Es noticia
Menú
La boda otoñal de Claudia en Sevilla y su vestido de novia desmontable
  1. Novias
NOVIAS REALES

La boda otoñal de Claudia en Sevilla y su vestido de novia desmontable

Celebrada en la capital hispalense el pasado mes de octubre, Claudia y Balta se casaron rodeados de familiares y amigos en un enlace que se alargó hasta el amanecer

Foto: El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

La historia de amor de Claudia y Balta arrancó en Sevilla y precisamente hasta la capital andaluza se desplazaron junto a su familia y sus amigos para darse el 'sí, quiero'. Con la residencia de ambos fijada en Madrid, la ciudad que vio crecer a la novia, y un segundo encuentro en Sevilla, donde nació el novio, el destino terminaría uniendo para siempre a la pareja.

"Nos conocimos gracias a una de mis mejores amigas. Un día me dijo que su nuevo vecino, Balta, la invitaba a una fiesta y que si quería acompañarla. Ahí nos conocimos. Como se acercaba la fecha de la Feria de Sevilla, le contamos que íbamos a ir y nos dijo que nos pasásemos por su caseta. Y fue allí, en Sevilla, donde decidió darme un beso y a partir de ahí empezamos la relación", relata la novia.

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

En julio de 2021, Balta pidió su mano. "Como todo empezó en Sevilla, nos pareció buena idea casarnos allí, y así todos nuestros amigos de Madrid podrían pasar juntos el fin de semana". Con ese punto de partida, Claudia, arquitecta, y Balta, consultor, comenzaron a organizar y planificar su boda.

"Una vez decidida la ciudad, empezamos a buscar templos que nos gustasen, a mí me encantó la iglesia de Santa María la Blanca. Es una antigua sinagoga en el centro de la ciudad. Cuando pasas por delante, no te llama demasiado la atención, pero cuando entras dentro, es como una pequeña joya escondida". Ubicada en el barrio de San Bartolomé, resulta que era el mismo templo en el que, décadas antes, se casaron los padres del novio.

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

Con la fecha elegida, el 29 de octubre de 2022, Claudia y Balta programaron una prospección de fincas alrededor de Sevilla. "Entre las que fuimos a ver, la que más nos gustó fue el Castillo de la Monclova". ¿Otra curiosidad de su gran día? "El 29 de octubre también es el cumpleaños de Balta".

Seis años de noviazgo y por fin la pareja iba a convertir en realidad su sueño de casarse. "Nunca imaginábamos que el día de la boda fuera a ser tan divertido ni tan espectacular. Superó todas nuestras expectativas", confiesa la novia recordando lo vivido y experimentado aquel día de otoño.

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

"El día del enlace, mi familia directa y yo nos levantamos temprano. Todos nos alojamos en el Palacio Mármoles, una casa entera para nosotros, ¡fue un lujo! Mi madre y yo fuimos las primeras en amanecer porque venía la maquilladora, después fue uniéndose la gente al desayuno, y tanta distracción ayudó a que no hubiera nervios", cuenta Claudia. "Del maquillaje y la peluquería se encargó Marieta Nogueras, lo hizo genial, me veía supernatural. También maquilló a mi madre y a mi hermana".

A las doce de la mañana, la arquitecta y su padre se dirigieron a la iglesia para la ceremonia religiosa. "La ofició el tío de Balta, por lo que fue muy personal". A las puertas del templo, su vestido de novia quedó expuesto. Claudia llevó un traje desmontable con varias capas, obra de la diseñadora Mónica Calles.

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

"La verdad es que no tenía ninguna idea previa, nunca había pensado en mi vestido de novia", confiesa la novia. Varias visitas a otros talleres nupciales y, poco tiempo después, la arquitecta se topó por casualidad en Instagram con la colección de Mónica: "En la primera prueba, le comenté que quería dos vestidos, uno para la iglesia y otro para la fiesta, pero que fueran uno solo traje". En ese momento, la idea de lucir un vestido desmontable quedó sobre la mesa.

Como detalles de estilo, Claudia le contó a Calles que se veía muy favorecida con el cuello halter y con la cintura alta. Con toda esa información, "Mónica me dibujó un boceto que era un vestido de satén con el cuello que le había pedido y encima un abrigo de bambula de seda semitransparente".

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

El proceso de creación fue bastante largo: novia y diseñadora necesitaron ocho pruebas para conseguir el look nupcial final. "En julio, Mónica me escribió para empezar con el vestido. Para entonces, la imagen de los dos vestidos seguía en pie, pero en mi imaginario, la forma del sobrevestido había cambiado por completo. Le expliqué que quería una espalda con volumen y a la vez separada de la silueta del cuerpo. Aquí empezó el dilatado proceso de creación".

Claudia sigue relatando. "Un requisito más: el vestido, por delante, tenía que marcar la silueta del cuerpo, mientras que en la parte de la espalda, todo lo contrario. En pocas palabras, estábamos haciendo algo casi imposible. Gracias a Mónica y Lucy (diseñadora y modista del taller) al final lo conseguimos, pero no fue nada fácil".

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

Formado por dos prendas, una especie de abrigo fluido encima, y debajo, la joya del atuendo, su vestido de novia, cada pieza se confeccionó con tejidos y materiales diferentes. "El retal bordado que va sobre la espalda, lo tenía Mónica en su atelier. Era una única pieza con un motivo antiguo hecho a mano, cuyas dimensiones marcaban el largo de la cola que, al final, remataron con una puntilla".

