Leonor, la pesadilla de los artistas: un cuadro, el último intento (fallido) de retratarla
¿Qué les ocurre a los artistas plásticos con el rostro de Leonor? ¿Por qué les resulta tan difícil retratarla con fidelidad?
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Hay algo que no se puede negar: la princesa Leonor es una niña guapa. Rubia, ojos azules, labios carnosos, sonrisa dulce... Cada vez que realiza una aparición pública, los focos se centran en ella, no solo por ser la primogénita de los reyes Felipe VI y Letizia, sino porque además su rostro y su manera de ser se hacen querer por las cámaras, que suelen retratarla radiante.
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Ahora bien, cuando se trata de retratar a la princesa a través de una disciplina más plástica, la cosa se complica.
La última prueba la tenemos en un cuadro al óleo cuyo autor es Ricardo Sanz, un excelente pintor que trabaja de manera habitual para la Casa Real. El cuadro no es nuevo, fue realizado en el año 2016 y es el único en el que el Rey ha sido retratado junto a su hija Leonor.
Ahora, esta obra ha vuelto a ser tema de actualidad porque acaba de ser trasladada al Centro Cultural Casa de Vacas de Madrid para formar parte de la muestra 'El lenguaje de la luz', que, hasta el 2 de septiembre, repasará la trayectoria de Sanz (San Sebastián, 1957).
No podemos decir que el cuadro no cuente con una grandiosa técnica en la que se combinan el óleo y el carbón y en la que se muestra un claro dominio de la luz. Pero una vez más podemos observar que el retrato de la Princesa de Asturias no termina de ser muy fiel a la modelo real (y real, de realeza).
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Tampoco es el peor de sus retratos. La niña del cuadro es agraciada, pero no termina de ser Leonor.
No es la primera vez que ocurre. Ya hemos tenido otros casos de retratos a la Princesa de Asturias en los que el resultado tampoco ha sido muy plausible. También hay que decir que en esos casos, de hecho, el resultado ha sido bastante más desastroso que en este al que nos referimos.
En nuestra memoria aún perdura la estatua de cera que le hicieron a la hija mayor de Letizia y que presentó el Museo de Cera en 2014. Los chistes y memes corrieron como la pólvora entonces. Esa estatua podía ser cualquier otra persona menos Leonor.
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Tres cuartos de lo mismo ocurrió en 2018, cuando la Real Fábrica Nacional de Moneda y Timbre elaboró una moneda conmemorativa de Leonor en la que aparecían ella y su padre, el Rey, de perfil. Una vez más, el rostro de la niña no se asemejaba al de la auténtica Princesa y de nuevo las críticas se sucedieron sin piedad.
¿Qué les ocurre a los artistas plásticos con el rostro de Leonor? ¿Por qué les resulta tan difícil retratarla con fidelidad?
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De todos los retratos realizados, hay que reconocer que el de Sanz, si bien no es fiel al cien por cien a la modelo original, sí es el más logrado hasta la fecha.
Hay que destacar que Sanz es considerado un exponente del luminismo heredado del pintor Joaquín Sorolla, con el que el abuelo del retratista tenía amistad. Entre su palmarés se encuentra el Premio Nacional de Cultura Viva, el Premio de la Fundación Goya y la Medalla Paul Harris, concedido por la Fundación Rotary International.
Hay algo que no se puede negar: la princesa Leonor es una niña guapa. Rubia, ojos azules, labios carnosos, sonrisa dulce... Cada vez que realiza una aparición pública, los focos se centran en ella, no solo por ser la primogénita de los reyes Felipe VI y Letizia, sino porque además su rostro y su manera de ser se hacen querer por las cámaras, que suelen retratarla radiante.