La casa de la infanta Elena, convertida en la filial del palacio de la Zarzuela

En el palacio de la Zarzuela solo quedan como inquilinas la reina Sofía y su hermana, la princesa Irene. Ha sido el domicilio familiar de don Juan Carlos durante cuarenta años, hasta que en agosto pasado puso tierra por medio y viajó a los Emiratos. Allí permanece hasta que quiera volver a España. O le dejen, que es la otra variante que, a día de hoy, se maneja para ese regreso sin fecha. Desde que los temas legales desestructuraron aún más a la familia Borbón Grecia, la infanta Elena ha sido el nexo de unión entre todos ellos. No hay constancia de que haya encuentro con el rey Felipe cuando acude habitualmente a Zarzuela a montar a caballo. Como publicó Vanitatis, la infanta Elena tiene repartidos sus animales entre el Club de Campo y las instalaciones hípicas del recinto de Zarzuela

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A. Rodríguez

Con este panorama familiar, las reuniones que antes se hacían en palacio ahora tienen otro marco diferente. Y este nuevo escenario es la casa de la infanta Elena. Ya lo fue para don Juan Carlos, que solía acercarse a comer o cenar con su hija cuando ya las medidas sanitarias lo permitieron y dejarse ver en un restaurante no era lo más indicado. Esa casa fue el último lugar desde el que se despidió de sus nietos Froilán, Victoria Federica y Juan Urdangarin antes de viajar a Sanxenxo con rumbo a Abu Dabi.

Según las declaraciones de Carlos Herrera en su programa, el Rey tenía previsto instalarse durante las Navidades pasadas en esta vivienda, donde se encuentra muy cómodo. No pudo cumplir su deseo, pero sí fue el puerto de atraque para Iñaki Urdangarin una vez que le concedieron el tercer grado. La infanta Elena acogió a su cuñado hasta que pudo pedir el traslado y se le permitió viajar a Vitoria. Juan Valentín, el primogénito, es otro de los miembros de la familia Borbón que tiene su sitio en casa de su tía Elena. Lo poco que se sabe de él es que estudia en Madrid y está arropado por doña Sofía y la duquesa de Lugo, que se ha convertido en la aglutinadora familiar.

Hasta la Reina emérita ha cambiado algunas costumbres y, antes de que se prohibieran las reuniones de no convivientes en los domicilios, ha acudido varias veces a ver a su hija en su piso del barrio del Niño Jesús, que se ha convertido en la filial de Zarzuela. Al menos, en lo que se refiere a la vida afectiva.

Cinco dormitorios y seguridad

Esta casa se la regaló el rey Juan Carlos y comparte vecindario con el abogado Marcos García Montes, Celia Villalobos y familias de profesionales liberales. Es un barrio tranquilo en una pequeña urbanización con zonas verdes comunes. Cuando los hijos eran pequeños, la Infanta se asomaba a la terraza para que Victoria y Froilán subieran a merendar o cenar. Un sistema que utilizaban el resto de padres. Consta de cinco dormitorios, cuatro cuartos de baño, comedor unido al salón por una puerta corredera, una amplísima cocina y zona de servicio.

El piso no difiere en su distribución al del resto de los propietarios, salvo que cuenta con una zona adecuada en su vivienda para la seguridad. El edificio se encuentra ubicado junto a un parque, lo que hace del piso un lugar privilegiado y luminoso en el centro de Madrid. Desde el salón era donde la Infanta hacia sus directos con su grupo de amigos cantando el famoso ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico. Pasó sola el confinamiento y sus salidas a la calle se resumían en pasear al perro de sus hijos que eligieron otros destinos alejados de la madre.

La infanta Elena comparte vida familiar con su hija Victoria, que aún no se ha independizado. Froilán alterna, y unas veces se queda con su madre y hermana y otras prefiere el piso de unos amigos en el barrio de Salamanca. No suele alojarse en el domicilio de su padre.