La 'ruptura' de Cristina y la familia Urdangarin por las exigencias económicas de Iñaki

El jueves pasado por la noche, Pablo Urdangarin y la infanta Cristina visitaron la casa de uno de los hijos de Ana Urdangarin, la hermana mayor de Iñaki. Cristina de Borbón lleva meses tratando de mantener un difícil equilibrio entre la mala relación que tiene ahora con la familia Urdangarin y el cariño que siente por los que han sido sus sobrinos durante décadas. El divorcio entre la Infanta y Urdangarin ha provocado una explosión familiar que nadie esperaba.

La tensión entre ambos ha sido enorme y al final la cuerda, tensa, se ha roto. La hermana de Felipe VI se niega a aceptar las exigencias de su exmarido, todas económicas, tal como informan fuentes directas de ambas partes a Vanitatis. Se ha ido contando estos últimos meses en casi todos los medios: Urdangarin pide una compensación y esta negociación se ha complicado. Tanto que ya no hay negociación, no por el momento.

Ese encuentro en el piso de los Gui Urdangarin, situado en una conocida y marchosa calle de la zona alta de Barcelona, se produjo el jueves. Cada 15 días, Cristina de Borbón está en la ciudad por cuestiones laborales y muchas de esas visitas las hace con su hija, Irene. No ha sido así en esta última. El viernes a mediodía, la Infanta comía sola en el hotel donde se ha alojado, el de siempre, el AC Victoria Suites, de Marriot. Quienes la vieron aseguran que estaba en el restaurante del establecimiento, el reconocido Santa Clara, sentada a una mesa sola. Comió una ensalada y una trufa. Llevaba, como siempre también, su alianza de casada en la mano izquierda.

Al día siguiente, sábado, se fue de viaje en avión, informan a Vanitatis, en una salida de trabajo. La vida de la hermana de Felipe VI es plena, tiene grandes responsabilidades y no entiende que deba sufragar los gastos y los gustos de su exmarido y su actual pareja, Ainhoa Armentia, a costa de su trabajo.

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“Cristina lo ha pasado muy mal, también durante su matrimonio, era muy celosa y tenía miedo de que alguna mujer se acercara a su marido con intenciones, porque además él siempre tonteaba”, recuerda una de las amigas de la pareja consultadas por Vanitatis. “Después llegaron sus 'problemas', todo se complicó aun más y ella lo dejó todo, absolutamente todo, por su marido, es normal que ahora esté enfadada. Yo lo estaría”.

El abogado

El abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, ha dejado de responder a las preguntas de este medio, aunque siempre asegura que no sabe nada porque estos temas nos los trabaja él. Y si hace meses ambos pactaron una cantidad de dinero para que Urdangarin pudiera vivir tranquilo, ahora ese dinero parece que ya no es suficiente.

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Lo que aseguran las fuentes directas consultadas es que doña Cristina no acepta las peticiones económicas que le hace ahora su exmarido, y que incluso ha llegado a decirle, en un momento de máxima tensión, que si quiere publicar unas memorias, que las publique. La hija de los Reyes eméritos considera, señalan las mismas fuentes, que todo el daño que podían provocar a su padre unas memorias de Urdangarin ya está hecho por parte de los medios y que los únicos que saldrían perjudicados serían sus hijos. Así se lo dijo a su exmarido, quien se quedó sorprendido porque de pronto perdía uno de sus ases en la manga.

"Se equivoca"

Las exigencias económicas de Iñaki son demasiado altas, aseguran las mismas fuentes, que añaden su propia opinión: “Le hemos dicho que se equivoca, pero no atiende”. Y la infanta Cristina no las ha aceptado; es más, don Juan Carlos, que ha estado en la negociación desde el principio, se ha apartado del proceso y ha rechazado también las demandas.

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Esta ruptura ha provocado una ruptura familiar, es decir, los hermanos de Iñaki han cortado toda relación con la infanta Cristina. Hace un año, la hermana de Felipe VI viajaba a Bidart tranquilamente y paseaba con sus excuñadas. Y después se iba a Estados Unidos con ellas para celebrar la boda de los hijos de Cristina Urdangarin Flood. Este año, ese escenario sería impensable.

"Es casi anarquista"

Ana, la hermana mayor, quien fue una de las mejores amigas de Cristina, ha dejado de hablarle a su cuñada, a quien culpa de todos los males que sufre su hermano. La que fuera confidente de la Infanta, informan fuentes muy cercanas a la familia Urdangarin, “se ha convertido al republicanismo y es casi anarquista, odia todo lo que tiene que ver con la familia real, siempre los culpó a ellos y ahora también a Cristina”, declaran a Vanitatis.

De esta forma se explica que ninguno de los Urdangarin acudiera a Ginebra a la graduación de la benjamina, Irene. No fueron porque prefieren no tener contacto con los Borbón, desde los Reyes hasta sus hermanas, las infantas Elena y Cristina. Y mientras, los primos siguen manteniendo buena relación. Incluso la infanta Cristina trata de mantener ese equilibrio del que hablábamos con los que fueron sus sobrinos.

No la entienden

Pese a que doña Cristina visitó la casa de sus sobrinos Gui Urdangarin, la relación con Ana, la madre de los jóvenes, está rota. Fue ella quien un día en una cafetería con amigas pronunció la famosa frase de "si mi padre viviera, quemaría la Zarzuela". Pues bien, ahora son todos los Urdangarin quienes harían ‘arder’ la Zarzuela para defender a su hermano. Entienden que la Infanta esté dolida por la infidelidad de su marido, pero no que haya vuelto a abrazar a su familia, la misma que le dio la espalda en los momentos más díficiles, una familia a la que todos los Urdangarin señalan como responsable de sus males. Incluso de su divorcio.

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Un divorcio que no llega y que no llegará por el momento. Pensaban firmar tras el 18 cumpleaños de Irene, que celebró el 5 de junio. Pero no ha habido manera. Y eso que entre ambos habían pactado ya todas las cláusulas de su funcionamiento como expareja, basadas en las capitulaciones matrimoniales que firmaron antes de casarse. Pero el dinero, ah, el dinero, ha entrado de nuevo en escena y ha roto toda entente.