Deporte para adelgazar a la hora de comer

Alguien habrá soltado una carcajada al leerlo: “¿Perder peso a la hora del almuerzo?... ¿Qué será lo siguiente, trabajar mientras se duerme?”... pero resulta que es cierto. La pausa para el almuerzo en el trabajo es el momento del día para retomar fuerzas y encarar el resto de la jornada laboral con garantías de llegar vivos al final del día, pero también pueden ser unos minutos altamente productivos si, además, aprendemos algunos hábitos y ejercicios con los que cuidar la línea a la vez que se libera parte del estrés concentrado durante la mañana.

Para hacer ejercicio es fundamental estar bien alimentado antes de ir al gimnasio: una opción pueden ser unas lonchas de queso bajo en grasas con unas rebanadas de pan integral, una pieza de fruta, como un platano, y un yogur con frutos del bosque. A continuación, un paseo hasta el gimnasio. Nada de coger el coche. Y si hay que hacerlo sí o sí, hay al menos que aparcar el coche en la otra punta del parking para estirar las piernas y preparar los músculos.

Dentro del gimnasio, preparar la ropa: un top con sujetador deportivo, un chándal agradable (ojo, porque vuelven los noventa y los chandals de tactel...) y el pelo recogido en una cola de caballo para que no moleste durante el ejercicio. Todo listo para empezar.

¡Hala, a la bicicleta estática! Una vez en la sala de máquinas hay que darle al ejercicio cardiovascular durante 16 minutos. ¿Los intervalos? 30 segundos a máxima intensidad, 90 segundos para recuperar el aliento, y a repetir siete veces más. A continuación, turno para la barriga. Hay que ejercitar los abdominales y para ello resulta hasta un 20% más efectivo realizar el ejercicio con una bola de Pilates.

Va quedando poco tiempo antes de tener que regresar al trabajo, así que hay que ir a la ducha. Rápido, porque el agua ayudará a relajar el cuerpo. Es mejor evitar el maquillaje en crema, ya que podría crear una rígida capa en la tez. En su lugar basta un poco de colorete en polvo para realzar los pómulos.