En cuanto al vestido, cambio de tejido. "La apertura central de la espalda dejaba entrever el traje de satén que llevaba debajo, cuya espalda era igual de elaborada: una franja central une la parte superior de la inferior, y el encuentro queda marcado con una superposición de triángulos de organza".

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

Todo un trabajo artesanal minucioso con un patrón impecable detrás que dio como resultado final "un vestido ligero, translúcido y sencillo, y al mismo tiempo, cargado de complejidad y de detalles", cuenta la arquitecta.

En cuanto a los accesorios de la novia, mención especial para el ramo. Derrochando personalidad, Claudia portó en sus manos una original composición creada por Matilde y Micaela, las floristas de Pétalo, encargadas también del resto de la decoración floral de la boda: "Estaba compuesto por solo siete flores, dos proteas africanas naranjas, dos calas blancas y 3 anthuriums rosas espectaculares. Atadas todas con un lazo del que colgaba una medalla de la Virgen de Fátima, regalo de una amiga, y otra de la Virgen de las Nieves, regalo de mi madre y con doble significado, ya que es la Virgen de la iglesia en la que me bautizaron y la de Santa María la Blanca".

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

A sus pies, y como obsequio de su abuela, Claudia se calzó unas sandalias de Manolo Blahnik de color azul noche con una tira delantera en la pala en tono grisáceo.

Cerramos el repertorio de complementos con las joyas: "Llevaba unos pendientes de Suárez, regalo de los padres de Balta el día de la pedida. Eran dos esmeraldas con forma de lágrima rodeadas de diamantes, a conjunto con el anillo de compromiso con el que él me pidió la mano". De ese anillo, señalar que fue una pieza creada desde cero y en especial para la novia: "Junto con un amigo de mi hermana que tiene una marca de joyas, Crespiyo, Balta y él estuvieron durante unos seis meses eligiendo cada detalle para que fuera lo más delicado posible".

placeholder La papelería de la boda de Claudia. (LIVEN Photography)
La papelería de la boda de Claudia. (LIVEN Photography)

Tras una lluvia densa de confeti blanco y convertidos en marido y mujer (acompañados por sus familiares e invitados), Balta y Claudia se desplazaron hasta el Castillo de la Monclova. Ubicado en el municipio de Fuentes de Andalucía, dentro de la provincia de Sevilla, se trata de una edificación del siglo XIV con entorno amurallado y un sinfín de espacios para celebrar una boda al aire libre, como la de estos novios.

"Preparamos el cóctel frente a la fachada del castillo. La carpa para el banquete estaba repleta de flores de colores en tonos naranjas y morados. Al final de la comida, Balta y un amigo de su grupo de música habían preparado la canción de 'We Will Rock You' para levantar a todos los invitados de las mesas y así dar comienzo a la barra libre. Al final, acabaron los dos subidos a las sillas de sus respectivas mesas, Balta cantando y su amigo marcándose un solo de guitarra", recuerda la madrileña.

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

Precisamente, Claudia diseñó y fabricó de manera artesanal toda la papelería de la boda, desde las invitaciones, pasando por los misales (con un dibujo hecho a mano por la novia), hasta llegar a los meseros: "Fue una de las cosas que más disfruté de la organización. Para las invitaciones, mi madre y yo nos dedicamos a recoger flores del jardín de casa de mis padres en Cercedilla, en la sierra de Madrid. Las prensamos y las pegamos a cada una de las 170 invitaciones que teníamos que entregar. Para mí fue como capturar la primavera del 2022 y regalársela a cada uno de nuestros invitados en un trocito de papel".

"En cambio, los meseros, aunque siguen la misma estética, una flor prensada en el centro, ya no son las flores silvestres del jardín de Cercedilla, sino que están sacadas de los ramos que me regalaron nuestros familiares y amigos el día de la pedida. Había 23 meseros, cada uno con una flor diferente", explica.

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

Al anochecer, el matrimonio y sus invitados se trasladaron al patio para dar comienzo a los festejos. "Mi padre y yo abrimos el baile al ritmo de 'My Way' de Frank Sinatra. Con Balta bailé 'Runaround Sue', un rock and roll muy bonito". Paralelamente, Claudia se soltó la melena y se quitó el abrigo dejando al descubierto su vestido de novia creado por Mónica Calles.

Nada más terminar el baile, el grupo Berni entró en escena: "Es la banda de un amigo de la familia. Lo habíamos contratado para que tocase música en directo y es cierto que consiguieron animar a todos los invitados".

placeholder El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)
El vestido de novia de Claudia. (LIVEN Photography)

Las horas de música en directo llegaron a su fin con el grupo Fortuna, del que Balta es el vocalista. "A algunos de nuestros familiares y amigos les encanta cantar y tienen una voz increíble, así que no dudaron en unirse a Balta. Después me enteré de que lo tenían todo preparado", cuenta la novia. Por último, se unió el DJ de Icon Experience.

La boda terminó con unos fuegos artificiales, otra sorpresa que organizaron los amigos de la pareja. Como consejo para futuras novias, "les diría que disfrutasen tanto como yo, que se lo tomen con calma y que confíen en las decisiones que toman, porque el día del enlace no te importa si las flores son amarillas o son rosas, solo quieres disfrutar y estar con todas las personas que han ido a compartir contigo un gran día".

La historia de amor de Claudia y Balta arrancó en Sevilla y precisamente hasta la capital andaluza se desplazaron junto a su familia y sus amigos para darse el 'sí, quiero'. Con la residencia de ambos fijada en Madrid, la ciudad que vio crecer a la novia, y un segundo encuentro en Sevilla, donde nació el novio, el destino terminaría uniendo para siempre a la pareja.

Tendencias Bodas Vestido novia
El redactor recomienda