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Ni plataformas, ni volantes ni pelucas... Pillamos a Cósima Ramirez en su versión más 'desagathizada'
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Ni plataformas, ni volantes ni pelucas... Pillamos a Cósima Ramirez en su versión más 'desagathizada'

Así es la hija de la diseñadora cuando no se viste con las divertidas creaciones de la firma

Foto: Cósima Ramírez, por las calles de Madrid. (Lagencia Grosby)
Cósima Ramírez, por las calles de Madrid. (Lagencia Grosby)

Cósima Ramírez es la mejor embajadora de la marca de su madre. Desde luego, Ágatha Ruiz de la Prada puede afirmar sin equivocarse que ha conseguido que su hija siga sus pasos (por lo menos, la mayor parte del tiempo): desde la forma de vestir al modo de hablar en público, son como dos gotas de agua (siempre teniendo en cuenta que la niña tiene la misma cara que su padre).

Sin embargo, mantener esa imagen colorida y siempre perfecta a todas horas no es sencillo. Lejos de las alfombras rojas, desfiles y photocalls, convive otra realidad en la que Cósima es una joven a la que le gusta vestir cómoda para asistir cada día a cumplir con la parte menos glamurosa de su trabajo: el del taller de la firma, situado en pleno barrio de Salamanca.

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Ni rastro de plataformas infinitas, volantes ni pelucas: chándal, deportivas y moño. En definitiva, desagathizada. Así la pilló nuestro indiscreto teleobjetivo paseando hace unos días de camino a su casa, situada en el paseo de la Castellana, a la salida del taller.

Un outfit con el que jamás nos la hubiéramos imaginado: vestida con ropa deportiva, de marca, pero no de la de su madre. Llevaba pantalón de algodón firmado por Nike, disponible en la web por 45 euros y zapatillas tipo bota de Adidas, de edición limitada, cuyo precio es complicado de concretar. Toda una 'traición' para su progenitora.

No olvida, eso sí, los colores vivos marca de la casa con un plumas de color naranja butano, combinado con una bufanda roja y grandes cascos del mismo color.

La joven iba totalmente ensimismada, escuchando música y entonando también espontáneamente alguna de las canciones que sonaban en su teléfono. A pesar de su aspecto, queda claro que se preocupa por su físico y su salud. Iba bebiendo un oscuro 'brebaje', que parecía ser un preparado tipo 'detox', de los que eliminan líquidos y toxinas y que ayudan a mantener la línea.

Cósima Ramírez es la mejor embajadora de la marca de su madre. Desde luego, Ágatha Ruiz de la Prada puede afirmar sin equivocarse que ha conseguido que su hija siga sus pasos (por lo menos, la mayor parte del tiempo): desde la forma de vestir al modo de hablar en público, son como dos gotas de agua (siempre teniendo en cuenta que la niña tiene la misma cara que su padre).

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