Elena Cullell, el principal motivo de Luis Enrique para regresar a Barcelona

“Un tipo peculiar, directo y diáfano”. Así describen a Luis Enrique quienes mejor le conocen. El nuevo entrenador del Barça viene para marcar el punto y final a la era Tata Martino y empezar una nueva vida. Vuelve a Barcelona un año después para recuperar a su mujer y a sus hijos, de los que ha estado separado mientras vivía a caballo entre Vigo -por su trabajo como entrenador del Celta- y la Ciudad Condal. Este ha sido el principal motivo para su vuelta, según él mismo declaró en su despedida del club gallego. El entrenador asturiano necesitaba retomar la vida familiar que llevaba en Cataluña hace unos años y devolverle a los suyos la estabilidad que perdieron cuando se fueron a Italia, donde él dirigió a la Roma. Allí vivieron su particular annus horribilis.

Eso ya quedo atrás. Este miércoles el club azulgrana presenta oficialmente al asturiano como nuevo míster. Desde que se le viera en su casa de Gavá compartiendo confidencias con Zubizarreta no se hablaba de otra cosa en los corrillos deportivos. El nombre del que fuera una de las estrellas del club como jugador ya empezó a sonar con fuerza cuando se buscó el relevo a Tito Vilanova por su enfermedad, pero en ese momento no pudo ser.

Dicen algunos periodistas deportivos que con Luis Enrique se vuelve al sistema ‘Guardiola’, pero es sólo una verdad a medias. Comparte con Pep su amor por el club en el que ambos se dejaron la piel, su discreción y su mano izquierda con la prensa, con la que prefieren mantener las distancias. Unas distancias que se hacen mucho más largas en el caso de Luis Enrique. Sin embargo, el carácter de uno y otro poco tiene que ver. De Guardiola siempre se alabó su diplomacia y si algo define a Luis Enrique es que es una persona directa, muy clara, que no quiere medias tintas y para el que la vida se mide en blancos y negros. “No contempla los grises. Es de ideas muy radicales y por eso o tiene a gente muy a su favor o gente que le odia”, declara una persona de su entorno a Vanitatis. “Es muy altivo y soberbio”, asegura otra de las fuentes, que también elogia su profesionalidad como entrenador.

Dicen en su entorno deportivo que su forma de entender el deporte no deja indiferente a nadie. Incluso a los entrenamientos se desplazaba en bicicleta para sorpresa de muchos. “Sus jugadores no viven con la misma intensidad con la que él vive el deporte”, dicen sus allegados. Y es que lo que siente Luis Enrique por los entrenamientos y las actividades físicas va mucho más allá de la afición. Su faceta de entrenador la compagina a la perfección con las maratones, ultramaratones, triatlón y otras pruebas extremas como los Ironman que están consideradas sólo aptas para “superhombres”. En su Twitter no se habla de otra cosa. En su perfil Luis Enrique cuelga cada una de las pruebas deportivas a las que se enfrenta.

La azafata Cullell

Una pasión por el deporte que Lucho, como le llaman en el mundo del fútbol, ha sabido transmitir a su familia. Cuando Luis Enrique aterrizó en Barcelona después de su paso por el eterno rival blanco, enseguida se enamoró de una joven catalana de Gavá de 25 años que se llamaba Elena Cullell. Ella era azafata de tierra y el flechazo fue tal que sólo tardaron unos meses en pasar por el altar. Fue durante el parón de Navidad, en 1997, en una ceremonia con más de 200 invitados en la Basílica de Santa María del Mar, donde se han casado otros personajes conocidos como Jordi Pujol con Marta Ferrusola o el vástago de José Manuel Lara, pope de Planeta. La boda tuvo lugar en medio de una gran expectación, incluso a las seguidoras del futbolista se les podía oír gritar: “¡No te cases Luis Enrique!”

En estos 17 años de matrimonio la pareja ha tenido tres hijos con los que Luis Enrique se deshace en mimos según cuentan fuentes de su entorno. El mayor, Pacho, nació en diciembre de 1998 y sigue los pasos de su padre en el fútbol. Sira, su segunda hija, que ahora tiene 14 años, también ha heredado su pasión por el deporte y actualmente está federada en un club de tenis. Sólo cinco años tiene Xana, la pequeña de los Martínez Cullell.

Con su familia Luis Enrique ha formado un ‘equipo’ perfecto. Durante su periplo como entrenador en la Roma, le acompañó y le ayudó a superar los momentos más difíciles que allí vivieron. Desde su llegada al equipo italiano empezó a tener problemas con los jugadores estrella del club y con la prensa. Tanto es así que al final tuvo que marcharse antes de que terminase su contrato. Como él mismo declaró, no podía soportar que su propio hijo en el colegio estuviese cargando con el peso que suponía tener a la prensa y a los aficionados en contra de su padre.