Harry y la reina Isabel II, cuatro horas de reunión privada y una clara advertencia

Nada menos que cuatro horas estuvieron reunidos el príncipe Harry y su abuela, la reina Isabel II. Un encuentro que podríamos sintetizar con el título de una popular canción de Gloria Estefan: "Abriendo puertas, cerrando heridas".

La soberana británica y su nieto quedaron para almorzar en el castillo de Windsor, a donde Harry llegó desde Frogmore Cottage, su base de operaciones siempre que Meghan y él se encuentren en el Reino Unido.

Una fuente cercana a la Casa Real manifestó que la reina acabó su encuentro diciendo a Harry que "se le quiere y siempre será bienvenido", según recoge 'The Sun'. "La reina tenía mucho que decirle a Harry y fue el momento perfecto para que cada uno pudiera expresarse", ha manifestado la fuente al mencionado medio británico.

"El domingo fue la primera oportunidad que tuvo la reina de hablar con Harry a solas y descubrir cuáles son sus planes. Fue un ambiente distendido y los dos pudieron expresarse abiertamente", ha declarado.

Siempre según la misma fuente, la reina estaría "muy molesta" por la decisión de Harry y Meghan de marcharse a Norteamérica y querría ver más a Archie, quien en la actualidad tiene ya nueve meses.

"La reina quiso dejarle claro que su acuerdo [para este cambio vital] solo puede funcionar si no explotan su estatus real y no tratan de sacar partido económico. Por eso no les deja usar la palabra 'royal' para su fundación", aseguró.

Eso sí, la reina dejó la puerta abierta a los Sussex para volver si cambian de opinión y serían recibidos "con los brazos abiertos".

Este encuentro puede considerarse como un aperitivo de la reaparición de Meghan y Harry junto a la reina y los duques de Cambridge en un servicio religioso la semana que viene en Westminster Abbey con motivo del Día de la Commonwealth.