Los duques de Palma desembarcan en Ginebra y dan "plantón" a Aga Khan
Este lunes los hijos de los duques de Palma empezaban el curso escolar en la prestigiosa Escuela Internacional de Ginebra y acudían al centro acompañados por sus padres.
A 800 kilómetros de Barcelona, los Duques de Palma tratan de recuperar la normalidad en sus vidas. Este lunes sus hijos empezaban el curso escolar en la prestigiosa Escuela Internacional de Ginebra y lo hacían acompañados por sus padres, que dedican todos sus esfuerzos a que los niños no acusen el reciente giro que ha dado su vida. Si el año pasado sólo la Infanta acompañaba a los pequeños en su primer día de colegio, en esta ocasión también el duque de Palma ha querido arropar a sus hijos en este día tan importante para ellos. El matrimonio ha permanecido una hora dentro del centro, desde las 8 hasta las 9 de la mañana, y después han ido a hacer unas gestiones momento en el quelos paparazzi les han perdido la pista, según informan desde El programa de Ana Rosa.
Es la tercera vez que cambian de compañeros de clase en apenas tres años. Un duro golpe para cualquier niño, sobre todo para el mayor, Juan Valentín, que a sus 14 años, sufre las consecuencias de la imputación de su padre. En la demanda que interpuso el Duque contra los medios de comunicación por la difusión de sus correos electrónicos, Urdangarinalegaba:“La divulgación de estos correos de contenido privado no solo incide directamente en la intimidad del demandante, sino que, en la medida que integra aspectos de su vida personal y familiar, tambiénafecta a su cónyuge y a sus hijos, en este caso menores de edad, que también tienen vida personal y relaciones en el entorno propio de su edad,con los compañeros de colegioy sufren las consecuencias de las intromisiones en la vida privada de sus progenitores”.
Pero no sólo los niños se van poco a poco adaptando a su nueva residencia. También la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se van acomodando a Ginebra y al nuevo entorno. Aunque el duque de Palma no podrá residir en la ciudad suiza debido a sus circunstancias judiciales que le obligan a tener su residencia fijada en España, planea viajar regularmente a Ginebra para poder pasar el mayor tiempo posible con su mujer y sus hijos. Por eso, porque sabe que estará mucho tiempo en el país de los Alpes, a Urdangarin ya se le ha visto paseando por el elitista barrio donde reside su familia haciendo la compra por varios supermercados.
Una casa de 200 metros cuadrados
El lugar que ha elegido la Infanta para vivir con sus cuatro hijos es una casa de 200 metros cuadrados y cuatro habitaciones perteneciente a un bloque de viviendas histórico situado en el casco antiguo de la ciudad. A diferencia del palacete de Pedralbes, en su nueva vivienda doña Cristina sí tendrá vecinos. Algo que no debe preocuparle demasiado ya que allí el anonimato de la hija del Rey está prácticamente asegurado y las calles de la zona cuentan con cámaras de videovigilancia. Además, en Suiza los personajes conocidos no son perseguidos por la prensa y allí su imagen está mucho más protegida. Sin duda, este ha sido uno de los factores a tener en cuenta a la hora de elegir destino. Un factor que además contrasta con los 300.000 euros en concepto de seguridad que cuesta la protección de la hija del Rey.
Desde que el exilio de la duquesa de Palma se hiciese oficial, ha sido constante el baile de cifras en torno al coste de su nueva aventura suiza. Si bien es cierto que el precio que tendrán que pagar por la educación de sus cuatro hijos ronda los 120.000 euros –como ya informó Vanitatis la Escuela Internacional de Ginebra es uno de los mejores colegios del mundo-, la nueva vivienda de los Urdangarin Borbón es más económica de lo que pudiera parecer. Según algunas fuentes el alquiler de la nueva residencia de la Infanta costaría en torno a los 10.000 euros mensuales cuando lo habitual es que el coste de una vivienda de características similares ubicada en esa zona rondase los 15.000. Sin embargo, varios medios han hablado de que el precio del alquiler de la casa es aún inferior, de unos 6.000, y es que es posible que el propietario del inmueble frecuentase el entorno de don Juan Carlos y haya querido tener un detalle con él rebajando el precio del alquiler a su hija.
La ausencia de la Infanta en la boda del hijo de Aga Khan
También se ha especulado estos días con la presencia de doña Cristina en la boda del hijo de Aga Khan, el íntimo amigo del Rey y para cuya fundación trabaja la Infanta. Este sábado el príncipe Rhim Aga Khan contraía matrimonio con la modelo Kedra Spears. Un enlace que gracias a la boda de Andrea Casiraghi ha pasado casi inadvertido. Sin embargo, este acontecimiento era importante, no sólo para la dinastía ismaelita de la cual se sabe muy poco en España, sino también para la Familia Real ya que don Juan Carlos y el líder ismaelita mantienen una sólida amistad desde hace muchos años. Prueba de ello son los gestiones que el monarca ha llevado a cabo con Aga Khan para conseguir el traslado de la Infanta a Ginebra. Un traslado que el Rey lleva persiguiendo desde que estallase el Caso Nóos y la vida de la Infanta y sus hijos en Barcelona se tornase insoportable por la presión mediática.
Quizá la difusión de esas gestiones por parte de don Juan Carlos –cuyas pretensiones eran incluso que el "Duque Em-palmado" encontrase trabajo en Suiza- haya sido el motivo de la ausencia de doña Cristina en la boda del hijo de Aga Khan celebrada precisamente en Ginebra. De haber asistido, no hay duda de que en España esto se habría interpretado negativamente ya que muchos no verían con buenos ojos las influencias del monarca a favor de su hija.
En cualquier caso, lo cierto es que si algo persigue doña Cristina en Suiza es eso: escapar a la presión social que supone la situación judicial de su marido en España y que ha conseguido paliar poniendo tierra de por medio. Exactamente 786 kilómetros.
A 800 kilómetros de Barcelona, los Duques de Palma tratan de recuperar la normalidad en sus vidas. Este lunes sus hijos empezaban el curso escolar en la prestigiosa Escuela Internacional de Ginebra y lo hacían acompañados por sus padres, que dedican todos sus esfuerzos a que los niños no acusen el reciente giro que ha dado su vida. Si el año pasado sólo la Infanta acompañaba a los pequeños en su primer día de colegio, en esta ocasión también el duque de Palma ha querido arropar a sus hijos en este día tan importante para ellos. El matrimonio ha permanecido una hora dentro del centro, desde las 8 hasta las 9 de la mañana, y después han ido a hacer unas gestiones momento en el quelos paparazzi les han perdido la pista, según informan desde El programa de Ana Rosa.
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