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No habrá paz en los juzgados para los Ruiz-Mateos: de la hija 'secreta' al yerno 'díscolo'
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TRAS LA MUERTE DEL PATRIARCA

No habrá paz en los juzgados para los Ruiz-Mateos: de la hija 'secreta' al yerno 'díscolo'

No han pasado ni dos meses de la muerte del empresario José María Ruiz-Mateos y la familia sigue sumida en el caos. Al menos desde el punto de vista estrictamente judicial

Foto: La familia Ruiz-Mateos en un fotomontaje realizado en 'Vanitatis'
La familia Ruiz-Mateos en un fotomontaje realizado en 'Vanitatis'

El juzgado encargado de investigar si Adela María Montes de Oca es la hija número 14 de Jose María Ruiz-Mateos quiere localizar a los hijos del empresario jerezano y ha pedido a la abogada Teresa Bueyes, que presentó la demanda de paternidad y que defiende los intereses de la joven, que le proporcione la filiación de los trece vástagos, tal y como confirman a 'Vanitatis' fuentes conocedoras del proceso. La letrada ha excusado esta responsabilidad, que supondría recabar los datos personales, DNI y domicilios de todos ellos, porque entiende que es el juzgado quien debería conseguirlos tramitándolo, si es necesario, a través de la Policía, como en cualquier otro procedimiento.

Se suspende así el juicio, previsto en noviembre, en el que se debía decidir si la prueba de ADN debe practicarse al cuerpo del fundador de Rumasa, fallecido el pasado 7 de septiembre, o a sus hijos. En breve, sin embargo, tendremos noticias sobre este proceso, que lleva abierto dos años y que no ha muerto ni mucho menos con el afamado empresario, por lo que seguirá dando quebraderos de cabeza a sus herederos. No es el único frente abierto para esta familia inmersa en unos 50 procedimientos judiciales. Antonio Biondini, marido de una de las hijas de José María, Begoña Ruiz-Mateos, reconoce a 'Vanitatis' que quiere demostrar que los hijos varones hundieron el imperio familiar a costa del honor del patriarca y está recopilando pruebas en este sentido.

El juzgado de Pozuelo que lleva el caso de Adela mantiene, no obstante, su decisión de prohibir a la familia incinerar el cuerpo del empresario enterrado en el panteón familiar de Rota. Pero ellos aseguran que no les preocupa. Ni la prohibición ni el juicio. “Mi padre nunca quiso ser incinerado”, afirma Begoña. Marcos García Montes, el último letrado del empresario, que ya no es parte en el caso por la muerte de su cliente, asegura que descansa tal y como deseó. Según fuentes jurídicas, el fundador de Rumasa firmó un documento en marzo de 2006 en el que dejaba claro su última voluntad. “Profesa la religión católica, apostólica, romana, fe y creencias en las que ha vivido y desea seguir viviendo y morir, y haber vivido toda su vida bajo el especial manto protector de la Virgen María, por la que siente y profesa una especial veneración dejando todo lo relativo a su entierro y sufragios por su alma a voluntad de sus herederos”.

La cuestión de la herencia

El relato que Adela hace en la demanda es el siguiente. Nació el 11 de junio de 1991 fruto de una relación de Ruiz-Mateos con su madre, Patricia Montes de Oca, a quien conoció en Chicago en noviembre de 1989. Según ella, no fue una relación de un día. Patricia ha relatado en varias ocasiones que vino a España a conocer a aquel hombre que la había impresionado. Madrid, el Puerto de Santa María, Valencia, Miami…fueron escenarios ocasionales de la intimidad de la pareja marcada por la distancia. Igual que la relación padre e hija. Siempre según Adela, tuvieron contacto por teléfono y carta hasta que se conocieron cuando ella tenía 17 años. Nunca dejó de enviarle dinero para contribuir a su mantenimiento. Pero no logró verlo muchas más veces. Adela intentó visitarle cuando enfermó. Incluso quiso ir a la casa familiar de Somosaguas, pero, según ella, fue Teresa Rivero quien se negó.

