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Los rostros más conocidos del alzheimer, la enfermedad del olvido
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Los rostros más conocidos del alzheimer, la enfermedad del olvido

Adolfo Suárez no ha sido ni el primero ni será el último rostro conocido que ha fallecido a causa del alzheimer. Fue su hijo, Adolfo Suárez

Adolfo Suárez no ha sido ni el primero ni será el último rostro conocido que ha fallecido a causa del alzheimer. Fue su hijo, Adolfo Suárez Illana, quien hizo pública su enfermedad en 2005, en el programa Las Cerezas, presentado por Julia Otero. “Ya no recuerda que fue presidente del Gobierno, no conoce a nadie y sólo responde a estímulos afectivos como el cariño”. De esta forma, se pretendía acabar con “los chismorreos” para mantener su “dignidad y estética”.

A pesar de que son varios los actores, políticos y figuras vinculadas al mundo de la cultura que padecen o han padecido esta enfermedad, el silencio, en la mayoría de los casos, ha sido el detonante bien por el desconocimiento o por el deseo de mantenerlo lejos de los medios. Sin embargo, alquien en su día pretendió acabar con el estigma de esta terrible dolencia contándolo en primera persona. En 2007, Pasqual Maragall, histórico político del PSC que fue presidente de Cataluña y alcalde de Barcelona, convocó una rueda de prensa para decir, personalmente, que padecía alzheimer. “No es fácil, no es sencillo, pero esta visita me conduce a ser optimista, al menos a medio y largo plazo y lo haré personalmente y acompañado de sus posibilidades, económicas o personales o científicas”.

Vanitatis rescata del olvido a quienes no pueden disfrutar de unos recuerdos que esta enfermedad les ha arrebatado.

Adolfo Suárez no ha sido ni el primero ni será el último rostro conocido que ha fallecido a causa del alzheimer. Fue su hijo, Adolfo Suárez Illana, quien hizo pública su enfermedad en 2005, en el programa Las Cerezas, presentado por Julia Otero. “Ya no recuerda que fue presidente del Gobierno, no conoce a nadie y sólo responde a estímulos afectivos como el cariño”. De esta forma, se pretendía acabar con “los chismorreos” para mantener su “dignidad y estética”.