó y empujó a dos azafatas, que terminaron en el suelo, y arremetió contra una guardia de seguridad de nacionalidad argentina, Gabriela Rufanach, que tuvo que permanecer un tiempo de baja como figura en el parte de lesiones.
Pablo Piñero, el marido de Gabriela, que, según las declaraciones que realizó a la Policía, fue agredida física y verbalmente por Francis Franco, asegura a Vanitatis que “es muy posible que retiremos la denuncia al no poder contar con todas las garantías procesales en el juicio que se va a celebrar el 5 de noviembre en el juzgado de instrucción número 10, aquí en Zaragoza contra este señor. A Gabriela no se le han permitido ver las imágenes de la agresión. No sabemos si han desaparecido o si se han perdido, porque la explicación que nos dan es que el secretario del juzgado tiene desprendimiento de retina y no ha podido visionar la cinta”. (Ver vídeo)
Una situación incomprensible si se tiene en cuenta que este funcionario debe cumplir con su obligaciones, entre las que se encuentra mirar muchos expedientes y dar traslado al juzgado correspondiente. Si él está de baja, otra persona debería sustituirle, pero nunca paralizar una instrucción. Pablo que también trabaja en la estación de Delicias afirma que “sospechamos que están intentando dilatar las actuaciones o, en el peor de los casos, hacer desaparecer dichas imágenes, con lo cual, la indefensión es total”.
Cuando Gabriela realiza la denuncia, en la propia comisaría le aconsejan que se asegure de que se preserven las imágenes para aportarlas como prueba. Lo llamativo de la situación es que cuando tienen que presentarse ante el juez, éste no llama a los policías que la tomaron declaración el día del incidente.
Como en otras estaciones de ferrocarril, por seguridad se graba absolutamente todo y las cintas permanecen archivadas durante un tiempo que puede ir de quince días a un mes. Pero, en este caso, si previamente hay un altercado y una posterior denuncia, es de obligado cumplimiento custodiarlas. Aunque en esta historia, ni la denunciante ni su abogado ha tenido acceso a la información y, por lo tanto, no saben qué aparece en dichas imágenes.
La seguridad de la estación de Zaragoza, que controla ADIF (Administrador De Infraestructuras fFerroviarias), tiene contratadas a dos empresas, Eulen y Ombus. Una funciona de cara al público y la otra controla las cámaras. Ni una ni otra dan razones de lo que puede haber ocurrido con las imágenes.
Lo llamativo del caso es que otras agresiones, como la ocurrida en el metro de Barcelona contra la adolescente ecuatoriana, rápidamente tuvieron su repercusión mediática. Ahora, al tratarse de un Franco tenga diferente trato. De hecho a Pablo, Francis Franco le dirigió una palabras inconvenientes cuando trató de calmarle aun si saber que la agredida era su mujer. “Me dijo: 'Tú no eres nadie, en tu país puedes hacer lo que quieras, pero aquí no'”.
Quizá el nieto aún recordaba los tiempos en que aseguraba que España era la finca del abuelo. Pablo Piñero y Gabriela Rufanach están desconcertados con esta historia. El matrimonio acudió al programa 'Sin ir más lejos' de la televisión pública de Aragón, sin recibir a cambio ninguna compensación económica. “Sólo queremos que se conozca la verdad. Somos trabajadores que siempre hemos cumplido con nuestras obligaciones laborales y nadie puede poner en duda nuestra dedicación y profesionalidad”. No hay que olvidar que a los pocos días de suceder el altercado, Francis Franco acudió a un programa donde “mancilló nuestro honor y nuestro trabajo”.
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