El electrodoméstico que sustituye a la freidora de aire: estos son sus beneficios

Llegaron de repente, como un vendaval de innovación, y en pocos meses las freidoras de aire se posicionaron como un electrodoméstico casi imprescindible en las cocinas españolas. Su principal atractivo radica en la posibilidad de cocinar nuestros platos favoritos con menos aceite, algo que resonó con una población cada vez más preocupada por la salud. Las freidoras de aire no solo se convirtieron en un tema de conversación, sino que amenazaron incluso con desbancar al horno eléctrico, un aparato tradicional que, a pesar de su alto consumo energético, sigue siendo indispensable en muchos hogares.

El horno eléctrico, a pesar de su reputación y versatilidad, enfrenta un desafío importante en un mundo que cada día es más consciente de la eficiencia energética. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el horno es uno de los electrodomésticos de mayor consumo debido a las altas temperaturas que necesita para funcionar. “El horno es un gran consumidor al generar calor a altas temperaturas en un periodo muy breve de tiempo”, explican desde el IDAE. Sin embargo, dado que no es un aparato que se utiliza a diario en la mayoría de los hogares, su consumo total al final del año no figura entre los más elevados.

Para reducir el impacto energético, es recomendable optar por modelos de horno con mejor eficiencia. Los hornos clasificados en la categoría A, los de menor consumo, pueden consumir menos de la mitad de la energía que uno de categoría G, de menor eficiencia. De acuerdo con el IDAE, un horno de tamaño medio y clase A consume en promedio menos de 0,80 kilovatios/hora, una cifra que aumenta hasta los 1,80 kWh en modelos de menor eficiencia.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ofrece una guía útil sobre los diferentes tipos de hornos eléctricos, lo que permite a los consumidores tomar una decisión informada en función de sus necesidades y hábitos. Los modelos más básicos, los hornos convencionales, cuentan con resistencias en la parte superior e inferior para calentar el aire. Aunque económicos, presentan ciertas limitaciones, como la imposibilidad de gratinar, lo cual los hace menos adecuados para aquellos que buscan versatilidad.

Por otro lado, los hornos multifunción añaden opciones como el grill y un ventilador para mover el aire por convección, lo que permite una cocción más homogénea, ideal para grandes cantidades o piezas de alimentos de mayor tamaño. Estos modelos, además, suelen incluir programas específicos que simplifican la preparación de distintas recetas, un aspecto que los hace aún más atractivos para el hogar. La popularidad de las freidoras de aire no solo se debe a su capacidad para reducir la cantidad de aceite en las comidas, sino también a su consumo energético. Al ser de tamaño compacto y calentar rápidamente, las freidoras de aire consumen menos energía que los hornos tradicionales y ofrecen una alternativa rápida y saludable para quienes buscan soluciones prácticas. No obstante, en cuanto a diversidad de recetas y tipos de cocción, el horno sigue liderando.

La respuesta a esta pregunta depende en gran medida del perfil del usuario. Para aquellos que cocinan de manera ocasional y desean soluciones rápidas, la freidora de aire puede ser la mejor opción: ahorra tiempo y consumo de energía, y es una alternativa más saludable a las freidoras tradicionales. Por otro lado, para quienes disfrutan de la cocina tradicional y valoran la versatilidad, un horno eléctrico, especialmente uno de clase A o multifunción, sigue siendo la apuesta ideal. A pesar de su consumo relativamente alto, su capacidad para cocinar grandes cantidades y su variedad de programas lo convierten en un aliado insustituible.