La vida de Alberto y su amante, contada por su hija ilegítima

Los escarceos extramatrimoniales de los reyes siempre son motivo de debate, y mucho más si hay una hija ilegítima de por medio. Por eso, no resulta extraño que en Bélgica esperen con expectación la publicación el próximo sábado de la autobiografía de la hija ilegítima de Alberto II, Delphine Boël. Esta joven ha prometido revelar detalles de la relación entre su madre, la baronesa Sybille de Selys-Longchamps, y el rey belga.

El libro, titulado Delphine. Cortar el cordón umbilical, indaga en ese romance y en las presiones de la casa real belga sobre el monarca, según la prensa del país. Delphine Böel relata que cuando tenía 18 años su madre le confesó que su padre era el entonces príncipe heredero, con quien la baronesa tuvo una relación extramatrimonial durante dieciséis años.

La autobiografía detalla además el encuentro entre Sybille de Selys-Longchamps y el por entonces príncipe Alberto de Sajonia-Coburg en 1966 en Atenas y el intento de divorcio del actual monarca, quien quiso separarse de la princesa Paola un año después del nacimiento de Delphine. Según ésta, Alberto II puso al corriente a su hermano, el rey Balduino, que condicionó el posible divorcio a la cesión del título de heredero de la corona y a que la baronesa nunca pudiera ver a los hijos legítimos del rey.

Boël, que nunca ha sido reconocida por Alberto II, publica el libro el día de la inauguración de una exposición organizada por ella misma, titulada Tender los trapos sucios del rey. La familia real es la fuente de inspiración de la provocadora exposición, que entre otros elementos, mostrará esculturas de papel maché que representan al rey Alberto y a la reina Paola como cerdos.

A pesar de su experiencia personal, Boël asegura que sigue apoyando la monarquía y que lo único que le duele es que su padre se niegue a reconocerla. "Cada hijo tiene derecho a tener un padre y a ser reconocido por su progenitor. Seas rey o guardabosque, eres responsable de los hijos que engendras y no los puedes abandonar", señala Böel.

Pero Boël no es la única hija ilegítima de la monarquía europea. El Príncipe Alberto de Mónaco, todavía soltero, se ha visto obligado a reconocer a dos hijos. Al nacer fuera del matrimonio, no cuentan en la sucesión. También tuvo sus deslices el Príncipe Bernardo, el rey consorte. A una entrevista póstuma confesó que sus cuatro hijas, entre ellas la reina Beatriz, podrían invitar a sus fiestas navideñas a dos hermanitas.