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Eva Hernández, la ceramista fascinada por la magia del fuego y las leyes del reino animal
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Eva Hernández, la ceramista fascinada por la magia del fuego y las leyes del reino animal

Le gusta crear sus propios barros y pinceles, esos con los que recrea mundos oníricos. El resultado es una obra con una impronta tan reconocible como única, donde lo que realmente importa es el proceso, el trabajo y el disfrute

Foto: Eva Hernández, la ceramista más exquisita del reino animal. (Cortesía)
Eva Hernández, la ceramista más exquisita del reino animal. (Cortesía)

La capacidad de expresar a través del trabajo manual la tenemos todos, dicen que es innata al ser humano, aunque solo algunos perseveran y la convierten en una necesidad, en una forma de vida. Para Eva Hernández es, además, un canal de experimentación constante en el que, gracias a sus mezclas con barros y con esmaltes, a su fascinación por el fuego y por los animales y a ese imaginario cromático que la representa, salen piezas de cerámica únicas, originales y llenas de vida.

A esta madrileña, la impredecibilidad la engancha tanto como la naturaleza, tan presente en su obra, lo que se traduce en platos, cuencos y fuentes que ofrecen experiencias gastronómicas de otro nivel, así como esculturas, urnas o retratos realizados con una técnica tan personal como excéntrica.

placeholder Ser o no ser Eva H. (Cortesía)
Ser o no ser Eva H. (Cortesía)

Nos adentramos en el universo de la ceramista tocada por el dios Fauno con el don para captar el reino animal y vegetal, en forma de piezas imperfectas y excelsas.

placeholder Uno de los platos que diseña y fabrica artesanalmente Eva Hernández. (Cortesía)
Uno de los platos que diseña y fabrica artesanalmente Eva Hernández. (Cortesía)

¿Cómo llegas al mundo de la cerámica?

Fue un momento de cambio, una nueva ruta en mi vida personal y laboral. Hice Bellas Artes en la Complutense y, al conocer la Escuela de Cerámica Francisco Alcántara, quise volver a retomar mi mundo artístico, que lo tenía aparcado, así que me matriculé en la escuela por probar y darme un tiempo. Pero me enganché enseguida.

También debo recalcar que en mi juventud me vi influida por mi familia, que son esmaltadores. El esmalte sobre cobre tiene mucho que ver con la cerámica; ambas son artes que trabajan con el fuego, y es que el fuego tiene la última palabra, algo que para mí se ha convertido en una adicción. Trabajas con el factor sorpresa, unas veces puede salir una maravilla y otras un fracaso total. Es lógico que enganche algo así, es un camino sin final, un estudio constante.

placeholder Naturaleza viva. (Cortesía)
Naturaleza viva. (Cortesía)

¿Qué significa para ti trabajar con las manos? ¿A qué crees que se debe esta vuelta a lo artesanal, a recuperar técnicas ancestrales?

Es algo imprescindible desde la infancia. Las manos lo son todo, máxime cuando en estos tiempos se han perdido estas habilidades que nos han hecho avanzar como humanos.

No creo que haya una vuelta a lo artesanal; simplemente, y por culpa de la globalización que ha logrado que todo sea igual y de fábrica, ahora llaman más la atención los objetos únicos y diferentes.

placeholder La perfección de lo imperfecto. (Cortesía)
La perfección de lo imperfecto. (Cortesía)

¿Cómo es tu proceso creativo?

Me gusta que mis piezas sean imperfectas. No soy una buena alfarera y por eso no utilizo el torno, así que todo lo hago a mano, sin moldes. Creo que mi trabajo queda más orgánico, más espontáneo. Me gustan las irregularidades que presentan mis piezas, me sirven de inspiración para luego realizar mis dibujos. Todo lo copio de la realidad, ningún animal que dibujo es una invención, tengo montañas de libros de los cuales sale todo.

