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Recordamos la entrevista a Pauline Ducruet en la que narra su "inusual infancia"
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PRINCIPADO DE MÓNACO

Recordamos la entrevista a Pauline Ducruet en la que narra su "inusual infancia"

La hija de Estefanía de Mónaco no ha tenido una vida de princesa, pero sí llena de aventuras. Del palacio al circo, para pasarse al buceo y acabar triunfando como diseñadora

Foto: Pauline Ducruet, en su desfile. (Getty)
Pauline Ducruet, en su desfile. (Getty)

Ella es una flor singular dentro de la familia Grimaldi (y eso ya es mucho decir del clan más mediático de la realeza), y también uno de sus miembros menos conocidos. Diferente y rebelde a su manera, como lo fue su madre, Pauline Ducruet dejó que la conociésemos un poco mejor a través de una sincera entrevista que concedió al periódico británico 'The Telegraph'. Pese a ocupar el puesto número 16 en la línea de sucesión al trono monegasco, su vida no ha sido una vida de princesa, al menos no de esas de cuento, aunque sí parece una historia de película.

Sobre su infancia

Solo tenía un año cuando sus padres se separaron a raíz del escándalo sexual de Daniel Ducruet, que fue sorprendido en actitud comprometida con otra mujer en una villa en Villefranche-sur-Mer. Sin embargo, y pese al revuelo que todo aquello supuso a nivel mediático, Pauline asegura que siempre continuó habiendo buena sintonía entre ellos. “Cuando crecimos, mi mamá y mi papá eran muy cercanos. A pesar de que se divorciaron muy pronto, siempre hicieron hincapié en que creciéramos con dos padres. Mi padre sacó a relucir mi lado más marimacho: cuando estaba con él, estaba con mis dos hermanos y quería hacer lo mismo que ellos. Si ellos me decían: "Eres una niña, eres demasiado joven", yo contestaba: ‘Dejadme que os muestre".

placeholder Pauline Ducruet. (EFE)
Pauline Ducruet. (EFE)

Estefanía de Monaco iniciaría luego una relación con su guardaespaldas Jean Raymond Gottlieb, fruto de la que nació la benjamina del clan, Camille. Luego vendría su sonada historia de amor con el domador de elefantes Franco Knie, por el que no dudó en irse a vivir a una caravana en Zúrich con sus tres hijos. Así pues, Pauline, que tenía siete años, cambió el palacio por el circo y lo recuerda como una experiencia apasionante: “Fue interesante y estaba con animales todo el tiempo. Convivía con niños de todo el mundo (alemanes, ingleses, italianos, españoles...) y teníamos nuestro propio pequeño idioma. Fue un momento de pura libertad que no creo que muchos niños puedan tener''.

Pero toda aventura tiene su final y acabaron dejando la caravana para volver a palacio, al lujo royal y a las glamurosas galas del principado. "Fue increíble estar tan arriba y abajo. Todo eso fortalece tu carácter y experimentar todas esas cosas te convierte en una persona más fuerte. Entiendo que mi educación fue inusual y lo aprecio. Estoy agradecida de haber tenido la infancia que tuve”.

De buceadora a diseñadora

Pauline ocupa el puesto número 16 en la línea de sucesión al trono, pero ella no está interesada en nada de eso. Aunque reconoce que quiso ser acróbata, como otra de las parejas de su madre también vinculadas al mundo del circo, Adam Peres, acabó formándose como buceadora profesional. De hecho, la vimos competir en el Campeonato Mundial de Buceo Juvenil y los Juegos Olímpicos Juveniles de Verano. Sin embargo, su gran pasión siempre ha sido la moda, pero no de la manera que la entiende su tía Carolina de Mónaco o su prima Carlota Casiraghi.

placeholder Pauline, en el circo en 2001. (Getty)
Pauline, en el circo en 2001. (Getty)

A los 18 años se mudó a París para estudiar diseño en el Istituto Marangoni y luego pasó a la prestigiosa Parsons School of Design en Nueva York. Realizó varias prácticas, entre ellas en una conocida revista y en Louis Vuitton, antes de decidir realmente lo que quería hacer. "Pensé que quería ser editora, pero luego, cuando estaba en la publicación, me di cuenta de que no era para mí. Lo mismo me sucedió en Louis Vuitton, pero me enseñó mucho sobre la industria de la moda, especialmente que no todo es ostentación y glamour. Lo que aprendí fue que es una industria muy trabajadora y que requiere corazón, sudor y lágrimas. Pero después de eso supe que quería ser diseñadora”.

Y así fue. Pauline tiene su propia firma de ropa, Alter Designs, con un concepto rompedor: prendas sostenibles y sin género. Para ella era importante demostrar que podía hacerlo por su cuenta, sin usar su apellido, aunque confiesa que su familia "obviamente me ayuda y me apoya. Pero este es mi proyecto”. Su madre, la princesa Estefanía, es una fuente de inspiración para ella a la hora de crear su ropa. “Veía a mi madre preparándose para las galas con vestidos con diamantes, pero al día siguiente nos llevaba a la escuela con unos vaqueros gastados y botas. Puedes encontrar eso en mis colecciones: son dos mundos, uno lujoso y otro con este sentimiento rebelde. Mi madre era una mujer fuerte que se expresaba a través de la moda, al igual que mi abuela. Cada una de ellas eran iconos de estilo para su época y decían lo que pensaban”.

Acostumbrada a la exposición mediática

Lo ha vivido desde que nació y hay que reconocer que el clan Grimaldi ha sido prolífico en escándalos. Por eso no le importó hablar del revuelo que causó la situación de su tía, Charlène de Monaco, después de tantos meses en Sudáfrica y con rumores de crisis en su matrimonio con el príncipe Alberto: “Sé lo que está pasando, así que no necesito buscar en las revistas para saber qué está pasando. Cada vez que el centro de atención está en la familia, sé para qué sirve, así que ya no es sorprendente”.

Ella es una flor singular dentro de la familia Grimaldi (y eso ya es mucho decir del clan más mediático de la realeza), y también uno de sus miembros menos conocidos. Diferente y rebelde a su manera, como lo fue su madre, Pauline Ducruet dejó que la conociésemos un poco mejor a través de una sincera entrevista que concedió al periódico británico 'The Telegraph'. Pese a ocupar el puesto número 16 en la línea de sucesión al trono monegasco, su vida no ha sido una vida de princesa, al menos no de esas de cuento, aunque sí parece una historia de película.

Estefanía de Mónaco
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