Adiós al móvil: estás son las técnicas que te ayudarán a dejarlo de lado y desconectar
Vivimos en una era donde el móvil es una extensión de nuestra mano, pero su uso excesivo puede afectar nuestra salud mental y bienestar. ¡Aprender a desconectar es clave
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En la era digital, la hiperconectividad se ha convertido en una constante en nuestra vida diaria. Desde que nos despertamos hasta que nos acostamos, las notificaciones, correos y redes sociales nos mantienen en un estado de alerta permanente.
Aunque el acceso inmediato a la información y la comunicación tiene ventajas, también puede afectar nuestra salud mental y bienestar general. Desconectar del móvil no solo es una opción recomendable, sino una necesidad para recuperar el equilibrio entre la vida digital y la real.
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Según un artículo publicado en 'Psicología y Mente', muchas personas experimentan ansiedad y estrés debido a la sobreexposición a dispositivos electrónicos. La sobrecarga de información y la necesidad de estar siempre disponibles pueden generar agotamiento mental, dificultar la concentración y afectar la calidad del sueño. Además, el miedo a perderse algo importante, conocido como FOMO (Fear of Missing Out), impulsa a revisar constantemente el teléfono, incluso sin una razón concreta.
Un estudio citado en la publicación señala que la dependencia digital no solo impacta en la salud mental, sino también en las relaciones interpersonales. La costumbre de revisar el móvil en reuniones sociales o en momentos de descanso disminuye la capacidad de disfrutar del presente y de interactuar de manera significativa con los demás. Por eso, los expertos recomiendan establecer límites claros en el uso de la tecnología para reducir sus efectos negativos.
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Existen varias estrategias para desconectar del móvil de manera efectiva. Una de ellas es desactivar las notificaciones innecesarias para reducir la distracción constante. También es útil establecer horarios sin dispositivos, como antes de dormir o durante las comidas, para recuperar la atención plena en actividades cotidianas. Crear espacios libres de pantallas en el hogar y optar por alternativas como la lectura, la meditación o el ejercicio físico también puede ayudar a reducir la dependencia digital.
La clave está en encontrar un equilibrio entre el mundo digital y la vida real. Desconectar no significa aislarse, sino aprender a gestionar el tiempo en pantalla para mejorar el bienestar general. Si la dificultad para dejar el móvil de lado interfiere con la vida diaria, acudir a un profesional puede ser una opción para desarrollar estrategias que permitan recuperar el control sobre el uso de la tecnología.
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