Por otro lado, al formular yo los esmaltes, nunca sale todo igual, y eso también me influye a la hora del dibujo final; según los tonos de la cubierta, me inclinaré hacia unos colores u otros. Más que un proceso creativo, es trabajo, trabajo y trabajo. Eso sí, pasándomelo muy bien.

placeholder Universo submarino de Eva H. (Cortesía)
Universo submarino de Eva H. (Cortesía)

¿Cómo es tu técnica?

¡Una locura! En primer lugar, me invento mi propio barro —mezclo dos tipos porque los que se comercializan en el mercado no me satisfacen—, fabrico mis pinceles, formulo los esmaltes de alta temperatura y algunos de media. En mi cerámica utilizo la técnica del tercer fuego; esto quiere decir que llevan tres cocciones (una en alta temperatura a 1.250 °C y dos en media a 1.040 °C) y las piezas van cambiando en cada una de ellas, lo cual hace que sean aún más sorprendentes los finales de la obra en sí.

Es un proceso muy largo y con mucho trabajo, ya que el barro tiene que aguantar muchas contracciones, y muchas veces se queda la pieza en el camino. Por supuesto, mis dibujos son únicos, no son calcas, utilizo lápiz de cobalto para perfilarlos y luego les doy el color. El resultado final nunca lo sé, por muchos años que lleve en esta profesión. Esa es la magia del fuego.

placeholder Jarrón de cuello largo. (Cortesía)
Jarrón de cuello largo. (Cortesía)

Los animales e insectos están muy presentes en tu obra, ¿de dónde viene esta fijación?

No sé, soy animalista de toda la vida. Adoro cualquier especie animal y no excluyo al ser humano. La primera yo (risas). En casa siempre había algún animalillo herido que mi madre había recogido para curarlo y luego lo volvíamos a dejar en su hábitat, otras veces no (de eso me arrepiento). Hemos tenido loros, tortugas, camaleones, ranas, erizos, grillos… Menos mal que al final apareció el primer perro, más adecuado para estar en una casa.

También, pensando, me fascinan los colores de los animales, son maravillosos, no hay ni uno feo. Yo no puedo vivir sin el color y ellos los tienen todos. ¡Me encanta plasmar ese mundo cromático en mi cerámica!

placeholder Piezas delicadas y llenas de color. (Cortesía)
Piezas delicadas y llenas de color. (Cortesía)

¿De dónde bebe tu inspiración?

De la misma naturaleza y fundamentalmente de los libros. Mis amigos están hasta las narices de acompañarme al Rastro para cargar con los libros que compro, que siempre son muchos y pesados. Eso sí, invito a las cañas.

placeholder 'Mi mural decadente', obra de Eva Hernández. (Cortesía)
'Mi mural decadente', obra de Eva Hernández. (Cortesía)

Háblanos de la relación entre la cerámica y la gastronomía.

Últimamente, todo el mundo une estas dos artes (aunque siempre hayan ido de la mano). En mi caso, soy cero cocinera, pero abro las latas con mucho amor (risas). Creo que ambas se cimientan en la manualidad, en la reserva de elementos que las componen, los tiempos, la paciencia, y el broche lo pone la degustación.

placeholder Vaso zoomorfo de Eva H. (Cortesía)
Vaso zoomorfo de Eva H. (Cortesía)

¿Hacia dónde diriges tus pasos?

Me gustaría ser mejor humana, parecerme a mis animales, a mi mundo animado. Además de eso, seguir trabajando, creando, cambiando… En definitiva, pasándomelo bien.

La capacidad de expresar a través del trabajo manual la tenemos todos, dicen que es innata al ser humano, aunque solo algunos perseveran y la convierten en una necesidad, en una forma de vida. Para Eva Hernández es, además, un canal de experimentación constante en el que, gracias a sus mezclas con barros y con esmaltes, a su fascinación por el fuego y por los animales y a ese imaginario cromático que la representa, salen piezas de cerámica únicas, originales y llenas de vida.

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