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La boda de invierno de Julia en un palacio y su vestido de novia con falda plisada
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La boda de invierno de Julia en un palacio y su vestido de novia con falda plisada

Julia y Carlos se casaron este enero en una boda de día celebrada en Madrid con un protagonista absoluto: el traje de la novia creado por Sofía Delgado

Foto: La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)
La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

En contra del deseo de muchos novios, Julia y Carlos soñaban con celebrar una boda de invierno en la capital. "Un día soleado y con frío del mes de enero en Madrid, eso era lo que queríamos para celebrar nuestra boda", cuenta la protagonista de esta historia de amor. Una fecha, una estación y una ciudad concretas, y algo más, una temática: Madrid en el centro.

A pesar de que se conocían desde hacía años, "una amiga común nos presentó", la pandemia fue la excusa para dar el pistoletazo de salida a su noviazgo. "Nos reencontramos en el verano de 2020 y estuvimos un año entero hablando como amigos e incluso contándonos nuestros amoríos. Finalmente, en mayo de 2021, nos lanzamos y decidimos dar un paseo juntos que se convirtió en nuestra primera cita", relata Julia.

placeholder La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)
La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

Casualidades de la vida y del destino, Julia y Carlos llevan carreras profesionales similares: los dos se dedican al marketing de gran consumo: ella, en Mondelez y él, en Glovo. La gran pregunta, con un anillo vintage de Bannatyne, no tardaría en llegar. "El 24 de mayo de 2022, el día de mi cumpleaños, Carlos me pidió matrimonio en el Faro de Cabo Mayor en Santander". Su secreto, obvio, esa amistad que, a fuego lento, cocinaron y que sentó las bases de su relación sentimental.

Con el compromiso matrimonial oficial y en boca de todos sus allegados, en noviembre, justo dos meses antes del enlace, reunieron a sus familias para celebrar la tradicional pedida de mano en casa de la novia. "Hizo un día soleado y pudimos disfrutar de una barbacoa de El Huaso al aire libre en el jardín. Por la tarde, se unieron nuestros amigos".

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

La fecha de la boda ya estaba fijada. Sería el 21 de enero de 2023. Con dos ubicaciones: la ceremonia religiosa, en la Basílica Pontificia de San Miguel, y la celebración, en el palacio de Aldovea. El templo, ubicado en la calle de San Justo, se encuentra junto al palacio arzobispal, en el corazón de la zona conocida como Madrid de los Austrias.

Antes de trasladarse en coche junto a su padre de Las Rozas a la basílica, Julia se preparó en la casa familiar. La artífice de su 'look beauty' fue Blanca Pérez, Colorete Blanco en Instagram. "La conozco desde pequeña. Fue a la primera persona que pregunté y sin dudarlo, me quedé con ella", explica la experta en marketing.

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

Un maquillaje 100% natural que realzaba la belleza de Julia y una coleta baja con ondas. "Confieso que el peinado lo decidimos la misma mañana de la boda. En las citas previas, me probé otros peinados centrados más en moños, nunca en coletas". El resultado final no puedo ser más perfecto.

El vestido de novia de Julia es la razón por la cual ella es una de las novias reales de Vanitatis. En una de mis rondas habituales por las redes sociales, me topé con él y la falda despertó mi atención. Lo mismo le ocurrió a la novia cuando Sofía Delgado, la diseñadora de su traje, le mostró ese tejido. "El satén plisado me enamoró desde el primer día", cuenta.

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

Resulta que Sofía Delgado es amiga de Carlos e invitada a la boda. "Fui a ver a otros tres diseñadores y aunque fueron maravillosos, es cierto que finalmente me quedé con Sofía porque sentí esa famosa conexión de la que hablan siempre en estas situaciones". Sin una idea previa de cómo imaginaba su traje, Julia dejó que Delgado diera rienda suelta a su creatividad y de ese proceso previo brotaron tres bocetos. "Me costó elegir. Mi madre y yo nos quedamos con un modelo por las telas".

Volvemos a ese material plisado que cautivó a la novia y después a mí. "En un primer momento, le dije a Sofía que quería un vestido con escote palabra de honor y capa, aunque me casase en enero. A la vuelta del verano, pensé que no era el adecuado para una boda de invierno, así que cambiamos toda la parte de arriba, pero el satén plisado siempre iba a estar. Pasamos de un palabra de honor a un cuello alto con lazada por detrás", cuenta.

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

Para las mangas, Julia sí que tenía claro que quería enseñar algo de piel y descartó desde un primer momento la manga larga. "Sofía me sugirió que un corte por encima de los codos sería más moderno y juvenil que un diseño tres cuartos, y me pareció genial la idea".

