La nueva princesa de Bután: nace la hija del rey Jigme Khesar y la reina Jetsun Pema

El pequeño reino de Bután, enclavado en el Himalaya, está de celebración. El rey Jigme Khesar Wangchuck, de 43 años, y la reina Jetsun Pema, de 33, anunciaron a mediados de junio que esperaban un hijo. Ahora la feliz pareja, que ya tenía dos hijos, ha comunicado que el bebé ya ha llegado al mundo. Se trata de una niña cuyo nombre aún no ha sido desvelado.

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A. Rodríguez

La pequeña ha nacido este sábado 9 de septiembre de 2023 y desde la Corte Real han precisado que “Su Majestad y el bebé real se encuentran bien”. Los reyes de Bután han querido agradecer al equipo médico que atendió a la reina los cuidados recibidos, así como a las autoridades religiosas de Zhung Dratshang por sus oraciones.

El rey Jigme Khesar Wangchuc y la reina Jetsun Pema son muy queridos en su país. El 13 de octubre de 2011, los butaneses presenciaron su boda y juntos han formado un matrimonio que parece perfecto. A diferencia de sus antepasados, el rey Jigme Khesar Wangchuck, que sucedió a su padre en el trono de Bután tras la abdicación de este último en 2006, siempre expresó su deseo de permanecer monógamo y fiel a su única esposa.

El reino de Bután, territorio del Himalaya, sin salida al mar entre la India y el Tíbet, tiene cerca de 800.000 habitantes. En 1907, el denlop (gobernador) de Tongsa, Ugyen Wangchuck, unificó el país en un solo territorio. Luego fue designado por los nobles y el clero monarca budista hereditario del nuevo país unificado. Ugyen Wangchuck es, por tanto, el primer rey de Bután (el título es 'Druk Gyalpo', o rey dragón) y el fundador de la dinastía. El cuarto rey de Bután, el padre del actual gobernante, todavía está vivo.

La reina Jetsun Pema dio a luz a un primer heredero en febrero de 2016. El primer hijo, el príncipe Jigme Namgyel Wangchuck, lleva el título de Druk Gyalsey ('príncipe dragón' en francés), como heredero al trono. En marzo de 2020, el joven heredero dio la bienvenida a un hermano pequeño, el príncipe Jigme Ugyen Wangchuck.

Escondido entre montañas y a salvo del turismo masificado, Bután es considerado como uno de los países más felices del mundo y un reino donde el paso del tiempo es apenas perceptible, pero que cada vez es más conocido en todo el mundo gracias en gran medida al trabajo de sus reyes, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck y Jetsun Pema. Reconocidos como unos soberanos modernos y cercanos, su arduo trabajo en materia de relaciones internacionales, prácticamente inexistentes antes de su llegada al trono hace doce años, ha contribuido a mejorar su imagen de cara al exterior.

A esta labor contribuye la distribución por parte del palacio real de Bután de imágenes de los actos oficiales del Rey Dragón y de su familia en eventos alejados del glamour de las cortes europeas, pero donde se puede apreciar su lado más personal. El más reciente tuvo lugar cuando visitaban el colegio Lungtenzampa para celebrar su medio siglo de vida.

Los reyes aprovecharon la feliz ocasión para que sus dos hijos pequeños, los príncipes Jigme Namgyel y Jigme Ugyen, pudieran conocer de cerca la escuela de su infancia y juventud.

En un futuro próximo, Lungtenzampa tiene muchas papeletas para convertirse en la escuela de los príncipes y ahora también de su pequeña hermana.