Bache emocional o depresión: cómo reconocer las señales antes de caer en un pozo, según una experta
Reconocer la diferencia entre un bache emocional y la depresión es clave para mantener el equilibrio. Es vital no dejarse caer en un pozo del que no se pueda salir sin apoyo
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Independientemente de la edad o el género, todos atravesamos momentos complicados, situaciones en las que la vida parece perder color, donde las ganas de disfrutar y la motivación se diluyen entre el día a día, es parte del proceso de vivir. Sin embargo, según Rocío García, profesora de Psicología en la Universidad Villanueva, podría ser un "bache emocional", una experiencia humana y pasajera que, por tanto, no debe ser tomada a la ligera.
En un artículo para la revista ‘¡Hola!’, la experta aclara que un bache emocional es parte de la experiencia humana y no algo disfuncional. Es una especie de crisis que, bien gestionada, puede convertirse en una oportunidad para desarrollar nuevas herramientas emocionales. Pero cómo se distingue un bache de algo más serio como, por ejemplo, un estado depresivo.
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En concreto, un bache emocional suele manifestarse como desgana, falta de disfrute, o la sensación de estar en modo "supervivencia", explica García, en este artículo. Este estado puede estar desencadenado por factores como el estrés, la desconexión emocional, o incluso cambios de rutina. Por ejemplo, en verano, cuando muchos hacen un alto en sus actividades cotidianas, pueden surgir sentimientos de soledad, saturación, o culpa, al desconectar de la rutina.
Sin embargo, cuando estas sensaciones se prolongan y evolucionan hacia un estado de desesperanza, podríamos estar frente a un cuadro más grave. La depresión no es solo tristeza, sino una condición que afecta el funcionamiento diario, incluyendo el apetito, el sueño y las relaciones personales. La experta en la materia enfatiza la importancia de buscar ayuda antes de que el malestar se transforme en un "socavón".
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No es necesario alcanzar un estado crítico para acudir a un profesional. De hecho, hacerlo de forma temprana puede fortalecer nuestra resiliencia. Además, algunas personalidades son más susceptibles a estos baches, como las neuróticas, que tienden a desestabilizarse con facilidad, o las obsesivas, que suelen refugiarse en el trabajo para evitar lidiar con sus emociones. También las personas muy independientes pueden sentirse desbordadas al compartir más tiempo con otros en vacaciones.
De este modo, y según indica la profesora de psicología, reconocer la diferencia entre un bache emocional y la depresión es clave para mantener el equilibrio en nuestro día a día. Si bien es normal tropezar, es vital no dejarse caer en un pozo del que no se pueda salir sin apoyo.
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Independientemente de la edad o el género, todos atravesamos momentos complicados, situaciones en las que la vida parece perder color, donde las ganas de disfrutar y la motivación se diluyen entre el día a día, es parte del proceso de vivir. Sin embargo, según Rocío García, profesora de Psicología en la Universidad Villanueva, podría ser un "bache emocional", una experiencia humana y pasajera que, por tanto, no debe ser tomada a la ligera.