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Carolina Cerezuela, embarazadísima y 'muda' en el homenaje a su marido, Carlos Moya
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Carolina Cerezuela, embarazadísima y 'muda' en el homenaje a su marido, Carlos Moya

Carlos Moyá recibió este jueves el premio a toda una trayectoria profesional, dos años después de anunciar su retirada de las pistas de tenis. Junto a

Foto: Carolina Cerezuela, embarazadísima y 'muda' en el homenaje a su marido, Carlos Moya
Carolina Cerezuela, embarazadísima y 'muda' en el homenaje a su marido, Carlos Moya

Carlos Moyá recibió este jueves el premio a toda una trayectoria profesional, dos años después de anunciar su retirada de las pistas de tenis. Junto a él se encontraba su mujer, una embarazadísima Carolina Cerezuela, que a pesar de acaparar todas las miradas y los flashes con su impresionante vestido negro -diseño de YolanCris-, prefirió mantenerse en un discreto segundo plano. No solo pretendía que el tenista brillase con luz propia en una noche que irremediablemente llevaba impreso su nombre, sino que por exigencias de un contrato publicitario tenía prohibido realizar declaraciones a la prensa durante los próximos días, tal y como ella misma transmitió.

A pesar de todo, la comunicadora sí que pudo reconocer la ilusión que siente al ver a su chico tan feliz con este premio y lo orgullosa que está de él: “Admiro muchísimo a Carlos. Es normal, porque a tu pareja siempre la admiras sea lo que sea a lo que se dedique. Siempre que estás enamorado admiras a la persona que tienes a tu lado”, afirma Cerezuela mientras sonríe con complicidad a su marido. “Qué voy a decir si está aquí al lado”, añade con picardía despertando las risas entre los asistentes.

Carlos Moyá recibió este jueves el premio a toda una trayectoria profesional, dos años después de anunciar su retirada de las pistas de tenis. Junto a él se encontraba su mujer, una embarazadísima Carolina Cerezuela, que a pesar de acaparar todas las miradas y los flashes con su impresionante vestido negro -diseño de YolanCris-, prefirió mantenerse en un discreto segundo plano. No solo pretendía que el tenista brillase con luz propia en una noche que irremediablemente llevaba impreso su nombre, sino que por exigencias de un contrato publicitario tenía prohibido realizar declaraciones a la prensa durante los próximos días, tal y como ella misma transmitió.