Elena Muñiz, farmacéutica: “Cuidado con las piezas (de cerámica) que están destinadas a llevar alimentos o bebida, podrías intoxicarte”
El arte no debe comprometer la salud. Y en la cerámica, la belleza debe ir siempre acompañada de seguridad
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La cerámica artesanal vive un auge sin precedentes en redes sociales y mercados locales. Ver cómo se moldea, se hornea y se pinta una taza, un plato o una jarra se ha convertido en una de las actividades más populares en internet y en talleres creativos. Sin embargo, detrás de esa estética cuidada y esos acabados brillantes puede esconderse un riesgo silencioso para la salud.
Así lo advierte Elena Muñiz, farmacéutica, quien alerta sobre los peligros de utilizar piezas de cerámica no aptas para uso alimentario. “La cerámica puede ser tóxica si no está bien cocida o si se utilizan esmaltes que contienen metales pesados como el plomo o el cadmio”, explica.
@infarmarte El auténtico "hago cerámica para desestresarme" #farmaceutica #ceramica #toxico #esmalte #alimentos ♬ sonido original - inFARMArte
Estos materiales se emplean, en muchos casos, para conseguir colores intensos o acabados brillantes. El problema aparece cuando la pieza es porosa o no ha alcanzado la temperatura adecuada en su cocción: en esos casos, los metales pueden migrar a los alimentos o bebidas con los que entran en contacto.
El riesgo, aunque no inmediato, es acumulativo. “El plomo, por ejemplo, es neurotóxico y puede afectar al desarrollo neurológico en niños, además de dañar los riñones y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas”, señala Muñiz.
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La exposición prolongada a pequeñas cantidades puede ser especialmente peligrosa en personas vulnerables, como mujeres embarazadas, lactantes o personas con enfermedades renales. Por ello, la farmacéutica recomienda extremar la precaución con cualquier pieza de cerámica hecha a mano que vaya a tener contacto con alimentos.
Si se fabrican para ese fin, es imprescindible utilizar esmaltes certificados como aptos para uso alimentario y cocer las piezas a la temperatura adecuada, normalmente por encima de los 1.200 ºC. Además, en caso de vender o regalar estas piezas, deberían realizarse pruebas de migración en laboratorio para garantizar que no liberan sustancias nocivas.
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