Ari Behn: los últimos meses 'desaparecido' que han desembocado en una tragedia

Ahora que la princesa Marta Luisa de Noruega estaba en el punto de mira por su nueva relación sentimental, su exmarido, Ari Behn, permanecía retirado del mundanal ruido desde el mes de agosto, cuando compartía la imagen de uno de sus cuadros caóticos, coloristas y abstractos. Era el primera mensaje desde que en marzo anunciara en su perfil de Instagram su última exposición pictórica, aunque no hubo más noticias sobre si estaba preparando alguna muestra nueva o estaba absolutamente entregado a sus pinceles. Después solo hubo silencio.

Como pintor no le ha ido nada mal en términos económicos (los críticos y los artistas, tras su primera exposición en 2013, le tacharon de aprovechado y diletante). En octubre del año pasado, publicaba un libro precisamente basado en una de sus muestras, 'Inferno', que utilizaba prestado el nombre de la autobiografía de Strindberg e incluía algunas suculentas confesiones del exyerno de los reyes Harald y Sonia de Noruega. En la publicación, al igual que en la exposición, había referencias a su divorcio de Marta Luisa de Noruega y reconocía haber pasado una depresión después de este importante paso vital. Parece que no la había superado.

De hecho, diez meses después de separarse hacía unas declaraciones un tanto apocalípticas: "Es un gran cambio en mi vida. Se puede comparar con una muerte", afirmaba en tono poético el controvertido artista multidisciplinar (fue tertuliano televisivo, diseñado vajillas, escrito guiones, producido su propio vino, publicado novelas, esculpido y protagonizado una serie documental), que posteriormente rehízo su vida sentimental al lado de Ebba Rysst, una abogada diez años más joven que él.

Sin tener entre sus máximas cualidades la discreción, en una entrevista concedida a 'Vanity Fair' en 2013 (cuatro años antes de su divorcio) afirmaba que "la reina Sonia me mataría, porque creo que he cometido muchos errores". Unas afirmaciones sobre las que tal vez si preguntáramos a la que fuera su suegra opinaría muy distinto ahora, habida cuenta de los derroteros que ha tomado la vida sentimental de su hija.

En efecto, la controversia que ha generado la nueva relación de Marta Luisa de Noruega con el chamán Durrek Verret, con quien viajó hasta Marbella hace unos días para asistir a la gala de Starlite, ha alcanzado tal dimensión que ella misma anunciaba en sus redes sociales que dejaba de utilizar su título de princesa para sus actividades comerciales, sobre todo después de haber promocionado unas charlas espirituales que impartía con su actual pareja.

"Ha habido últimamente numerosos debates sobre el uso de mi título en un contexto comercial. Anteriormente he dicho que lo sentía, y lo mantengo, después de haber utilizado mi título de princesa en mi gira. Fue un error y entiendo lo que provoca que el título de princesa se utilice así. Me he tomado muy en serio estos debates y en colaboración con mi familia hemos descubierto que es mejor que hagamos algunos cambios. Hemos llegado a la conclusión de que utilice el título de princesa cuando represente a la Casa Real, cuando cumpla con mis compromisos oficiales, en mi país y en el extranjero. A partir de ahora no utilizaré mi título de princesa en un contexto comercial. Seré solo Marta Luisa. Considero que es una buena solución que haya una clara distinción entre mis actividades de negocios y mi papel como representante de la Casa Real porque así he ganado libertad para mis negocios".