Mako de Japón cumple su sueño de casarse tras más de cuatro años de impedimentos
La nieta de los emperadores eméritos de Japón ha renunciado a mucho para poder casarse este martes con su excompañero de universidad, Kei Komuro
Su título de princesa, su estatus real y el conjunto de joyas que la familia imperial le regaló por su mayoría de edad. A todo esto renuncia Mako de Japón, nieta de los emperadores eméritos e hija del heredero, el príncipe Fumihito, al casarse este martes 26 de octubre con Kei Komuro. Mako y su recién estrenado marido tienen planeado establecer su residencia en Nueva York, donde él sigue estudiando y además ha conseguido un trabajo en un bufete de abogados, aunque antes de esto vivirán como personas anónimas en un apartamento de Shibuya Ward (Tokio).
El suyo ha sido uno de los compromisos más largos de la realeza. Mako y Kei Komuro se conocieron hace unos años, se enamoraron y anunciaron su compromiso en 2017. Lo que suponía una noticia feliz en el seno de la familia imperial se tornó en asunto de debate, crítica y casi escándalo en el país. ¿El motivo? Un exnovio de la madre de Kei Komuro contó a los medios de comunicación que la familia aún le debía 30.000 euros. Una cantidad suficiente para que supusiera un auténtico escándalo, ya que en la cultura japonesa se considera una grave deshonra tener una deuda personal con otro ciudadano.
Es tal el desagrado de los nipones por Kei Komuro que la mañana de este lunes, cuando Mako se ha desplazado hasta el Palacio Imperial Takanawa para visitar a sus abuelos antes del enlace, se encontraba con una manifestación con pancartas en contra de su prometido. Pero no solo eso, tal como señala la periodista Marta Nuevo, los japoneses, que "tienden a ser muy supersticiosos", creen que este matrimonio está gafado. "La erupción en Kyushu, los terremotos de este mes y la hospitalización del abuelo de la princesa Mako han sido interpretados como malos presagios ante la boda de esta con su excompañero de universidad", señala.
Precisamente, el hecho de no tener el apoyo popular ha llevado a la princesa a renunciar a los 150 millones de yenes -más de un millón de euros-, que le corresponderían al casarse con Kei Komuro, ya que es una especie de 'garantía' que da la Casa Imperial a las mujeres que salen de la institución por casarse, como ella, con un plebeyo. Pero el hecho de que sea dinero que sale de las arcas públicas y de que el pueblo no esté muy a favor de su matrimonio ha llevado a que Mako quiera renunciar a él, quizá en un intento de calmar los ánimos.
También tiene que decir adiós al lote de joyas que le entregaron al cumplir 20 años. Como todas las mujeres que nacen dentro de la familia, recibió un conjunto de joyas al cumplir la mayoría de edad. En su caso, se trata de un conjunto compuesto por collar, broche, pendientes, brazaletes y tiara. Ese regalo que se le hizo desde la Casa Imperial es uno de esos privilegios a los que la princesa tendrá que renunciar tras su boda. Las joyas tendrán que volver a su legítimo propietario, puesto que, al casarse con una persona que no tiene sangre real, no tiene permitido llevárselas en la maleta hacia Nueva York.
Todo este proceso ha supuesto un problema para Mako, quien, según declaraba su madre, la princesa Kiko, a finales de 2018, sufrió problemas de salud. "Desde el final del año pasado, cuando las temperaturas bajaron, hubo varios momentos en que mi hija mayor no se sintió bien. Pero, a pesar de estas circunstancias, mi hija trabajó arduamente para cumplir con las obligaciones que le habían encomendado. Quiero seguir prestándole mucha atención", aseguró.
La boda será una ceremonia civil muy sencilla, tras la que los novios darán una rueda de prensa, ya como el matrimonio Komuro, sin títulos y sin nada que ver con la familia real nipona, que pierde este martes a una de sus princesas más queridas, al menos hasta la aparición de Kei.
Su título de princesa, su estatus real y el conjunto de joyas que la familia imperial le regaló por su mayoría de edad. A todo esto renuncia Mako de Japón, nieta de los emperadores eméritos e hija del heredero, el príncipe Fumihito, al casarse este martes 26 de octubre con Kei Komuro. Mako y su recién estrenado marido tienen planeado establecer su residencia en Nueva York, donde él sigue estudiando y además ha conseguido un trabajo en un bufete de abogados, aunque antes de esto vivirán como personas anónimas en un apartamento de Shibuya Ward (Tokio).