Una boda de Navidad: del vestido de novia desmontable a la decoración con flores de Pascua

Una boda de Navidad, ese era el sueño de Belén y Carlos. "Es una fecha que nos encanta. Todo está lleno de luces, color, alegría… Es una época del año muy bonita y entrañable", explica la novia. Y ese sueño cobró vida el 16 de diciembre del pasado año.

La historia de Belén y Carlos comenzó doce años antes de su enlace. "Nos conocimos en el verano de 2011, en un viaje de estudios a Irlanda que organizó mi profesora del colegio. Yo tenía 15 años y Carlos 16. Al volver de aquel verano empezamos a salir juntos". Novios de juventud y en definitiva, novios durante toda la vida. "Hemos pasado juntos por las diferentes etapas de la vida", apunta la novia. Así, hasta llegar a la petición de mano. "Fue en 2022, durante nuestro viaje a Formentera".

Ella, médico, y él, experto en negocios, viven en Barcelona, pero decidieron celebrar sus nupcias en Alicante. En dos ubicaciones y en dos actos, ceremonia religiosa en la Parroquia San Bartolomé de Jávea y la celebración posterior en Casa Santonja, en Beniarbeig.

"Nos imaginamos una boda con mucho sentimiento, muchos detalles y muy divertida y así fue. Nuestros invitados, unos 170, lo dieron todo, Carlos y yo no paramos ni un momento de reír y de bailar. Fue un día irrepetible", recuerda Belén. Para organizarlo todo, la pareja contó con la ayuda de Macarena Gea y Pilar Roca de Togores, de BYAM Bodas y algo más. "Desde el primer momento queríamos contar con esta ayuda, ya que la boda iba a celebrarse en Jávea y nosotros vivíamos en Barcelona, y queríamos que fuesen ellas nuestras wedding planners. Se encargaron de absolutamente todo, hasta del más mínimo detalle, de principio a fin. Y por supuesto, con un gusto y un saber hacer excelente. Estuvieron pendientes de todo y de todos a cada momento. Diseñaron la papelería e invitaciones de la boda y ese mismo día, se marcharon las últimas, con nosotros. Sin ellas, la boda no hubiera sido igual".

Para crear el traje más importante de su vida, el de novia, la médico llamó a las puertas del taller de Inuñez. "Cogí cita con varias diseñadoras en Madrid y ella fue la primera que visité junto con mi madre. Al terminar tenía claro que no podía ser otra. Captó muy rápido las ideas que yo tenía y el concepto que buscaba". No solo eso, Isabel Núñez, la diseñadora nupcial, "originó un feeling entre ambas que me hizo sentir que era ella la persona que debía realizar el proceso de creación del vestido", sentencia.

Con dos premisas, "sabía que quería ir velada y con manga larga", del resto, confió en el criterio y el buen hacer de la modista, además de "busqué inspiración en revistas de novia y en bodas antiguas. Carlos me regaló un libro de novias vintage del que saqué muchas ideas".

Belén sabía que "quería ser una novia clásica, pero con algún toque rompedor al mismo tiempo". Tras el primer encuentro con Isabel, esa idea cobró forma. "Me hizo varias preguntas para hacerse una idea del estilo de la boda y mis gustos. Volvimos a Madrid una segunda vez para ver las propuestas que había creado a partir de toda la información recogida. Me mostró tres bocetos, cada cual más bonito que el anterior".

De los tres, el ganador fue un vestido que "combinaba telas con diferentes texturas y llevaba un lazo grande, me gustó muchísimo la idea". Aunque finalmente, el lazo se cambió por un gran abanico XXL, "con diferentes alturas, sobre uno de los lados", detalla.

De escote en pico velado, manga larga y falda en línea A con cola, la fusión de materiales protagonizó el traje de novia de Belén. "Combinamos una falda satinada con un cuerpo de tweed que le daba un toque más invernal. El abanico lo hicimos de organza. La espalda era un poco más abierta y desde los hombros caía la cola a modo de capa, también realizada con el mismo tweed que el cuerpo. Finalmente, añadimos una especie de collar bordado con cristales, que se anudaba a la espalda con un lazo grande y terminaba con unos detalles realizados con los mismos cristales del cuello", cuenta la médico.

