El día de Fernanda: boda destino en Madrid, vestido de novia bordado con flores y una lista de invitados multitudinaria
Enamorados de Madrid, los mexicanos Fernanda y Julio José trasladaron su boda, así como a todos sus invitados, a la capital para celebrar una 'wedding destination'
Las bodas destino se expanden en nuestro país. Una tendencia nupcial que lleva a los novios a celebrar su enlace en un lugar diferente al de su residencia habitual. Y con ellos, sus invitados. Es lo que hicieron los mexicanos Fernanda y Julio José: trasladar su enlace a Madrid. "Exploramos opciones en México, pero no estábamos convencidos hasta que decidimos buscar en Madrid y encontramos la Finca El Campillo, nos encantó", comienza a explicar Fernanda.
Su historia de amor comenzó en 2021. "Nos conocimos por unos amigos en común, Sofía y Miguel Ángel, y enseguida nos hicimos novios". En esa historia, España y en especial, Madrid, donde estudiaron y vivieron unos años, jugó un papel importante. "Me propuso matrimonio en Santander el 10 de noviembre del 2023, mientras vivíamos en Madrid. Llevábamos más de 2 años de novios y Santander es un lugar superespecial Julio José", cuenta.
Al tiempo, fijaron la fecha de su boda: el 25 de octubre de 2024. Su boda pasó de ser algo pequeño a una boda multitudinaria con 300 invitados, "el 90% vinieron de México", recuerda la novia. Con la distancia de por medio, para organizarlo todo, obviamente, la pareja necesitó ayuda de una wedding planner. "El día que conocimos a Patri de Peonías Eventos, nos dio tan buena vibra y nos inspiró mucha confianza que no dudamos en contar con ella y su equipo. Admiro de Patri que sabe perfectamente cuáles son los tiempos correctos, muchas veces yo quería apresurarme o resolver algo, lo cual en algunos momentos me generó angustia, pero ella sabía cuál era el tiempo correcto para tocar ese tema y que así, todo saliera excelente. Cris es clave en el equipo de Peonías, tiene una actitud increíble y toda la accesibilidad. Me encantó que conecté con ella y el día de la boda estuvo a mi lado desde los preparativos hasta el final e hizo que pudiera disfrutar todo más", detalla.
Tanto la ceremonia como la celebración tuvieron lugar en la Finca El Campillo, en San Lorenzo de El Escorial. "Hicieron que todo fuera espectacular, al menos en mis ojos, yo goce cada minuto al máximo", recuerda.
"La boda superó cualquier expectativa que teníamos. Nos imaginábamos rodeados de toda la naturaleza, de los colores amarillo, naranja y rojo que salen en el otoño. Un cocktail que la gente disfrutara disfrutará mucho, una misa muy íntima dónde el padre pudiera reflejar lo que somos Julio José y yo, y una recepción amena dónde la gente disfrutara la comida y la música", resume Fernanda.
Pero antes, Fernanda tuvo que elegir su look nupcial. Soñaba con un vestido de Monique Lhuillier, y lo encontró en Love is in the air, la boutique de Isabel Ruiz enclavada en el barrio de Salamanca que cuenta, en exclusiva en España, con las firmas internacionales más deseadas por novias e invitadas.
"Desde hace varios años quería que mi vestido fuera de Monique Lhuillier, se me hacían un sueño y verdaderamente así lo sentí. Love is in the air estaba cerca de mi casa en Madrid y me acerqué a probármelo. Fui con 2 amigas la primera vez y para ser honesta no estaba segura si era ese el vestido o quería seguir buscando, hasta que se lo enseñe a mi mamá y me dijo que no lo pensara. Yo ya vivía en México y todo fue a distancia, así que fue un poco estresante".
En abril de 2024, unos meses antes de la boda, Fernanda volvió a Madrid para su segunda prueba. "Me acompañaron mi madre y dos de mis tías. Fue increíble compartir ese momento con ellas".
Fernanda llevó un vestido bordado con flores blancas con cuerpo corsetero de tirantes finos, una gran falda voluminosa con cola y encima, una sobreblusa fabricada en el mismo material. "Me encantó el bolero con ese toque diferente de la manga corta cuando la mayoría suelen ser manga larga o tirante. También decidí usar los guantes a juego del vestido, eso sí, solo en la ceremonia".
Un vestido de novia romántico y protagonista que aderezó con los complementos adecuados. "Mis zapatos fueron unas sandalias de Saint Laurent, los más altos que encontré, pues el novio es muy alto". En cuánto a las joyas, "quería algo muy sencillo, pues el vestido ya era muy cargado y con mucho detalle y no quería verme exagerada. Mis papás me regalaron los aretes que llevaba y mi mamá me prestó una pulsera, no quise llevar más".
Para el ramo, confió en los expertos. "Cómo mi vestido era muy cargado, no estaba segura de que quería. Le enseñé una foto de mi vestido a Cristina de Aquilea y me dejé asesorar. Me recomendó escoger solamente una flor y hacerlo sencillo. Escogimos ranunculus blancas, una flor muy parecida a la peonía. ¡Quedó precioso! Me encantó que iba con el estilo de mi vestido y con mi personalidad".
