El look mitad verano y mitad invierno de Máxima de Holanda a su llegada a Marruecos

La agenda de Máxima de Holanda es imparable. Hace dos semanas se encontraba de visita de Estado en Eslovaquia junto al rey, la pasada cumplió con numerosos actos oficiales en los Países Bajos y este lunes ha puesto rumbo a Marruecos para un viaje como defensora especial del secretario general de las Naciones Unidas para las finanzas inclusivas para el desarrollo. Aunque confluyen y está directamente ligados, la argentina diferencia mucho entre su papel como reina y el de defensora de la ONU; y eso también afecta a los looks que elige.

Mientras a las visitas de Estado u oficiales acude hecha un pincel, con muchas joyas y todo tipo de detalles, en estas de trabajo se relaja, dejando su estilismo en un segundo plano. En esta ocasión, para su llegada a Casablanca, la hemos visto luciendo un curioso outfit, un híbrido mitad verano mitad invierno. Ha sido la mañana de este lunes cuando la esposa de Guillermo Alejandro ha cogido un vuelo regular de Transavia, en el aeropuerto Schipol de Ámsterdam, rumbo al país alauí. Debido a las temperaturas de los Países Bajos, unos nueve grados, se ha cubierto bien, con abrigo y bufanda.

Sin embargo, a su llegada a Marruecos el clima era totalmente distinto. Veintidós grados esperaban a la reina de Holanda, quien ha tenido que deshacerse del abrigo, firmado por Max Mara, y llevarlo en el brazo. La bufanda, que al bajar del avión estaba colocada en su cuello, ha desparecido en cuanto ha entrado en el aeropuerto, donde ha sido recibida por el embajador, quien la ha agasajado con un té. A la vez que llevaba el abrigo y la bufanda, Máxima calzaba unas veraniegas cuñas de esparto en tono camel, de estilo peep-toe.

Máxima ha estrenado para esta primera jornada del viaje un vestido de Max Mara Weekend, el modelo Dorinna, valorado en 300 euros. Se trata de un diseño tye die, con denim en la parte superior con bolsillos, cinturón incorporado y parte inferior en color camel. Una opción cómoda para poder llevar a cabo la primera parte de su agenda, que ha incluido una visita a propietarios de pequeñas tiendas de las calles de Casablanca que desde hace un tiempo pueden pedir productos fácilmente a través de una aplicación, y también realizar un seguimiento de su inventario digitalmente.

La reina tiene una forma muy particular de llevar a cabo este tipo de viajes como defensora especial del Secretario General de las Naciones Unidas para las finanzas inclusivas para el desarrollo. Y es que durante los primeros días hace visitas de campo a la población para recopilar datos. Escucha las necesidades que tienen los ciudadanos, les pregunta acerca de los proyectos que se han realizado y se informa de todo. Y una vez ya tiene todos los detalles, el último día de la visita, se reúne con el Gobierno y demás autoridades para trasladarles los próximos movimientos qué deberían tomar.

Este viaje a Marruecos está relacionado con el desarrollo de sistemas de pago digital. Quince millones de adultos aún no tienen una cuenta bancaria. Esto afecta principalmente a personas con bajos ingresos, mujeres y pequeñas empresas (agrícolas). Es la primera vez que la reina Máxima visita Marruecos en su cargo en la ONU.