Todavía quedaba un detalle más. "Casi al final decidimos que las mangas serían desmontables, así en caso de tener calor en la fiesta me las podría quitar. Y así fue, todo un acierto. Lo que era un único vestido acabó siendo desmontable".

A pesar de ser una boda de Navidad en diciembre, Belén quería calzarse unas sandalias. "Estuve buscando en muchas tiendas y marcas y no me convencían ningunas hasta que, prácticamente a dos meses de la boda, vi el modelo Bea de Saint Laurent y me encantó. Llevan el nombre de mi mejor amiga, Bea, y consideré que era la señal que necesitaba para terminar de decidirme", explica la novia.

En cuanto a las joyas, llevó el anillo de pedida, un diseño de Del Páramo, y unos pendientes que pertenecieron a la abuela de Carlos, "es una joya muy especial en su familia y además, su abuela falleció un año antes de la boda".

Si la abuela de Carlos estuvo presente con los pendientes, Belén homenajeó a la suya con el ramo. "Elegí hortensias, la flor favorita de mi abuela. Quería un ramo de una única flor y en color granate, ya que encajaba a la perfección con el toque navideño de la boda. Para la cinta del ramo utilicé una medalla que mi abuela me dejó antes de morir, con la Virgen y sus iniciales".

Carlos diseñó su chaqué con Adrián Seligra. "Su abuelo ya se encargó del traje de novio de mi suegro y era una apuesta segura. Una familia dedicada a la sastrería con un gusto excelente. Tenía claro que quería un chaqué inglés, aunque la elección del color fue un poco más complicada. Se decidió por un cuadro príncipe de Gales en color gris marengo. Para la corbata quiso darle un toque de color y eligió un estampado muy bonito. En cuanto a los gemelos, llevó unos de oro que pertenecían a su abuelo y ahora a su padre, con la inicial de su apellido".

El día de la boda había llegado. "Me arreglé junto con mi madre en Casa Santonja. Para los preparativos me regalaron un pijama y una bata de Seren Collection. Los zapatos de los preparativos fueron la primera cosa que compré para la boda, más de un año antes. Los vi en el Instagram, eran de una tienda de interiorismo de Valencia que sigo, Beatriz Díaz, y me encantaron para ese momento. Tengo un recuerdo muy especial de esos momentos con mi madre. De allí mismo salí con mi padre, que era el padrino, hacia la Parroquia de San Bartolomé".

"Me maquilló Mario Rubio y me peinó Amparo Sánchez. Los dos captaron cuál era mi idea y la bordaron en la prueba. De hecho, no cambiamos absolutamente nada para el día de la boda. El pelo tenía claro que lo quería recogido y nos decidimos por un moño estilo bailarina trenzado, para darle un toque más especial. En la fiesta me solté el moño quedando finalmente una coleta con ondas. Del maquillaje, qué decir, Mario sabe cómo hacerte sentir sencilla y especial al mismo tiempo", explica sobre los secretos de su beauty look.

Con la llegada de la novia, comenzó la ceremonia religiosa. "Queríamos una ceremonia especial y lo logramos gracias a nuestro cura, Julio, amigo de Carlos del colegio. Todo el mundo nos dijo lo bonita y especial que fue y aún nos lo siguen recordando cuando sale a conversación la boda. La portada de los misales la pintó la tía de Carlos, que es una artista. Era un dibujo hecho y pintado por ella de la fachada de la parroquia donde nos casamos".

Belén recuerda un instante muy divertido. "Durante la ceremonia tuvimos un momento muy gracioso, que fue cuando Carlos, durante el intercambio de las arras, en vez de leer su parte, se equivocó y leyó la del cura. Julio nos tuvo que interrumpir diciendo si quería ser el cura y el novio a la vez. Fue un momento muy divertido en el que rompimos la tensión del momento. Por supuesto, de la ceremonia no puedo pasar por alto la acción de gracias de mi amiga Bea. Nos emocionamos todos muchísimo, fue muy emotivo".

