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Angela Lansbury cumple 95: un marido gay, una huida y otros datos de la Sra. Fletcher
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'se ha escrito un crimen'

Angela Lansbury cumple 95: un marido gay, una huida y otros datos de la Sra. Fletcher

La actriz vive retirada, pero aparece ocasionalmente en películas como la reciente versión de 'Mujercitas'. Repasamos su matrimonio fallido con un gay y su huida de Hollywood para proteger a sus hijos

Foto: La actriz, en 1985 en pleno éxito de 'Se ha escrito un crimen'. (Cordon Press)
La actriz, en 1985 en pleno éxito de 'Se ha escrito un crimen'. (Cordon Press)

Para algunos, es una bruja que se paseaba por un Portobello Road disneyano y de cartón piedra. Para otros, aquella Sra. Fletcher capaz de averiguar quién había cometido un crimen con la pista de una simple servilleta. Para los más jóvenes, es la voz y el alma de una tetera llamada Sra. Potts que les cantaba a la Bella y la Bestia en un salón construido a base de píxeles. Lo que cuenta es que Angela Lansbury ha estado ahí para varias generaciones, desde aquella nominación al Oscar en 1944, cuando encarnó a la sirvienta descarada de 'Luz que agoniza', hasta el día de hoy. Este viernes cumple 95 años feliz, rodeada de nietos y siendo testigo privilegiada de dos siglos convulsos.

Sus comienzos en Hollywood, cuando Louis B. Mayer la aceptó en la plantilla de su estudio, fueron por pura coyuntura. Como miles de familias, la suya se trasladó a América para huir de los bombardeos en Londres y ella, como muchas personalidades del cine, fue otro de los muchos talentos europeos fagocitados por la meca del cine. En la mencionada 'Luz que agoniza' tuvo la suerte de ser dirigida por George Cukor, un buen mecenas para sus primeros pasos en la gran pantalla. Aunque nunca llegó a ser una estrella de primera fila, el cine la mimó con títulos como 'Los tres mosqueteros', 'El estado de la Unión' o, años más tarde (y antes de su célebre 'Bruja novata' de Disney), 'El mensajero del miedo'.

Comedida y simpática, lejos de los excesos que se achacan a las gentes del espectáculo y con un físico muy particular que quizá impidió que llegase a ser una superestrella, Lansbury vivió un primer matrimonio que se podría definir como surrealista. La actriz se casó en 1945, año en el que Hollywood empezaba a reconocerla, con el también actor Richard Cromwell. Casi doce meses después de la boda, él le dejó una nota anunciándole que la abandonaba para siempre. La razón: era gay y no podía seguir viviendo una mentira con una mujer. Aquel fue un tema del que la actriz no habló hasta hace relativamente poco, en una entrevista que ofreció en 2017. "No tenía ni idea de que me había casado con un hombre gay. Él quería casarse, estaba fascinado conmigo, pero solo por lo que había visto en la pantalla, en realidad", reflexionó. Cromwell, por cierto, siguió siendo amigo suyo hasta el mismo día que falleció.

placeholder Con Ingrid Bergman en 'Luz que agoniza', su laureado debut en el cine. (CP)
Con Ingrid Bergman en 'Luz que agoniza', su laureado debut en el cine. (CP)

En 1949, Lansbury se casó en segundas nupcias con Peter Shaw, un actor y agente con el que tuvo dos hijos, Anthony y Deirdre, y con el que estuvo hasta que él falleció en 2003. Matrimonio ejemplar donde los haya, fueron felices, en parte, porque huyeron de los fastos y los excesos de Hollywood. Cuando Deirdre, la hija de la pareja, formó parte de la terriblemente célebre 'familia Manson' (justo en la época previa al asesinato de Sharon Tate y varias personas) y su Anthony se convirtió en adicto a la heroína, la actriz decidió apartarlos radicalmente de la meca del cine. Para ello, compró una casa en Irlanda y se trasladó allí con toda su familia.

De vuelta en el viejo continente, la actriz siguió volviendo a América de cuando en cuando para continuar una carrera cinematográfica que ya acumulaba tres nominaciones al Oscar. A principios de los 70 protagonizó la icónica 'La bruja novata', una especie de hija bastarda de Mary Poppins . En los 80, la televisión le dio la oportunidad de llegar a las nuevas generaciones gracias a la mítica 'Se ha escrito un crimen'. Todo el mundo acuñó aquella frase (al menos en España) que aseguraba que eras "más peligroso que estar cerca de la señora Fletcher", en alusión a los crímenes que ocurrían siempre que el personaje estaba cerca.

placeholder Lansbury, en una imagen reciente. (Getty)
Lansbury, en una imagen reciente. (Getty)

Ya en los 90 tocó el corazón de todos cantando aquello de 'Bella y bestia son' en otro título de Disney que ha pasado, con sobresaliente, a la historia del cine moderno. Sin embargo, ha sido el teatro el que verdaderamente ha dado a Lansbury su valor como actriz, gracias a un sinfín de obras que van de 'Sweeney Todd' a 'Gypsy'. Varios premios Tony acreditan ese romance imperecedero con las tablas.

Retirada casi por completo del cine, en los últimos años la hemos visto aparecer, casi de pasada, en éxitos como 'Mujercitas' (2017) o 'El regreso de Mary Poppins' (2018). Coqueteos con el cine aunque vive retirada, recogiendo los frutos de una vida discreta, sin grandes escándalos y con el cariño de millones de espectadores que la consideran como de su propia familia.

Para algunos, es una bruja que se paseaba por un Portobello Road disneyano y de cartón piedra. Para otros, aquella Sra. Fletcher capaz de averiguar quién había cometido un crimen con la pista de una simple servilleta. Para los más jóvenes, es la voz y el alma de una tetera llamada Sra. Potts que les cantaba a la Bella y la Bestia en un salón construido a base de píxeles. Lo que cuenta es que Angela Lansbury ha estado ahí para varias generaciones, desde aquella nominación al Oscar en 1944, cuando encarnó a la sirvienta descarada de 'Luz que agoniza', hasta el día de hoy. Este viernes cumple 95 años feliz, rodeada de nietos y siendo testigo privilegiada de dos siglos convulsos.

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