La reacción de la duquesa tras el triunfo en los juzgados de Eugenia

Eugenia Martínez de Irujo recibía feliz este lunes la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid -tras el recurso de Fran Rivera-que ratificaba las medidas cautelares respecto a la guarda y custodia de la hija que tiene en común con el torero. Cayetana, que el pasado octubre cumplió 15 años, continuará viviendo en el palacio de Liria con su madre y los fines de semana alternos viajará a Sevilla para pasarlos con su padre, que decidió trasladarse a la capital hispalense cuando creo junto a otros socios una empresa de chatarra.

“Aunque Eugenia sabía que era difícil que le dieran la razón a Francisco, no las tenía todas consigo y ha llorado mucho. Ahora el conflicto terminó y lo que quiere es volver a la rutina y olvidar este año pasado”, aseguran a Vanitatis amistades comunes de ambos que apoyaron a Eugenia por sentido común más que por traicionar al torero. Para la duquesa de Montoro esta decisión judicial pone fin a unos meses de absoluto desasosiego porque nunca entendió la necesidad de su exmarido de solicitar la custodia con la revolución que eso supondría en la estabilidad cotidiana de Tana: cambio de ciudad, de colegio, de amistades…. “Tiene una relación magnifica con Tana y sabe que en un futuro puede elegir vivir con el padre. Eugenia nunca se ha opuesto a que cuando acabe sus estudios lo haga, pero ahora era desestabilizarla”, señalan estas mismas fuentes.

Quien también ha recibido la noticia con alegría ha sido la duquesa de Alba. Según ha podido saber este medio del entorno de doña Cayetana, Eugenia la telefoneó inmediatamente para comunicarle la decisión judicial. Dicen los que conocen a la jefa de la Casa de Alba que ha sido una de las mejores noticias que podía recibir. “Cayetana estaba muy preocupada porque veía muy triste a Eugenia. Era muy complejo que cambiaran la decisión, pero hasta que no ha escuchado a su marido, Alfonso Díez, transmitirle la sentencia de boca de su hija no se ha quedado tranquila”, revelan a Vanitatis. Sus palabras fueron: “Qué bien, qué felicidad. Ahora ya tenemos otra vez tranquilidad”.

La duquesa quiere mucho a su nieta aunque la ve menos de lo que quisiera. No obstante, entiende que cuando la niña viaja a Sevilla lo que quiere es divertirse con sus amigas en vez de ir a ver a la abuela. “Cayetana no se lo toma a mal”, dicen. En cuanto a Fran, personas próximas a la duquesa afirman que “lo que no va a cambiar es la opinión que tiene sobre Francisco, del que sigue considerando que ha hecho mucho daño innecesariamente”.

El resto de la familia también ha respirado. “Fueron tiempos duros para todos”, confirman desde el palacio de Liria. Los hermanos, salvo Jacobo, que vive fuera de Madrid, acompañaron a Eugenia al juzgado de familia cuando tuvo la comparecencia.