Una vez convertidos en marido y mujer, Carlos y Belén, acompañados de sus invitados, se trasladaron hasta Casa Santonja. "Para la celebración teníamos claro que queríamos un lugar que tuviese un interior bonito, ya que al celebrarse en diciembre, sabíamos que la comida tendría que ser dentro. El aljibe de Casa Santonja reunía todo lo que nos gustaba: un lugar con historia, sencillo, acogedor y, sobre todo, muy especial. Y ya decorado, superó incluso todas nuestras expectativas".

"De la decoración de la boda se encargaron Macarena y Pilar, junto a Yolanda, de Flores La Tartana. Por la fecha en la que se celebraba queríamos una decoración navideña, con predominio del color verde, granate y, sobre todo, con muchas flores de Pascua. Decidimos montar dos estilos de mesas distintas. Unas más señoriales, por así decirlo, con manteles lisos y vajilla en estampado Toile de jouy en color verde. Por otro lado, montamos mesas más frescas y juveniles con manteles estampados con flores grandes y vajilla lisa. Esta combinación se nos ocurrió un día en Catering Cinco y nos encantó, ya no miramos nada más. Las servilletas fueron doradas en ambas mesas, para dar el toque navideño y que fuese un nexo de unión entre los dos estilos".

"De la celebración destacar la entrada al salón. Carlos se encargó de elegir la canción, 'Adrenalina' de Jennifer López. Al principio yo no estaba muy convencida, pero él insistía en que tenía que ser esa. Le terminé dando la razón, ya que fue un momento divertidísimo que auguró lo que sería la fiesta de después", recuerda.

A la mesa, un menú a la altura. "Nuestro primer plato fue alcachofa confitada a baja temperatura con foie mi-cuit, puré trufado y crujiente de frambuesa. De segundo, nos costó más de decidir y finalmente nos decantamos por pularda rellena con arroz salvaje y salsa de uva. Un plato muy navideño también. Y lo que tuvimos claro desde el principio y le encantó a todos los invitados fue el postre: torrija de donut con helado de vainilla y palomitas caramelizadas".

"Después de la comida salimos al exterior de Casa Santonja, ya era de noche y estaban las luces encendidas y las estufas enchufadas. Una visión completamente distinta de la casa, pudiendo disfrutar de ella tanto de día, en el cóctel, como de noche", comenta la novia.

"Abrí el baile con mi padre, con la canción 'A mi manera', de Guitarricadelafuente. Desde siempre nos ha encantado esta canción en casa, en todas sus versiones, ya que podría decirse que es como nuestro lema. Nos decidimos por esta versión más actual ya que somos muy fans de Guitarrica. Después bailé con Carlos, 'For the first time', de The Script. El verano que nos conocimos yo no podía parar de escucharla, siempre la llevaba puesta en el autobús de camino a las clases de inglés y, un día, paseando por la ciudad donde nos quedábamos allí en Irlanda, escuchamos por casualidad a unos chicos tocándola en la calle. Es nuestra canción".

Acto seguido, fue el turno de A ritmo de dúo. "Estuvieron tocando pop-rock español, empezamos a tomar las primeras copas y dimos comienzo a la fiesta. Mientras tanto, en el aljibe, desmontaron todas las mesas y Macarena y Pilar se encargaron de montar el candy bar, lleno de dulces navideños. Se estableció también la zona del photocall y el 'glitter bar' para cuando volviésemos a entrar dentro. De este último se encargó Mad Love Eventos y fue todo un éxito entre invitadas e invitados. Nos preparamos para completar la fiesta y dar paso al DJ. Fue divertidísimo".

Para la fiesta, Belén se quitó las mangas y el velo, y añadió al look un tocado de Mimoki. "Me solté también el moño en una coleta y me cambié el calzado por unas botas altas metalizadas color plateado".

Nos despedimos de la mágica boda de Navidad de Belén y Carlos con sus consejos. "Disfrutad al máximo de ese día, se pasa demasiado rápido, sed muy felices y exprimid al máximo el tiempo con vuestra familia, amigos y, sobre todo, con vuestro ya marido. Aunque haya algún detalle que no salga como esperáis, la gente no sabe lo que estaba en tu cabeza o cuál era tu primera idea. Todo va a estar perfecto porque las bodas son preciosas siempre. ¡Lo mejor de las bodas es la alegría que transmiten los novios, dejaros llevar y sed muy muy felices!".