Natalia Zubizarreta o las claves para crear hogares cálidos y felices sin artificios
Además de interiorista, es coach, profesora y dueña de un bar en Bilbao. Hablamos con uno de los talentos favoritos de aquellos que sueñan con casas serenas, de esas llamadas a ser portada de las mejores revistas de decoración
Natalia Zubizarreta es generosa, tanto que no duda en hablar claro de ella, de su estudio de interiorismo, de su relación con las redes sociales, ni de lo que buscan los clientes que acuden a su estudio. Se está tan a gusto escuchándola que es fácil imaginarse cómo se deben sentir los espacios que diseña. Natalia es esa amiga con la que te pasas la tarde saltando de un tema a otro y dejando infinitas ventanas abiertas, mientras te tomas una taza de café (o un buen vino, por qué no).
Esta vizcaína ha conseguido posicionarse como una de las interioristas favoritas de aquellos que buscan hogares felices, y por su éxito podemos asegurar que lo consigue con creces. Su optimismo lo plasma en entornos prácticos, atemporales y alejados de cualquier golpe de efecto que alimente su ego.
¿Cómo fue tu flechazo con el interiorismo?
Crecí con mi abuela, que cambiaba los muebles, la decoración y los colores de la casa cada dos por tres. Viví la reforma de ese hogar y pude tomar decisiones que ya me hacían sentir mariposas en la tripa, pero fue cuando pude trabajar con 17 años como dependienta en una tienda de decoración, para pagarme mis caprichos, cuando sentí el verdadero flechazo. La dueña de la tienda confiaba mucho en mí a pesar de mi inexperiencia y siempre me decía que tenía un don para ello, que estudiara interiorismo.
¡Conecté con la pasión por la decoración! Estudié Bellas Artes en la Universidad del País Vasco y lo simultaneé con Interiorismo en IADE Bilbao. Posteriormente, hice las prácticas en un estudio de Bilbao donde me quedé casi diez años. Por circunstancias, decidí salir de ahí, con una mano delante y otra detrás, y como tenía miedo a no poder vivir del interiorismo, ¡puse un bar! Y justo ahí empezó a llamarme gente para encargarme proyectos.
¿Cómo fueron tus inicios?
No fue nada fácil, empecé de cero y ocho años después, con 40 recién cumplidos. Hoy tengo una empresa en la que trabajamos nueve maravillosas personas.
Como mi miedo siempre ha sido no tener trabajo, creé un perfil en Instagram como forma de mostrar mis proyectos al mundo. He invertido mucho tiempo y horas en alimentar esta red social que siempre me ha traído cosas preciosas. Eso sí, tanto tiempo invertido no siempre ha sido bien entendido. ¡Me ha costado un par de parejas!
Interiorista y coach. ¿Cómo te las arreglas?
Mi terapeuta dice que soy una psicóloga disfrazada de interiorista, así que cuando me surgió la oportunidad, me formé como coach en la Universidad de Mondragón. La vida me fue regalando preciosas oportunidades en otras áreas y, actualmente, compatibilizo mi labor como interiorista y gerente del estudio con la de coach y mentora de profesionales del sector, docente en el Instituto Europeo de Diseño y como ponente en charlas y formaciones relacionadas con el mundo del interiorismo, el bienestar, la gestión emocional, el crecimiento personal, etcétera.
¿Qué busca la gente cuando acude a tu estudio?
Cuando entregamos las casas, hay varios conceptos en los que coinciden nuestros clientes: alma, paz, armonía, luz, amplitud, calidez, elegancia, sencillez y, lo más bonito, que todos sienten sus casas muy suyas.
Nuestro estilo es atemporal, sin pretensiones, huimos de esnobismos y tonterías. Sabemos lo que es bueno y lo que no, pero siempre apelamos al sentido común. Quizá nuestros diseños no sean especialmente llamativos o espectaculares, pero en ellos prima que el cliente sienta paz antes que alimentar egos, que el proceso sea agradable frente a tener mil pulsos en los que imponer ideas.
¿Cómo concibes el interiorismo?
