Las cuatro mujeres cruciales en la vida de García Revenga (y ninguna es infanta)

5 de enero de 2003. El entonces Rey Don Juan Carlos cumplía 65 años. Un restaurante chino de la Gran Vía madrileña acogía esa tarde a un peculiar grupo: toda la Familia Real (la de hace 13 años), cuñados incluidos, tres amigos personales de los hijos de los Reyes, Carlos García Revenga, secretario de las infantas, y Ana Isabel Wang, su mujer en ese momento y directiva del Banco Santander, cuya familia regenta el local donde celebran el aniversario: El Buda Feliz, negocio del que ella es apoderada. Van todos en vaqueros, excepto Doña Sofía y Jaime de Marichalar, que lleva traje y chaleco. Están en 'casa' de los suegros de Revenga, pero no para todos hay la misma confianza.

Durante la cena el Rey bromeó con las amigas de las infantas. Les dice que se quiere reír, que es su cumpleaños. En ese momento se dirigió al marido de la infanta Cristina: "Iñaki (Urdangarin), llámame suegro". Y Urdangarin, que comparte el mismo sarcasmo que el monarca, contestó obediente: "Hola, suegro". Pero el Rey insiste: "¡Con más cercanía, coño!". Y el duque de Palma soltó: "¡Qué pasa, tío!", ante la carcajada general de la mesa. Acto seguido, el Rey se volvió hacia Marichalar y le pidió que le llamase 'Juanito'. Entonces, el duque de Lugo dijo en un toco nada jocoso: "Por favor, señor, usted para mí siempre será Su Majestad". Garcia Revenga y su mujer le quitan solemnidad al momento y no paran de reírse. Y todos les secundan. "La complicidad de Revenga y su entonces mujer con la Familia Real era absoluta y entonces estaba claro quién estaba fuera del círculo", cuenta una amiga de la infancia de la infanta Elena.

Carmen y Laura, ahijadas de las infantas de España

Esa escena feliz de Carlos García dando cobijo a la Familia Real en el restaurante de sus suegros arropado por Ana Isabel, su inteligente y discreta mujer, acaba tres años después. En 2006 Revenga se divorcia. Ella no pone muchos problemas en la parte económica. Estuvieron bastantes años compartiendo empadronamiento en una casa de Pozuelo de Alarcón de 322 metros cuadrados, pero en la parte sentimental es un duro golpe para el que fue profesor de las infantas. Su exmujer se lleva a China a su dos hijas, Carmen y Laura, y terminan el bachillerato en la Western Academy of Beijing (en Madrid estaban en el Colegio Jesús y María). Ella es directora del Santander Universidad Asia Pacífico y su trabajo le hace pasar todo el tiempo en el gigante chino. La mayor, Laura, terminó la secundaria en Pekín y, aunque se licenció en Económicas por la madrileña Carlos III, hizo una beca Erasmus en la Universidad de Maastricht, en Holanda, y volvió a China como becaria de la petroquímica Técnicas Reunidas durante el verano de 2011. Trabajó en en la división comercial del Santander, aunque ya en Madrid, y hoy es analista estratégico en Accenture. La menor, Carmen, estudia Ingeniería Industrial con unos excelentes resultados y es muy aficionada al deporte.

Los que las conocen dicen que "por suerte han heredado el carácter de la madre. Huyen de todo protagonismo, son inteligentes y trabajadoras", explican. Y apuntan que con todo el "distanciamiento" que ha habido de "Carlos con Doña Elena y Doña Cristina las niñas se han quedado sin madrinas. Las pobres ya solo las ven en el banquillo o por la tele. Son unas crías estupendas con una vida que, por suerte, se parece a la de su madre", inciden.

Entre la periodista y la Borbón

De este varapalo Revenga se recupera años después con una mujer ocho años más joven que él: la conocida periodista de TVE Ángela Rodicio (Ribadavia, 1963), con la que se pasea del brazo por todos los saraos madrileños. Ángela (la cuarta mujer clave de esta historia) es una reputada profesional que enseguida encaja bien con la infanta Elena, una condición indispensable para estar a su lado. Carlos García Revenga, según explican allegadas a la infanta, se encargaba de "tamizar sus amistades. Él decidía quién iba dentro o fuera del círculo. Y optó por los aduladores, dejando de lado a muchas amigas de la infancia".

Sin embargo, después de las Navidades de 2002, el profesor vip de la Zarzuela sorprende a todos apareciendo del brazo de una joven 18 años menor que él. La ‘nueva’ amiga de García Revenga es Mencía de Morales de Borbón y Dos Sicilias, hija de Inés de Borbón-Dos Sicilias, duquesa de Siracusa y prima hermana del Rey. La joven, de 36 años, es sobrina del duque de Calabria y también prima segunda del entonces príncipe de Asturias y las infantas, con los que tiene contacto y muy buena relación. Habitual en los círculos de sociedad, Mencía había trabajado para la firma de moda Valentino en Kuwait y Catar, además de ejercer de relaciones públicas en la Semana de la Moda de Madrid, conocida anteriormente como Cibeles. Se rumoreó que eran pareja, pero parece que solo eran amigos.

Entonces se trataba de la primera salida nocturna de Revenga, quien ha evitado a toda costa aparecer en los medios de comunicación, tras verse salpicado de forma directa por el caso Urdangarin. En esta nueva etapa de su vida, la del hombre que ha denunciado a la Casa Real en magistratura de trabajo por no reconocer su relación laboral y en la que es asiduo de los banquillos en los que salta también el nombre de su exmujer Ana Isabel Wang, no se le conocen nuevas parejas.

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