El cabreo de la infanta Elena en San Isidro

La infanta Elena no ha querido perderse esta año los festejos celebrados en Madrid en honor a su patrón, San Isidro. Acompañada de su hijo Froilán, la hija del Rey se perdió entre la muchedumbre que disfrutaba de las atracciones y espectáculos varios que conforman esta festividad donde se aúnan todos los elementos del denominado casticismo madrileño.

Tampoco quiso pasar por alto la oportunidad de adquirir las típicas rosquillas tontas y listas de Santa Clara y disfrutar de las raciones de calamares y entresijos, acompañando estos manjares con una refrescante cerveza. Lo hizo en la misma caseta en la que hicieron parada el año pasado los príncipes de Asturias.

Mientras tanto, Froilán hacía gala de su pericia con las escopetas en las casetas de tiro, aunque su experiencia con las armas le jugó una mala pasada en abril del año pasado. Todo indicaba que sería un día tranquilo para ellos, obviando algunas miradas de los madrileños que reconocían su ilustre presencia, pero la jornada se torció cuando apareció un equipo de televisión con la intención de informar del paso de la infanta y su hijo por la verbena de San Isidro.

Al ver a los periodistas, la infanta Elena comenzó a ponerse nerviosa y animó a su hijo a que terminase su particular ‘caza de regalos’ con escopeta en las cabinas de tiro, según narran a Vanitatis testigos presenciales. Éste no recibió con gusto las indicaciones de su madre al no entender por qué debían marcharse apresuradamente. El clima alegre que había reinado minutos antes dio paso a la crispación.

La duquesa de Lugo, visiblemente molesta por la presencia de los periodistas en las inmediaciones, se enfrentó a ellos al constatar que seguían de cerca sus movimientos. Este hecho provocó un gran revuelo entre los allí presentes, que no daban crédito a la escena que estaba produciéndose. Pronto, madre e hijo pusieron ‘pies en polvorosa’ y se dejaron perder entre la multitud de madrileños que, como ella, disfrutaba de la gran fiesta de Madrid.