Es el arte de convertir algo prometedor e ilusionante en una realidad. Es una varita mágica para que las personas puedan ser más felices. Yo tengo la teoría de que si una familia encarga un proyecto de interiorismo que resulta un éxito, cada mañana sus miembros van a tener una casa donde iniciar el día con comodidad, facilidad, luz, armonía, buen rollo, orden, belleza.
Ya sea en hogares o espacios de trabajo, el interiorismo tiene el poder de mejorar la vida de las personas de una forma muy profunda. Eso sí, también hay que tener presente que no es la solución a tus problemas de pareja, de vacío emocional o frustración vital. A veces se nos contrata como vía de escape de temas graves y se arroja sobre el proyecto y sobre el interiorista un peso que no nos corresponde.
¿Cómo se da forma a un 'hogar feliz'?
Nuestro estudio es un mero traductor de los gustos y necesidades del cliente. Por lo tanto, ya sea desde lo moderno, clásico, rústico, minimalista o más recargado, siempre buscamos un resultado acogedor, cálido, armónico y con alma; en un espacio así es imposible no ser un poco más feliz y sentir paz.
Escuchamos tan bien al cliente y nos mimetizamos tanto con él que los detalles parecen haber sido elegidos por él mismo. Si a su hijo le gustan los dinosaurios, le haremos feliz con un papel de dinosaurios y libros sobre ellos; si al cliente le apasiona la montaña, verá cuadros de esa temática colgados en las paredes… Les ponemos las fotos de familia en los marcos y hasta las mascotas tienen su espacio con sus accesorios ideales y prácticos.
¿Cuál es el espacio que más disfrutas diseñando?
Sin duda, la cocina; es la reina de la casa. Es un hecho que sigue siendo la gran protagonista y cada vez más integrada en el salón, como si de una pieza de mobiliario más se tratara.
Las cocinas te permiten imaginar y crear aplicando tendencias y mezclando estilos, pero lo que más me gusta es crear cocinas tan cálidas que no lo parezcan. Simbólicamente, son espacios muy potentes, ya que son el centro de alimentación y riqueza del hogar. Dentro de ellas se corta, se hornea, se calienta. Es en las cocinas donde se prepara el alimento para toda la familia; es decir, se trata de una fuente de abundancia, de un lugar donde se genera el afecto en forma de comida.
Alguna vez has rechazado algún proyecto, ¿por qué?
¡No una, sino varias veces! Gracias a mi terapia y crecimiento personal, me di cuenta de que no por ser trabajo debo permitir abusos o malos tratos. Nuestra forma de trabajo está basada en la confianza, lo que nos permite disfrutar los proyectos y trabajar con más calidad de vida. Algunas personas no comprenden esto y, a pesar de firmar un contrato, te invaden y faltan el respeto, por lo que te ves obligada a parar el carro y cuidar de tu equipo y de ti misma.
¿Te arrepientes de algo?
En mis inicios, mis miedos me hicieron permitir muchos abusos. Ahora observo a esa Natalia insegura, aterrorizada e indefensa y me produce mucha compasión. Me arrepiento de haber vivido siempre con mucho miedo: miedo a no ser suficiente, a la crítica, a que no haya trabajo, a que haya mucho y no poder abordarlo, a fallar… Me arrepiento de no haber creído más en mí, de no haberme amado más.
¿Qué proyectos futuros acaricias?
Un hotel. Hemos diseñado alojamientos turísticos y agroturismo, pero el hotel es mi proyecto pendiente porque aúna lo mejor del contract con lo mejor del residencial. Soy tan exigente con los hoteles que me cuesta muchísimo encontrar uno que me enamore. Eso sí, cuando encuentro el que me gusta, ¡no hay quien me saque de ahí!
Natalia Zubizarreta es generosa, tanto que no duda en hablar claro de ella, de su estudio de interiorismo, de su relación con las redes sociales, ni de lo que buscan los clientes que acuden a su estudio. Se está tan a gusto escuchándola que es fácil imaginarse cómo se deben sentir los espacios que diseña. Natalia es esa amiga con la que te pasas la tarde saltando de un tema a otro y dejando infinitas ventanas abiertas, mientras te tomas una taza de café (o un buen vino, por qué no).
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