Ni Cayetano ni Bono: la de Marta Ortega será una boda sin nombres propios

El próximo sábado, Marta Ortega y Sergio Álvarez Moya se casan en el pazo familiar de Anceis, en el municipio de Cambre (La Coruña). La discreción que ha rodeado siempre a la heredera del imperio Inditex ha hecho que los detalles de los preparativos de la boda, como los trajes nupciales que vestirán ambos, sea materia reservada. 

 

Y por ahora no hay intención de cambiar de registro ni de modelo informativo. No será una boda multitudinaria, como se ha dicho. No más de doscientos invitados, entre los que no se encuentra nadie de la familia Bono. Aunque José, el hijo, ha compartido competiciones hípicas con la pareja, no tiene con ellos una relación más allá de la deportiva.

 

En su día hubo quien quiso ejercer de celestina entre él y Marta, pero la historia resultaba tan imposible como que se ennoviara con Cayetano Martinez de Irujo, otro compañero de concursos que junto con la sobrina de Ana Obregón, Carolina Aresu, también amazona, tampoco están invitados.

 

Sí acudirá Ainoha Arteta en calidad de consorte del jinete Jesús Garmendia y también lo harán Athina Onassis y su marido. Pero pocos más nombres sonoros. Nada de representantes del poder político, empresarial o social. 

 

Según han explicado a Vanitatis, es la boda que ellos quieren y no hay ningún solo invitado que sea de conveniencia. Ni lo necesitan ni lo quieren. En cuanto al convite nupcial, habrá dos cocineros, que ya tienen diseñado el menú de la boda y el coctel, que estará compuesto por platos gallegos elegidos por la novia y asturianos para homenajear a la familia del novio.

 

En cuanto al vestido de Marta, el diseño lo ha realizado una amiga suya y no se ha cosido en las instalaciones de Arteixo, cuartel general de Inditex. Según parece, en ninguno de los departamentos ha entrado ni un trozo de tul, seda salvaje, organza, crepe... que tuviera que ver con el futuro traje matrimonial de la heredera. La razón es que de esa manera se evitaban filtraciones y malos rollos. Como siempre la discreción como marchamo de la casa.