¿Quién paga la lujosa boda que planea Boris Johnson en su Downton Abbey?
Tras el anuncio de su dimisión, a los miembros de su partido no les ha gustado nada que Johnson planee usar una residencia oficial para el evento con su esposa
Tras aferrarse al cargo hasta el último minuto y contra la oposición de prácticamente toda una nación, Boris Johnson finalmente anunciaba su dimisión, asegurando estar "triste por dejar el mejor trabajo del mundo". El polémico político también ha anunciado que ha nombrado un nuevo gabinete "y lo dirigiré hasta que haya un nuevo líder".
Pero hasta que eso se produzca, el conservador sigue dispuesto a dar mucho que hablar y uno de sus planes inmediatos no ha sentado nada bien a los miembros de su partido. Según informa el 'Daily Mail', Boris y su mujer, Carrie Symonds, planean usar una residencia oficial para celebrar una gran fiesta de boda.
La pareja se daba el 'sí, quiero' a finales de mayo del año pasado en una boda secreta y blindada celebrada en la catedral de Westminster. Entonces no pudieron festejar el enlace como a ellos les hubiera gustado –ya hemos visto lo que a Boris le gustan las fiestas– y por eso planean hacerlo ahora, y a lo grande, a finales de julio.
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Las iras de los conservadores, y de la opinión pública, radican en quién pagará ese evento. Según declaraciones de un diputado que recoge 'The Telegraph', Boris Johnson "planea aferrarse al poder para poder celebrar con retraso el matrimonio en su residencia oficial con una fiesta que a la pareja le costaría un año poder pagarse".
'The Mirror' recogía la opinión de otro político 'tory': "Es increíble que, incluso después de todas las críticas a las que Johnson se ha enfrentado con respecto a la integridad, una de las razones por las que se queda es tener su fiesta de boda en Chequers. Es un bien nacional, no su casa personal. Los Johnson deberían hacer lo más decente y buscar otro lugar".
La pareja planea celebrar en su Downton Abbey particular, Chequers, donde Johnson ya se recuperase en tiempos del coronavirus. Ubicada a 60 kilómetros de Londres sobre una finca de más de 400 hectáreas en Buckinghamshire, es una espectacular mansión de campo estilo Tudor construida en 1565.
Durante los más de 100 años que lleva al servicio de los residentes de Downing Street, ha sido testigo de excepción de algunos episodios que cambiaron el destino de la historia contemporánea. Allí se dice que Churchill escribió sus famosos discursos de guerra radiados durante la Segunda Guerra Mundial y también que Tony Blair se reunió con Lady Di apenas un mes antes de su trágica muerte.
Allí también festejarán su amor Boris y Carrie, que entró en el número 10 de Downing Street como su novia y lo deja como su esposa y madre de dos de sus hijos. A ella se la vio sonreír cuando el ya ex primer ministro anunció su renuncia, admitiendo que "nadie es indispensable".
Durante su discurso, Boris reconoció los sacrificios realizados por su esposa y su familia, diciendo: "Quiero dar las gracias a Carrie y a mis hijos y a toda mi familia, que han aguantado tanto durante tanto tiempo".
La pareja también tiene ahora mucho trabajo por delante en lo que respecta a la lista de invitados para su fastuosa boda, que promete ser todo un quebradero de cabeza.
Las tarjetas de invitación se enviaron el año pasado, pero dado que muchos de los diputados conservadores de Boris han pedido su dimisión en las últimas semanas y han declarado que no confían en su capacidad para dirigir la nación, es muy posible que varios invitados se den cuenta de que su presencia en la ceremonia ya no es deseada.
Tras aferrarse al cargo hasta el último minuto y contra la oposición de prácticamente toda una nación, Boris Johnson finalmente anunciaba su dimisión, asegurando estar "triste por dejar el mejor trabajo del mundo". El polémico político también ha anunciado que ha nombrado un nuevo gabinete "y lo dirigiré hasta que haya un nuevo líder".