Mario Alonso Puig: "Cuando una persona cambia su postura se elevan hormonas que dan sensación de calma"
La forma en que sostenemos nuestro cuerpo influye en nuestros niveles de estrés. Un simple cambio postural puede desencadenar reacciones químicas que favorecen el bienestar
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El cuerpo y la mente están profundamente conectados, y la postura juega un papel clave en este vínculo. La forma en que sostenemos nuestro cuerpo no solo influye en la imagen que proyectamos, sino también en los procesos bioquímicos que regulan nuestras emociones y niveles de estrés.
Según explica Mario Alonso Puig en un vídeo publicado en la cuenta de TikTok Mente Brillante, una postura encorvada, con los hombros caídos y la mirada apagada, es interpretada por el cerebro como una señal de vulnerabilidad o desánimo. Esta reacción desencadena la liberación de cortisol, la hormona del estrés, que se asocia a estados de alerta prolongados y, en el caso del estrés crónico, puede generar efectos negativos en la salud física y mental.
@mentebrillante84 El poder de una postura erguida. #marioalonsopuig #mentebrillante
♬ som original - Mente Brillante
El experto detalla que este proceso se activa a través de una cadena de reacciones neuroquímicas. Cuando el cuerpo adopta una postura desalineada y sin firmeza, una estructura cerebral llamada hipotálamo libera un neurotransmisor conocido como CRF. Este, a su vez, estimula la hipófisis, una glándula situada en la base del cerebro, para segregar ACTH, una hormona que llega a las glándulas suprarrenales y les ordena producir cortisol.
Sin embargo, Alonso Puig destaca que este mecanismo también puede funcionar a la inversa. En su intervención, el experto explica que cuando una persona corrige su postura, levantando la mirada, estirando el cuello y alineando los hombros, el nivel de cortisol comienza a reducirse. En su lugar, se elevan otras hormonas que generan sensación de calma, serenidad y confianza.
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"Cuando hace eso, el cortisol empieza a desplomarse y otras hormonas comienzan a elevarse, generando una sensación de calma, serenidad, claridad mental y confianza. Esto tiene tanta importancia que se ha observado que, cuando una persona con depresión clínica empieza a cambiar su postura, comienza a sentirse mejor", cuenta Puig para explicar hasta dónde puede llegar un cambio postural en términos de sus beneficios.
El especialista sostiene que esta conexión entre postura y bienestar es tan significativa que incluso se ha observado en personas con depresión clínica. Según afirma en el vídeo, al modificar su postura, muchas de ellas comienzan a sentirse mejor de manera inmediata. Sin embargo, advierte que, en quienes han mantenido una determinada posición durante mucho tiempo, esta mejora puede generar extrañeza y provocar una tendencia inconsciente a regresar a la postura anterior.
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Lo que quiere decir Puig, es que la postura es muy importante y puede tomarse como una herramienta accesible para mejorar el bienestar emocional. Un simple ajuste en la forma de sostener el cuerpo no solo impacta en la percepción personal, sino que también activa respuestas biológicas que pueden ayudar a reducir el estrés y aumentar la sensación de seguridad y claridad mental.
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El cuerpo y la mente están profundamente conectados, y la postura juega un papel clave en este vínculo. La forma en que sostenemos nuestro cuerpo no solo influye en la imagen que proyectamos, sino también en los procesos bioquímicos que regulan nuestras emociones y niveles de estrés.