El día de la boda, "me maquilló Sonia Marina, un trabajo impecable. Sonia tiene un estilo superoriginal y natural en el que se enfoca en sacar lo mejor de ti sin cambiar quién eres".
Julio José, el novio, escogió un look clásico. "Llevó un chaqué, se lo hizo en Protocolo. Optó por el azul marino y lo combinó con un chaleco gris, la corbata se la regaló su mamá. Julio quiso llevar boutonnière, es decir, un adorno floral en la solapa y que, aunque aquí en España ya no se suele usar, en México sigue siendo muy visto. Se lo hizo Aquilea en los tonos blancos cómo las demás flores de la boda. Los zapatos los llevaba en color azul y eran de Castellanos".
Los novios ya estaban listos y preparados para la ceremonia. "Recuerdo con especial cariño el tiempo con mi papá en el coche antes de llegar a la iglesia, fue el único momento de la boda que me puse nerviosa. También el entrar a la iglesia con la canción de 'Dreams', fue superbonito. Me han dicho que fue precioso ver como me baje del coche y me podían ver en la puerta de la Ermita lista para entrar".
Convertidos en marido y mujer y después de un reportaje fotográfico a cargo de Click10, "la verdad es que los colores de la Finca El Campillo decoraron las fotos", comenzaron los festejos.
"Pusimos un piano con voz, Laraland, que fue increíble. Nos importaba que la comida fuera deliciosa y que durante toda la boda hubiera buena música y que hubiese mucho enfoque en los detalles, en la papelería, en los momentos especiales, que los tiempos fueran bien pensados y que los invitados disfrutaran de las diferencias entre una boda en México y una en España. La comida espectacular y la música de Cosa de Dos en el cóctel generó una vibra increíble. A pesar de que había bajado la temperatura durante la misa, salió el sol en el cóctel y la gente lo disfruto".
"También me encantó que Julio y yo fluimos con la boda. Habíamos planeado una entrada al cóctel y al final nos apeteció entrar con todos los invitados, en ese momento lo decidimos y esa flexibilidad hizo que lo disfrutáramos más. La entrega de ramo a tres amigas también fue muy especial, fue sorpresa para los invitados, ya que en México no suele ser así. Me encantó ver a mis papás disfrutar y que nos acompañaran las personas que queremos, a pesar de que al ser tan lejos de México muchos que nos hubiera gustado no pudieron estar", confiesa Fernanda.
A la mesa, un menú a la altura. "Un canelón de boletus y foie con salsa de trufa; solomillo de vaca gallega con salsa de pimienta, patatas y tirabeques, y fondant sobre chocolate blanco o torrija de brioche con salsa inglesa. El vino fue Arzuaga reserva y Vega Vella para el blanco".
Sobre la decoración, la mexicana nos cuenta que "no había una temática. Varias veces cambiamos de idea y Cristina de Aquilea siempre fue superabierta a los cambios. Yo quería mucho verde y escogimos el color blanco y azul para darle un toque. Las flores, tanto de la ceremonia como de la comida, fueron en esos tonos. La idea de la comida fue que pareciera un bosque y pusimos muchos árboles dentro del salón, a mí me pareció que quedó muy bonito".
"Tengo que admitir que lo que más me gustó de la decoración fue la mesa de dulces, eran puros árboles y plantas verdes, con cacharros azules y blancos y velas. Cuando entre al salón me sorprendió lo bonita que quedó, y fue lo menos planeado, creo que lo definimos 3 días antes de la boda".
El primer baile de los recién casados sonó al ritmo de 'Alguien' de Siempre Así. "Julio y su mamá bailaron 'Te voy a decir una cosa' de Amaia Montero y yo con mi papá, 'Ahum' de Zucchero".
Cerramos el álbum de boda de Fernanda y Julio José con sus recomendaciones para futuras novias. "Que si tienen wedding planner, que confíen en sus tiempos, ellas son las expertas y aunque a veces parece que el tiempo está encima, ellas lo tienen bajo control. También, que ese día no se preocupen por nada, que disfruten y se relajen, todo va a salir como tenga que salir. Por último, que escuchen los consejos, pero que al final hagan la boda de sus sueños, que elijan los colores que les gusten de verdad, el vestido que siempre quisieron, la música que les gusta, las flores que más les encanten, que recuerden que es su boda y que es una vez en la vida".
Las bodas destino se expanden en nuestro país. Una tendencia nupcial que lleva a los novios a celebrar su enlace en un lugar diferente al de su residencia habitual. Y con ellos, sus invitados. Es lo que hicieron los mexicanos Fernanda y Julio José: trasladar su enlace a Madrid. "Exploramos opciones en México, pero no estábamos convencidos hasta que decidimos buscar en Madrid y encontramos la Finca El Campillo, nos encantó", comienza a explicar Fernanda.
- La novia que se casó con un vestido de Nicolás Montenegro hecho con una sábana antigua para su boda en Sevilla Paula Mata
- Si este fin de semana fuese a una boda de Navidad, llevaría el look de esta invitada con vestido de flores y abrigo de terciopelo Paula Mata
- Así son los dos looks de Amaia Salamanca como invitada a la boda de Alonso Aznar y Renata Collado Paula Mata