La importancia de saber gestionar las discusiones de pareja

Las discusiones entre las personas son algo habitual, aunque en ocasiones, cuando se comienza una relación de pareja, parezca que estas solo les suceden a los demás y que en una relación donde reina el amor es imposible que estas tengan lugar. Durante la fase del enamoramiento todo parece idílico y la felicidad es absoluta, sentimos que nada puede empañar ese estado.

Esto es una idea equivocada porque parte de la base de que las discusiones son algo a evitar. Los conflictos entre la pareja no tienen por qué ser un problema, siempre y cuando no se conviertan en la dinámica habitual en la que ambas partes salgan heridas. Cuando la fase de enamoramiento o luna de miel da paso a otra, más estable, pero menos idílica, las cosas pueden cambiar.

“Las personas discuten porque ante la misma situación quieren o sienten cosas diferentes, por lo que las discusiones de pareja surgen cuando se da una contraposición de intereses, de opiniones o de vivencias emocionales”, explica la psicóloga Luna García para Alcea. “Esto es algo que no tendría por qué ser conflictivo si se resuelve de manera adecuada”.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

Las discusiones forman parte del proceso de madurar, pero también de conocer a la otra persona. Por supuesto, existe una gran diferencia entre tener puntos de vista diferentes y faltarse al respeto o utilizar expresiones con la intención de hacer daño a la otra persona. Las discusiones de pareja han de tener como objetivo encontrar una solución conjunta, pero nunca emplearlas para humillar, manipular o pisotear a la otra persona.

Consejos para gestionar las discusiones de pareja

No conviene evitar las discusiones de pareja, porque esto puede hacer que acumulemos situaciones que no nos gustan y terminemos por explotar. La comunicación debe ser fluida, por lo menos si queremos buscar soluciones ante puntos de vista distintos. Gracias a ellas aprenderemos de la situación y mejoraremos la relación. Evitar el diálogo con la pareja para evitar discusiones no es una buena idea, tampoco ignorar las situaciones conflictivas o dar siempre la razón a la otra persona. Esto aumentará la frustración.

Es importante saber identificar nuestras emociones, pero no lo es menos saber expresarlas; siempre será mejor explicar cómo nos sentimos ante una acción para que la otra persona pueda entendernos, evitando culpabilizarla. Muchas de las discusiones que comienzan con un motivo específico en realidad esconden algo más profundo, conocer la raíz del conflicto es esencial para poder solucionarlo.

Aunque las discusiones de pareja suelen tener un marcado carácter emocional, es indispensable no faltarse al respeto. Las palabras tienen peso y también hacen daño, en ocasiones decimos cosas que no pensamos y que jamás habríamos dicho en una situación más calmada. Pueden hacer un daño irreparable.

En una discusión ambas partes quieren dar su punto de vista y esto es importante, pero también lo es escuchar con atención lo que la otra persona tiene que contar. Lo mejor es olvidarse del orgullo y ser conscientes de que no siempre tenemos la razón, si hemos cometido un error, reconocerlo es el primer paso. Tampoco conviene sacar problemas del pasado, es mejor dejarlos para otro momento.

Hay que encontrar el momento adecuado para tener estas charlas, un instante de intimidad donde ambas personas se sientan cómodas y con tiempo suficiente para poder solucionar las cosas y que no se queden a medias. También es necesario saber cuando parar, si la discusión está estancada, puede que sea una buena idea parar y tomarse un tiempo para reflexionar o plantear alternativas.

Comunicación y respeto van de la mano, así como interés por escuchar el punto de vista del otro y encontrar una solución conjunta. Elementos indispensables para que las discusiones sean saludables, productivas y refuercen la pareja en lugar de acabar con ella.