Victoria, Sofía y Silvia de Suecia se visten de gala: el menú, los vestidos y las tiaras

Las agendas reales tienen poco (o nada) que ver con lo que solían ser antes de que comenzara la pandemia. Las cenas de gala, las fiestas y actos públicos multitudinarios se terminaron convirtiendo en algo lejano o en la excepción, en vez de la regla, en los últimos meses. Afortunadamente, las familias de la realeza vuelven, como todos, a retomar casi por completo la que era su rutina antes de 2020 y una de ellas ha sido la Casa Real sueca, con una cena de representación a la que han acudido unas 150 personas.

La última cena de representación sueca fue en noviembre de 2019 y en ella vimos un auténtico despliegue de los mejores estilismos y joyas reales de los miembros de la familia Bernadotte. Esta vez, como solía ser costumbre antes de los estragos ocasionados por el covid, han retomado la costumbre de ofrecer una cena a varios miembros del Parlamento, Gobierno y Cuerpo Diplomático sueco, además, por supuesto, de representantes del país en el extranjero procedentes de varias disciplinas que han "hecho importantes contribuciones a nivel local, regional y nacional".

Una ocasión que no han querido dejar de celebrar a través del perfil oficial de Instagram de la Casa Real, donde compartieron una galería de imágenes colmadas de lujo y glamour royal. La cena ha tenido lugar en la Galería del Rey Carlos XI de Suecia, exquisitamente decorada con arreglos primaverales de ranúnculos, tulipanes y scabiosa, y los invitados han disfrutado de un menú de cangrejo real noruego, rape islandés al horno, cordero asado de primavera y, de postre, sorbete de cítricos con merengue de limón.

"La mesa de la cena está puesta con cubiertos brasileños y mantelería de Irlanda que se obsequió a Gustav VI Adolf en 1959. La comida se sirve en porcelana de Hackman-Rörstrand Gustafsberg, que se entregó como obsequio al rey en su 50 cumpleaños. Las bebidas de la noche se sirven en un juego de helados de Kosta que la pareja real recibió como regalo de bodas en 1976", reza el texto de la publicación con la que aumentaban la expectación antes del gran evento.

Tanto la reina como su hija y su nuera optaron por estilismos de colores vivos, a juego con las tendencias de primavera. Victoria de Suecia se enfundó en un vestido rojo de escote princesa, hombros descubiertos, corte entallado a la silueta y detalle de abertura lateral rematado con una cola discreta y elegante. La heredera combinó el vestido con su tiara doble de laurel, que perteneció a la princesa Lilian.

La reina Silvia deslumbró con un vestido largo de color azul eléctrico, corte recto, cuello redondo, mangas largas y detalle de lazos en los hombros. Un color que puso de manifiesto la idoneidad de combinar el diseño con la tiara de Leuchtenberg, realizada en diamantes y zafiros, que originalmente fue un regalo del emperador Napoléon Bonaparte a su hijastro, Eugenio de Beauharnais, duque de Leuchtenberg. La monarca lució esta sorprendente tiara neoclásica a juego con una gargantilla, un broche, pendientes y (puede que) dos horquillas que quedan ocultas al objetivo del fotógrafo.

"Después de más de dos años de pandemia, la pareja real por fin puede invitar a autoridades, actores sociales, empresarios y más a una cena de representación en el Castillo Real. ¡Esperamos buenas conversaciones!", reza la publicación del perfil de Instagram del príncipe Carlos Felipe y Sofía de Suecia minutos antes de hacer su aparición en el Palacio Real de Estocolmo.

Sofía acertó también con su estilismo al lucir un ideal vestido satinado de color verde con cuello perkins, mangas cortas y falda larga abierta. Además de este espectacular diseño, ha llamado la atención la predilección de la princesa por la tiara que le regalaron los reyes por motivo de su enlace con el príncipe Carlos Felipe y que ya había preferido usar el día de su boda. En cuanto a complementos, se decantó por combinar el verde intenso de su vestido, cambiando las piedras que coronan la tiara por unas esmeraldas y con un bolso clutch de satén a tono firmado por Christian Louboutin (950 euros) agotado en todas las tiendas de lujo.

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