Dependencia emocional: cómo detectarla en la pareja

Las relaciones no son sencillas, sean estas familiares, amistosas o sentimentales. Pueden proporcionarnos gran felicidad, pero también mucha tristeza, todo depende de cómo sean los vínculos que hemos establecido. Todo el mundo busca relaciones sanas, constructivas y enriquecedoras, pero no siempre sucede así, por ejemplo, si existe una dependencia emocional, las cosas son muy diferentes.

Aprender a detectar que la relación que tenemos se basa en una dependencia emocional es el primer paso y para ello hay que saber qué es, reconocer los síntomas y ser capaz de buscar ayuda para poder solucionarlo. Este tipo de dependencia se puede encontrar en todo tipo de vínculos, pero es habitual en las parejas, creando relaciones inestables y destructivas.

¿Qué es la dependencia emocional?

“La dependencia emocional se produce cuando no tienes responsabilidad completa sobre tus sentimientos, y tu autoestima y bienestar depende de otros, normalmente de tu pareja”, explican los expertos de El Prado Psicólogos. “La dependencia afectiva es una adicción hacia otra persona, una necesidad desmesurada del otro, que conlleva a renunciar a la libertad personal para emprender un camino que conduce a una felicidad ilusoria”.

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Establecer vínculos emocionales es normal en una relación sentimental, sin embargo, en ocasiones puede llegar a convertirse en una dependencia emocional excesiva. “Esta se da cuando uno de los miembros de la pareja siente una necesidad exagerada de recibir atención del otro”, aclara Beatriz González desde Somos Psicólogos Madrid. “Cuando esta necesidad termina por limitar la libertad de ambos miembros de la relación, hablaríamos ya de dependencia patológica”.

“Las relaciones con dependencia emocional suelen ser inestables, tortuosas y destructivas; el dependiente idealiza en exceso a su pareja, y como consecuencia ve dañada seriamente su autoestima al sentirse inferior”, continúan explicando. “Además, aunque la relación sea insatisfactoria, harán todo lo que sea para que esta no se rompa. Esto se debe a un apego obsesivo hacia la pareja, que impide desarrollar una vida autónoma y satisfactoria”.

La dependencia emocional en la pareja suele estar ligada a una falta de autoestima, la persona dependiente duda sobre su capacidad de ser querido y valorado, por lo que hace un esfuerzo constante por agradar, en ocasiones siendo sumiso y complaciente en todo. También puede relacionarse con una falta de apego en la infancia, es en esta etapa en la que se aprende qué es el afecto y el cariño. Este tipo de dependencias también puede surgir por una idea equivocada sobre lo que es el amor, pensando, por ejemplo, que implica pasar todo el tiempo juntos.

Síntomas: cómo detectar la dependencia

Las personas con dependencia emocional tienden a buscar la aprobación de otros para sentirse bien, necesitan estar constantemente en relación con otros para sentirse seguras y felices, tal y como revela Manuel Escudero, psicólogo clínico. Esto “puede llevar a que sean muy vulnerables a la crítica y a la desaprobación”, establece, “suelen ser personas muy sensibles y que se sienten mal cuando están solas”.

Además, destaca algunos síntomas que pueden servir para detectar este tipo de comportamientos: “Necesidad de aprobación constante, se sienten solos o vacíos sin la presencia de la otra persona, sienten ansiedad ante la idea de perder a la persona, con baja autoestima, sienten que no se puede vivir sin la otra persona o son incapaces de tomar decisiones sin la opinión de esa otra persona”. Por lo tanto, “son propensas a experimentar una gran cantidad de emociones negativas, como el miedo, la ansiedad, la vergüenza y la culpa”.

Consecuencias de la dependencia emocional

Detectar el problema es el primer paso, pero también debe serlo buscar una solución, porque establecer este tipo de relaciones puede tener consecuencias para la pareja y también para los individuos que la forman.

En general, las personas que sufren dependencia emocional no suelen mantener relaciones estables, estas suelen estar marcadas por constantes rupturas y reconciliaciones, porque aunque no termina de estar satisfecha en la relación, el miedo a perder a la otra persona o estar solo es mayor.

Esto genera situaciones de insatisfacción y frustración. “El dependiente emocional nunca encuentra tranquilidad porque incluso cuando tiene a su lado a la persona que ama, le atormenta la idea de perderla. Como resultado, mantiene una relación agobiante que termina dando lugar a desencuentros y discusiones”, aclaran desde El Prado Psicólogos.

La persona dependiente se va aislando para entregarse por completo a su pareja, por lo que poco a poco deja de ser quien era. También puede provocar celos patológicos, si él o ella se entrega por completo a la relación, espera que la otra persona haga lo mismo, producirá una sensación de agobio que puede acabar con la relación. Puede derivar en trastornos psicológicos, como comportamientos adictivos tras la ruptura o cuadros depresivos y comportamientos obsesivos, por lo que lo mejor es buscar ayuda antes de que se convierta en un problema mayor, para el individuo y para la pareja.