Estructurada la parte superior del traje y con la falda plisada como obligatoria, tocaba ver cómo novia y diseñadora unían ambas piezas. "Inspirada en un vestido de Chanel, Sofía Delgado incorporó una banda de satén. En cualquier caso, siempre buscábamos la armonía; si te das cuenta, esa banda va en línea con la capa y con el cuello, presentan la misma curvatura", explica la madrileña. Solo quedaba por construir la ya mencionada capa. "El interior de satén y el exterior, de la misma tela que la parte de arriba del vestido".

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

Rememorando cómo fue todo el desarrollo creativo de su vestido, la especialista en marketing apunta que "hasta el último momento tuvo pequeños cambios y fue un proceso precioso. Una pena que solo se pueda utilizar una vez en la vida, pero ese día lo disfruté muchísimo".

El broche de oro a un atuendo nupcial redondo lo pusieron los guantes; eso y el toque de glamour. "La idea de los guantes fue de Sofía y reconozco que jamás se me hubiera pasado por la cabeza incluirlos". Fabricados en piel de color blanco, son una exquisita creación de la marca Varadé.

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

Como joyas, Julia lució el anillo que Carlos le regaló el día que le pidió la mano y unos pendientes largos de su madre, ningún aderezo más. De su ramo, una composición boho desestructurada a base de nardos, y de la decoración floral en el templo se encargó el equipo de Aquilea. "La entrada a la Basílica Pontificia de San Miguel estaba espectacular y para mí fue toda una sorpresa".

Volviendo a la ceremonia religiosa, Julia recuerda que "tuvimos la gran suerte de contar con don Pablo para casarnos, nos conocía de antes y nos regaló una homilía de las más bonitas que he oído nunca, y que junto con el coro, el Grupo Alborada, hicieron que cada momento fuese muy emotivo. Además, con la Salve Rociera, todos los allí congregados se giraron para mirar a la Virgen y el instante no pudo ser más mágico".

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

Convertidos en marido y mujer, Julia y Carlos, acompañados de sus familiares y amigos, se trasladaron hasta el palacio de Aldovea. A escasos 20 minutos de la capital (en el término municipal de San Fernando de Henares, pegado a Torrejón de Ardoz) y rodeado de campo se encuentra este castillo del siglo XVIII. Un espacio con encanto palaciego perfecto para bodas de invierno y de verano.

La premisa era organizar una boda madrileña y gracias al catering de Aldovea, lo consiguieron. "Los dos hemos nacido en Madrid y amamos esta ciudad. Con nuestros 34 años, hemos asistido a muchas bodas fuera y como seña de distinción, en los banquetes, ponían productos de allí, así que ambos decidimos hacer una boda madrileña y todos los detalles giraron alrededor de esta temática. Desde el cocido madrileño que pusimos en la comida o algunos de los aperitivos como callos, tortillas de patatas y un puesto con cervezas Mahou, hasta la canción con la que entramos en el salón, un mix de la canción 'Demasiadas mujeres', de Danza Kuduro y C. Tanaga".

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

El 21 de enero, el día de su boda, es también Santa Inés, el nombre que comparten las madres de ambos. "Durante el aperitivo, sorprendimos a nuestras madres con un ramo de flores mientras de fondo sonaba la canción 'Ay, mamá', de Rigoberta. Fue un momento muy divertido y a la vez no paré de llorar".

Como detalle sorpresa y emotivo para los invitados, "en cada puesto de la mesa, pusimos una foto de Carlos o mía con esa persona o bien un texto personalizado. Queríamos que cada uno se sintiese especial y que supiesen que para nosotros, cada una de las personas invitadas eran esenciales en un día tan señalado".

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

Al terminar la comida, arrancó la fiesta en el patio central del palacio. "Antes del DJ, tocó el grupo Cosa de Dos, ¡y qué acierto! Sonaban en directo canciones que todo el mundo conocía con un toque de rumba; y como colofón, el DJ Arturo Paniagua. Además, y para hacer más divertida la fiesta, repartimos todo tipo de atrezzo para disfrazarnos".

Echando la mirada atrás para recordar todo lo vivido en su boda, Julia reflexiona y dice: "Creo que es un día que aunque lo pienses y te lo imagines mucho, siempre supera tus expectativas".

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La boda de invierno de Julia. (Fotos Oui Motion)

"Hay dos formas de hacer una boda: la primera, por y para los invitados, y la segunda, por y para los novios. Nosotros nos centramos en la primera. En una etapa en la que estamos ahora, que como invitado vas hasta a diez bodas por año, que te lo pongan fácil en cuanto a logística, que sirvan buena comida y que se escuche buena música es fundamental y Carlos y yo nos centramos mucho en eso", concluye el relato de Julia.

En contra del deseo de muchos novios, Julia y Carlos soñaban con celebrar una boda de invierno en la capital. "Un día soleado y con frío del mes de enero en Madrid, eso era lo que queríamos para celebrar nuestra boda", cuenta la protagonista de esta historia de amor. Una fecha, una estación y una ciudad concretas, y algo más, una temática: Madrid en el centro.

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