Adela decidió entonces reivindicar sus derechos y presentó una reclamación de filiación paterna extramatrimonial ante los juzgados de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón por ser los que correspondían al lugar de residencia del fundador de Nueva Rumasa. No fue su primer intento. Buscó un abogado en Chicago, ciudad en la que reside junto a su madre, e inició los trámites para ser una más de la familia Ruiz-Mateos, pero abandonó el proceso por cuestiones procesales y falta de competencia de los tribunales. Adela insiste en que el objeto de su demanda es conseguir poder llevar el apellido de su padre y que su deseo no serán ni los bienes ni parte de una herencia que se encuentra bajo investigación judicial por acusaciones de estafa, insolvencia punible, alzamiento de bienes y delitos fiscales en aproximadamente cincuenta procedimientos judiciales que, de momento, han encarcelado a Álvaro y Javier, dos de los vástagos del patriarca, y mantienen en vilo a otros dos, Zoilo y José María.

El empresario gaditano no dejó, en cualquier caso, ninguna herencia que pudiera codiciar. El testamento que se desveló el pasado mes de septiembre se limitaba a declarar herederos universales a su esposa y a los trece hijos de un patrimonio que ya había repartido en vida. Según fuentes jurídicas, solo queda pendiente la indemnización por la expropiación de Rumasa que el patriarca siempre pensó que cobraría y cuya reclamación está pendiente de resolución en el Tribunal Constitucional. Biondini, sin embargo, cree que los hijos han recuperado el imperio familiar lejos de los ojos de la Justicia y quiere que los investigadores averigüen, por ejemplo, si están detrás del renacimiento de la bodega Marqués de Campo Nuble que la familia tenía en La Rioja y que ahora comercializa las marcas de vino Campo Burgo y Nubori a través de la sociedad Nubori, a nombre de los hermanos de la mujer de su cuñado, o si la sociedad que gestiona las emisoras de radio que se han incorporado a Radio Libertad también es una pantalla.

Las pruebas de ADN

Mientras, el juzgado de Pozuelo tiene pendiente pedir a la Policía los datos de los hijos para seguir con el procedimiento que parece no dar tregua a la familia. Este es, sin duda, el caso más íntimo de todos los que se siguen en los tribunales. Aunque Ruiz-Mateos se interesó por Adela en vida, no facilitó su reconocimiento. Según la abogada de la joven, en el procedimiento constan cartas, facturas de hotel y grabaciones de algunos de sus encuentros que lo acreditan. ¿Pero por qué el empresario nunca se realizó la prueba cuando así se lo requirió el juzgado? Hasta en tres ocasiones fue emplazado a hacerlo en la delegación del Instituto Nacional de Toxicología de Las Rozas por “considerarse pertinente y necesaria para la resolución de las pretensiones que han sido formuladas (…) y no poner en peligro la entonces precaria salud del empresario”.

Tampoco los hijos del empresario han manifestado otra cosa que su negativa a que el proceso prosiga. No se lo pondrán fácil. Begoña ha pedido en numerosas ocasiones que “deje descansar a su padre” y asegura en conversación con 'Vanitatis' que este proceso “no le preocupa nada”. Por ahora, en el sumario, solo consta un ADN, el de Adela y su madre. Será el juez quien decida cómo o quién deberá realizarse la prueba.

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El juzgado encargado de investigar si Adela María Montes de Oca es la hija número 14 de Jose María Ruiz-Mateos quiere localizar a los hijos del empresario jerezano y ha pedido a la abogada Teresa Bueyes, que presentó la demanda de paternidad y que defiende los intereses de la joven, que le proporcione la filiación de los trece vástagos, tal y como confirman a 'Vanitatis' fuentes conocedoras del proceso. La letrada ha excusado esta responsabilidad, que supondría recabar los datos personales, DNI y domicilios de todos ellos, porque entiende que es el juzgado quien debería conseguirlos tramitándolo, si es necesario, a través de la Policía, como en cualquier otro procedimiento.

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