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30 años del 'sí, quiero' de Michelle y Barack Obama: un agridulce recuerdo que empañó su alegría
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30 años del 'sí, quiero' de Michelle y Barack Obama: un agridulce recuerdo que empañó su alegría

Fue en 1991 cuando se comprometieron. Un año después, ambos pronunciaban el 'sí, quiero' sin ser conscientes del increíble futuro que les deparaba juntos

Foto: Fotografía cedida por Marc PoKempner, HBO, Warner Media EFE, de Barack Obama y Michelle Obama. (EFE)
Fotografía cedida por Marc PoKempner, HBO, Warner Media EFE, de Barack Obama y Michelle Obama. (EFE)

La llegada de Barack y Michelle Obama a la Casa Blanca no solo aportó un aire renovado en la política y la imagen de Estados Unidos, sino que permitió al mundo conocer a uno de los matrimonios públicos más sólidos y cómplices.

El suyo no siempre fue un camino de rosas. A pesar de los fuertes cimientos que parecían sustentar a la pareja desde que se conocieran en el despacho de abogados Sidley Austin, en Chicago, donde ambos trabajaron tras finalizar sus estudios universitarios, la propia Michelle confesó que ambos tuvieron que superar juntos varias crisis y acudir a terapia de pareja para reforzar su relación. El resultado es que llevan 30 años casados. Es precisamente este lunes 3 de octubre cuando celebran su aniversario de boda.

Foto: Michelle Obama. (SAKS)

Fue en 1991 cuando se comprometieron. Un año después, ambos pronunciaban el 'sí, quiero' después de 3 años de noviazgo y sin ser conscientes del increíble futuro que les deparaba juntos.

placeholder Barack y Michelle Obama, en 2017. (Reuters/Kamil Krzaczynski)
Barack y Michelle Obama, en 2017. (Reuters/Kamil Krzaczynski)

Cada año, tanto Barack como Michelle recuerdan el día de su boda y celebran su aniversario con fotografías y mensajes de cariño y admiración hacia su pareja. Sin embargo, Michelle tiene un recuerdo un tanto agridulce del día de su enlace.

Fue en 2019, durante una Cumbre de la Fundación Obama que se celebró en Chicago en el mes de octubre, cuando Michelle Obama abrió su corazón ante todos los asistentes para hablar sobre una dolorosa realidad vivida en el día de su enlace.

"¿Fue un día hermoso?", le preguntó aquel día la anfitriona del evento, Isabel Wilkerson, a lo que Michelle respondió: "Sí, pero fue un día difícil".

Se daba la circunstancia de que su padre, Fraser Robinson, había fallecido un año antes, en 1991, tras librar una larga batalla contra la esclerosis múltiple. Murió joven, con 55 años. La herida por el vacío que había dejado en las vidas de toda su familia seguía muy abierta y el día de su boda se abrió aún más."Mi padre no estaba allí para acompañarme por el pasillo. Era una sensación agridulce porque me estaba casando con el hombre que amaba (…), pero papá había muerto".

Fue el entrenador de baloncesto Craig Robinson, su hermano mayor, quien acompañó a la novia hasta el altar. Él mismo explicaba muchos años después cómo de importante fue la figura de su padre en su vida y la de su hermana: "Cuando murió mi padre, fue muy traumático para todos nosotros. Fue tan difícil que la gente viera la tristeza en mí o en mi hermana (...). Él era una especie de patriarca. La gente acudía a él en busca de consejos, bromas, consuelo y todas las cosas por las que acudes a un patriarca familiar".

Michelle Obama confesó que la muerte de su padre había resultado tan traumática para ella que incluso ese momento se había quedado bloqueado en su mente y que no lo recordaba muy bien.

El consuelo que encontró el día de su boda fue pensar que al menos a su padre le había dado tiempo a conocer a Barack antes de fallecer. "Gracias a Dios que conoció a Barack y le dio su bendición", comentó en Chicago.

En sus memorias, tituladas 'Michelle Obama, becoming', la exprimera dama de Estados Unidos cuenta que fue ella quien tomó la iniciativa de contraer matrimonio. El de sus padres había sido un ejemplo para ella y soñaba con vivir en primera persona la felicidad conyugal que siempre se había respirado en su hogar. En un principio, Barack Obama se resistía a dar ese paso, pero finalmente se rindió ante los pies de Michelle.

Otro detalle del día de la boda de los Obama que preocupó los novios fue el hecho de que aquella mañana del 3 de octubre de 1992 Barack despertó enfermo.

Así lo contó la propia Michelle en sus redes sociales cuando cumplió 25 años de casada. Junto a una divertida imagen de la celebración posterior a la ceremonia en la que Barack, arrodillado frente a su esposa, trata de quitarle el liguero de su pierna, Michelle dedicó unas bonitas palabras a su marido y desveló aquel contratiempo que, afortunadamente, no supuso un obstáculo para la celebración del enlace: “No se podría imaginar viendo esta foto, pero Barack se despertó el día de nuestra boda en octubre de 1992 con un desagradable catarro. De alguna manera, cuando lo vi en el altar, milagrosamente desapareció y terminamos bailando casi toda la noche. Veinticinco años después seguimos divirtiéndonos y al mismo tiempo haciendo el trabajo duro para construir nuestra relación y apoyarnos como individuos. No me puedo imaginar ir en este paseo salvaje con nadie más”.

Juntos han crecido profesional y personalmente, formando un equipo que les ha llevado a la cima del éxito. Por el camino concibieron dos hijas, Malia Ann, nacida en 1998, y Natasha, nacida en 2001.

La llegada de Barack y Michelle Obama a la Casa Blanca no solo aportó un aire renovado en la política y la imagen de Estados Unidos, sino que permitió al mundo conocer a uno de los matrimonios públicos más sólidos y cómplices.

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